Muchos relatos y varias biografías se han consagrado ya, en distintas épocas á la memoria del valiente joven Coronel D. Miguel E. Luna, que murió en Huamachuco victimado por los enemigos, sin que decayera la serenidad y el patriotismo que lo distinguieron en una vida relativamente corta, pero, llena de triunfos literarios en los planteles de educación que pisó y de respetos por la dignidad con que desempeñó diferentes cargos públicos, comenzando de secretario de la Sub-prefectura del Cercado de Arequipa, y por último coronada con una muerte gloriosa que muchos de sus jóvenes contemporáneos envidiarán.
Miguel Emilio nació en la ciudad del Cuzco el 8 de Mayo de 1852, de los respetables esposos Dr. Federico Luna y señora Ruperta Peralta.
Su primera educación la hizo en el Seminario de Arequipa y posteriormente se matriculó en nuestra Universidad de San Márcos, dónde era modelo de estudiantes, como fué modelo de amigos.
Cursaba Derecho cuando estalló el grito de guerra, que le hizo dejar los libros para asir el rifle defensor que no lo abandonó hasta rendir su vida en aras de la Patria.
El retrato de este simpático ó inteligente mártir de la causa nacional dará una ligera idea de que, aún en el terreno físico estuvo dotado de un personal interesante, lo que, para muchos importaría un motivo más para reconocer la grande abnegación que animó á Luna al dirigir su planta en busca del plomo enemigo.
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Texto e imagen tomado de "El Perú Ilustrado" núm 167, Lima, 19 de julio de 1890.
Saludos
Jonatan Saona
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