16 de septiembre de 2024

Juan M. Zuloaga

Juan M. Zuloaga
General Juan Manuel Zuloaga
(1930 a 1935)

El que fuera General de Brigada de nuestro Ejército, don Juan Manuel Zuloaga, 1er. Vice-Presidente de nuestra Benemérita Sociedad, encargado de la Presidencia en el período 1930–1931, y su Presidente activo y Titular de 1931 a 1935, tuvo sin duda los más altos merecimientos y constituyó un caso de personalidad representativa de nuestras Fuerzas Armadas cuya vida estuvo permanentemente dedicada al servicio de la Patria.

Ingresado al Ejército a los dieciocho años de edad, es ya Sub-Teniente en 1880, clase con la que asiste a las acciones de armas de San Juan y Miraflores, en las que contribuye denodadamente a la defensa de Lima, cumpliendo valerosamente su deber, al lado de la pléyade de ciudadanos que en esas jornadas se inmoló heroicamente, con gloria aunque sin fortuna, para cerrar el paso al invasor.

Su devoción por la carrera que escogiera se pone de manifiesto en múltiples oportunidades. Es soldado de vocación y se dedica enteramente a su perfeccionamiento profesional, obteniendo sus ascensos a las clases de Teniente y Capitán por apreciación justiciera de sus superiores jerárquicos, que estimaban claramente sus virtudes singulares, moldeadas en la austera disciplina de la época, de la que no estaba exenta por cierto el ejercicio habitual de cualidades propias y personales de ilustración que, a su tiempo, habrían de convertirle en uno de los Jefes más preparados de nuestro Ejército.

En 1890 defiende el Fuerte de Santa Catalina de un ataque revolucionario. Firme en sus convicciones de lealtad a los gobiernos constituídos, en 1894 y 1895, ya en el grado de Mayor, combate resueltamente en las tropas del entonces Presidente General Andrés A. Cáceres. Tras un corto paréntesis, continúa en filas, y en 1904 y 1905 es adjunto a la Escuela de Guerra. Teniente Coronel en 1907 es Profesor de Geografía en la Escuela Militar de Chorrillos hasta 1908 en que es nombrado Comandante del Regimiento de Artillería de Montaña. Permanece en ese puesto hasta 1910, año en el que asciende a Coronel y es llamado a desempeñar la Dirección de Guerra, de donde, en 1914, se traslada a ejercer la Comandancia General de las Regiones Militares con sede en Lambayeque y en Arequipa. 

En el año 1918 es Director de la Escuela Militar de Chorrillos y al finalizar ese año es designado Ministro de Guerra primero e interino de Gobierno. Asciende a la alta clase de General de Brigada, y siempre a cargo del Ministerio de Guerra y Marina se le confía la Presidencia del Gabinete. Época esta última en la que el General Zuloaga, en el ejercicio de su portafolio, contribuye a la fundación de la Escuela de Aviación Militar, contratando profesores en Francia, adquiriendo aeroplanos y variado material de guerra, así como haciendo reparar los buques de la Escuadra y dictando sabias medidas en provecho de la organización de los Ramos cuyo Ministerio desempeñaba.

Con la conclusión del Gobierno al que servía en 1919, el General Zuloaga viaja a Europa, donde permanece de 1920 a 1926, volviendo entonces al país y siendo nombrado, en 1927, Presidente del Consejo de Oficiales Generales, puesto en el que lo encuentra su pase, por ministerio de la Ley, a la situación de Retiro. Situación esta a la que ingresa con la aureola justiciera conquistada en su larga trayectoria profesional, en la que fué, como repetimos, uno de los personajes destacados de nuestro Ejército, en el que, aparte de sus funciones de Jefe y Profesor, fué autor de libros de consulta, tales como su Tratado de Geografía Militar y su Manual de Artillería.

En su vida dentro de la Sociedad, el señor General Juan Manuel Zuloaga fué un evidente factor de progreso. La Benemérita le debe, entre otras iniciativas, la publicación de sus primeros “Anales”, obra que antecediera a la Revista Institucional, y con la que nuestra Institución llegó por primera vez a la apreciación de las esferas oficiales y nacionales, demostrando la austeridad de su vida cívica, enteramente dedicada al culto de la Patria. Como epitafio para su tumba escogeríamos las frases finales del discurso necrológico del Sr. Dr. Julio Jiménez Pacheco, en el que, a nombre de nuestra Benemérita decíale: “General Zuloaga, el cumplimiento del deber alumbró siempre tu camino. Puedes reposar tranquilo al término de él y cobijarte entre los pliegues de esa, Bandera que cubre tus restos, enseña bendita por la que tanto vale morir con gloria, como vivir a su vera, cual tu viviste, pleno de amor por ella”.
F. L. T.


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"Reseña Histórica de la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, Vencedores el 2 de mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria. En el primer centenario de su fundación". Lima, 1957.

Saludos
Jonatan Saona

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