2 de enero de 2019

Juan Daniel Mascareno

Juan Daniel Mascareno
Don Juan Daniel Mascareno 
Subteniente

I. 
De más escasa graduación que los capitanes del Coquimbo que acabamos de nombrar, fué el subalterno cuyo nombre hemos puesto en la orla de esta agrupación de valientes para alzarlo desde injusta oscuridad al puesto enaltecido que es derecho i  pedestal de todos los que por su patria sacrifican vida juvenil embellecida de esperanzas. 

El subteniente Juan Daniel Mascareno no era propiamente coquimbano porque como el valiente abanderado del batallón Naval Ramón Lara había nacido en Mendoza i de estirpe arjentina el 27 de julio de 1855. Su padre tenía su propio nombre i su madre, la señora Arismenia Rojas, fué serenense.

II.
Era Mascareno, por consiguiente, sumamente mozo cuando comenzó la guerra, i vivía de su aventajada posesión del arte de la caligrafía, enseñando a domicilio o escribiendo en las oficinas públicas de La Serena, cuando sobrevino la guerra.

Como sus padres fuesen pobres i él sirviérales de sostén, no se dejó conmover por las primeras ráfagas del entusiasmo popular. Mas cuando apareció en el horizonte flotando al aire el lábaro de fuego de Iquique, según él mismo lo declarara mas tarde, corrió a alistarse en un cuartel de la Serena donde se inscribían voluntarios, acompañándose con un amigo íntimo de opiniones i de empresas juveniles. Según  el último, que fué el bravo subteniente don Caupolicán Iglesias, en varias ocasiones ya nombrado i herido dos veces en Tacna i Miraflores, ofreciéronle al uno i al otro el puesto de oficiales, pero ambos rehusaron a fin de adquirir sus galones por sí mismos.

III.
I por ese camino verificólo el joven Mascareno según la siguiente escala de sus ascensos, después de las batallas.

Agosto 14 de 1879.—Cabo 2.° del num. I de Coquimbo.
Diciembre 30 de 1879.—Cabo 1.° del id.
Febrero 14 de 1880.—Sarjento 2.° del id.
Marzo 23 de 1880.—Sarjento 1.° del id.
Setiembre 3 de 1880.—Subteniente del rejimiento id.

IV.
Refiere asimismo el subteniente Iglesias (que aun vive i es inválido absoluto) que acompañando a su fiel amigo subieron ambos a las alturas de Pisagua pisando como sobre peldaños por una verdadera escala de cadáveres. I por ese comienzo ambos prosiguieron su camino hasta divisar las portadas de Lima.

En Chorrillos hizo el subteniente Mascareno prodijios de valor, i aun tildáronlo de cruel porque convirtió en hoguera cierta casa de Chorrillos i ordenó la matanza implacable de un grueso pelotón de peruanos que rehusó rendirse.

V.
Excitado todavía su ánimo por aquella escena de exterminio, redobló su coraje el día de Miraflores; i batiéndose con imponderable encarnizamiento frente a la fortaleza de la Merced, hacia la izquierda peruana, no rindió su esfuerzo aun su temeridad sino con la vida.

Perforado su estómago por una bala, viéronle sus camaradas del Coquimbo que daba vuelcos en el suelo en fuerza de desesperada agonía, i según algunos, atravesóse de parte a parte con su espada. Pero su jefe inmediato el bravo comandante Artemón Arellano, que había tornado el mando del cuerpo, cuando sus tres jefes superiores quedaron fuera de combate, afirma que le vió caer, i cuando se revolcaba en su congoja i en su sangre pedía a gritos que lo matasen: ¡tan dolorosa e irremediable era su herida!

Su compañero Iglesias añade, por su parte, que no obstante su cruel angustia espiró vivando a Chile.

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Texto e imagen tomados de "El Álbum de la gloria de Chile", Tomo II, por Benjamín Vicuña Mackenna

Saludos
Jonatan Saona

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