24 de abril de 2024

Toribio Raygada

Toribio Raygada
Contralmirante Toribio Raygada
(1914 a 1916)

Hijo del General de División don José María Raygada y de doña Juana Oyarzábal y de la Canal, había nacido en Lima nuestro biografiado, el 23 de Febrero de 1844, época bastante movida en la capital, con los sucesos políticos que se desarrollaban a diario, y que tenían como principales gestores, al General don Manuel Ignacio de Vivanco y a los ciudadanos don Domingo Elías, don Manuel Menéndez y don Justo Figuerola. Su abuelo paterno don Roque Raygada, se vinculaba en forma directa con la nobleza de la Península, y cuando se trasladó al Perú, contrajo matrimonio en Piura, con una dama oriunda de aquel lugar, doña María Antonia Gallo, distinguida por su alcurnia y virtudes, y de cuya unión nació entre otros vástagos, el General. don José María, prominente figura no solo en la época de la emancipación a la que entusiasta concurrió para ofrendarle sus servicios, sino también en la de la República convulsa, cuyos destinos llegó a presidir aunque transitoriamente, por ausencia de Castilla y en su condición de Presidente del Consejo de Ministros, el 19 de Abril de 1857, cargo altísimo y de responsabilidad, que desempeñó con sagacidad y, energía, en unión de sus colegas de Gabinete, que lo fueron don Manuel Ortiz de Zevallos, don Juan Manuel del Mar y don Luciano María Cano.

Habiendo terminado sus primeros estudios a satisfacción de sus padres, ingresó el niño Raygada al servicio de la escuadra, matriculándose como guardia marina el 11 de Marzo de 1856, y cuando apenas contaba 12 años de edad.

Cúpole aquí hacer un viaje de instrucción alrededor del mundo y a bordo de la fragata Amazonas, poniendo de relieve en todo aquel dilatado trayecto, condiciones especialísimas y vocación manifiesta por la profesión que había elegido. Dos años después, el 12 de Junio de 1858, alcanzaba su merecido ascenso a alférez de fragata, y el 30 de Enero de 1862, la superioridad le concedía la efectividad en la misma clase. Contaba entonces Raygada 18 años, y en tan temprana juventud, había ganado ya dos ascensos, conferidoseles única y exclusivamente, teniendo a la vista las notas excelentes alcanzadas por el joven marino, en los exámenes rigurosos a que había de someterse, de conformidad con el Reglamento y Ordenanzas en ese entonces vigentes. Fue a partir de esta época distante, que la carrera de Raygada se convirtió en una serie ininterrumpida de éxitos. Sus grados los obtiene sucesivamente y en diferentes promociones. Tan luminosa trayectoria se descompone así: teniente segundo graduado, el 5 de Diciembre de 1863 ; teniente primero efectivo, el 22 de Marzo de 1865; capitán de corbeta, el 23 de Noviembre del propio año ; capitán de fragata, el 26 de Enero de 1869; capitán de navío graduado, el 17 de Julio de 1877; capitán de navío efectivo, el 5 de Febrero de 1879; y Contralmirante, el 2 de Octubre de 1907.

Durante esta: larga etapa de su vida de marino, don Toribio Raygada prestó utilísimos servicios al país. Desempeñó así, comisiones múltiples y riesgosas, y en todas ellas dejó bien puesto su nombre. Comandó unidades de guerra y mercantes, no solo en tiempos de paz, sino también en los de conflictos externos, y se incorporó al cuerpo diplomático, cuando sus servicios fueron necesarios, integrando el personal de una Legación que el Gobierno del Perú tenía acreditada en el viejo mundo. Después, y cuando ya las fatigas y los años empezaron a debilitar sus fuerzas físicas, se dedicó a administrar justicia, desde su alto sitial del Consejo de Oficiales Generales, revisando entonces y anotando, leyes, códigos, ordenanzas y reglamentos, para penetrarse bien de las causas que se sometían a la revisión de aquel alto tribunal privativo.

Su estada a bordo fue bastante prolongada, pero le resultó de gran provecho. Le permitió viajar por todos los continentes y aprender bien lo que de más estrecho parentezco guardaba con la carrera náutica. Leía bastante y a conciencia las obras maestras de estrategia y de táctica navales, y procuraba amoldar sus conocimientos a las sabias enseñanzas que recibía y captaba. Desde este punto de vista, el Contralmirante Raygada, resultó un verdadero marino en la más amplia acepción del vocablo. Navegó mucho, y como ya lo hemos dicho, en su mocedad y en la edad madura. Sirvió con distintos cargos en los vapores Ucayali, Huaráz, Iquique, Lerzundi, Sachaca, Callao, Rayo, Chalaco, Limeña y Oroya, y en todos ellos se desempeñó a satisfacción general.

Mereció las más altas distinciones de sus jefes y se le citó a menudo en las órdenes del día, por su comportamiento ejemplar. Recibió así mismo comisiones delicadas y de confianza, como fueron entre otras, las que desempeñó en Bogotá y en Washington a las órdenes del Contralmirante Lizardo Montero.

Cuando las guerras con el Ecuador, España y Chile, la conducta de Raygada fue por todo concepto encomiástica. Durante la primera, hizo toda la campaña del norte y bloqueo de Guayaquil, desde Noviembre de 1858 hasta Febrero de 1860, siguiendo las instrucciones del Contralmirante Ignacio Mariátegui, pero obedeciendo todos al alto y único comando del Gran Mariscal Castilla. 

Cuando el conflicto con España, peleó también con bravura, pero ya como comandante de la nave de guerra Sachaca, bajo las inspiraciones de su superior Montero. Finalmente, y en plenas hostilidades con Chile, Raygada como tantos otros, se prodigó en defensa de su patria, y si no sucumbió al furor de las balas enemigas, fue porque el destino le estaba deparando nuevo, alanes y sacrificios, como pudo constatarlo después de firmada la paz de Ancón, en que no escatimó esfuerzo alguno, por titánico que él fuese, para asegurar el bienestar y tranquilidad de la República. Las hazañas realizadas por Raygada durante la guerra con Chile, son poco conocidas, y sin embargo, asumen todos los contornos de la verdadera heroicidad. Expediciona así en convoy y a bordo del Oroya con el monitor Huáscar, comandado por Miguel Grau, y recorre de un extremo a otro la costa chilena, burlando la vigilancia de la escuadra enemiga. Captura a la lancha Tocopilla, que conduce a remolque al puerto del Callao, y cumple con feliz éxito comisiones delicadísimas, asistiendo a todos los bombardeos del vecino puerto efectuados por la escuadra bloqueadora. Como se necesita un jefe competente, sagaz y previsor, todas las miradas se fijan en Raygada, y se le confía una misión reservada a Panamá, consistente en conducir un cargamento de elementos de guerra y dos botes torpedos que son embarcados en el Oroya por el Coronel don César Canevaro, y llegan con toda felicidad al lugar de su destino. Cuando la campaña terrestre se agudizó, y fue necesario trasladar al campo de operaciones a los cuerpos de tropas y elementos bélicos, Raygada siempre a bordo del Oroya, llevó y desembarcó al sur de la quebrada de Ocaña, en Chira, al Coronel Isaac Recavarren, con las armas, municiones y parques de guerra que junto con seis cañones de montaña y su respectiva dotación de artilleros, envió el Supremo Gobierno como auxilio a los ejércitos del Sur. Habiendo llegado a su punto culminante el bloqueo del Callao, y perdiéndose en consecuencia todo, a pesar de los actos de heroicidad realizados en la rada del puerto por los tenaces defensores, Raygada consciente de su deber, el 17 de Enero de 1881, incendió el Oroya, que había sido testigo de sus hazañas invaloradas, a fin de que no cayera intacto en poder del enemigo.

En cuanto a los servicios de Raygada en la Cancillería, nos bastará con apuntar que fue adjunto naval a la Legación del Perú en Bolivia, el 17 de Mayo de 1870, cuando la Plenipotencia en aquella República estaba servida por el doctor don José Antonio García y García; desempeñando también, y en otra oportunidad (4 de Agosto de 1878), el cargo de secretario de primera clase de la Legación de la República cerca de S. M. el Rey de Italia, bajo las órdenes del jefe de esa misión, que lo fue el doctor don Luciano Benjamín Cisneros.

No fueron menos importantes los servicios que el Contralmirante Raygada desempeñó en los propios ramos de guerra y marina, y también en el de Gobierno. En dos oportunidades sirvió la Prefectura y Comandancia General del Puerto del Callao, al igual que la Comandancia Principal de los tercios navales. Sus merecimientos en estos puestos delicados y de confianza, le valieron el apoyo de la ciudadanía chalaca, que lo ungió unánimemente con sus votos, como senador en propiedad por aquella circunscripción. Sucesivamente fue Vocal de la Junta Suprior de Marina, Capitán del puerto de Ancón, Prefecto de los Departamentos del Cuzco y Puno, Agregado al Ministerio de Guerra y Marina, Director de la Escuela Naval, Comandante principal de las milicias navales y Vocal del Consejo de Oficiales Generales, cargo este último que desempeñó hasta el momento de su sensible fallecimiento, ocurrido en la capital el 15 de Febrero de 1916.

El 10 de Diciembre de 1867, Raygada fue designado por el Director de Guerra, Coronel Mariano Ignacio Prado, como su ayudante de campo, y en este puesto, acompañó a su jefe durante el curso de la campaña toda, que culminó con la dimisión del Presidente de la República, el 7 de Febrero de 1868.

En más de una oportunidad, Raygada pasó al retiro por propia voluntad, no pudiendo prestar sus servicios en dependencias que estimaba se encontraban pésimamente organizadas. En esta emergencia, prefería vivir alejado de todo, hasta que volviesen mejores días para la disciplina y cordura de las administraciones imperantes.

Por los inestimables e importantes servicios que prestó a la Patria durante 60 años, el Contralmirante Raygada, alcanzó la gratitud de la República.
Dado su comportamiento valeroso el Dos de Mayo de 1866, frente a la escuadra atacante de Mendez Núñez, fue condecorado con la medalla acordada a los vencedores de aquella memorable acción. Durante su estada en Bolivia el Presidente de la vecina República, lo nombró su edecán honorario y le confirió una medalla de oro en atención a sus indiscutibles méritos, ocurriendo lo propio en Italia, en que se le impuso la insignia de la Orden de la Corona y se le designaba Ayudante del Duque Tomasse de Saboya.

Perteneció igualmente el Contralmirante Raygada a diversas Instituciones científicas del país y del extranjero, y ocupó el elevado y honroso cargo de Presidente de la Sociedad Fundadores de la Independencia, Vencedores el 2 de Mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria, venerable Sociedad ésta, a la que pertenecía en su doble condición de hijo de prócer y de concurrente a las acciones de armas libradas en defensa y por honor de la nación.
E. S. C.


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"Reseña Histórica de la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, Vencedores el 2 de mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria. En el primer centenario de su fundación". Lima, 1957.

Saludos
Jonatan Saona

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