Municipalidad de Lima, siglo XIX |
Discurso del señor Germán Decker por la sociedad "Colaboradores de Instrucción"
Encanecida mi cabeza por la edad y el trabajo, —pero no balbucientes mis labios ni debilitado en mi corazón el santo amor a la Patria—, vengo también a unir mi voz a la nuestra en nombre de la Sociedad “Colaboradores de la Instrucción”.
Esa noble y viril juventud que enseña y es enseñada en nuestro Colegio Gratuito para el pobre, comisiona a un anciano para que os diga que también ella está a vuestro lado, hoy y siempre, asida del pabellón Perú, boliviano; ¡hasta clavarlo flamante y victorioso en las arenas de Antofagasta!
Esa juventud sedienta de saber henchida por la ciencia, y retemplado su espíritu por el derecho y la moral, me envía a mi, alemán como soy, a deciros que en el joven como en el viejo, en el peruano como en cualquiera que sienta en su conciencia la chispa de la Gran Justicia Universal; ¡en esos pechos todos, existe y existirá siempre el huracán terrible de la venganza y de la maldición!
¡Sí señores! ¡De la maldición divina y humana, que las Justicia fulminan sobre la cabeza del avaro, del infame y del traidor!!
Señores: Los jóvenes Colaboradores que, con nobilísima abnegación han dedicado ya once años de su vida a enseñar al desamparo por la Fortuna, me mandan a deciros que: os enviarán una hila para enjuagar la sangres del hermano herido, enrojecida e hirviente por sublime patriotismo; al mismo tiempo que ellos se organizan en cuerpo de ejército regular para engrosar ese baluarte humano, esa muralla invencible que formaremos con nuestros pechos para defender a nuestra madre, nuestras hermanas y nuestras hijas, y para herir en medio del mismo corazón a la más vil de todas las naciones."
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Diario "La Patria", año VIII n° 2343. Lima, Domingo 6 de abril de 1879.
Saludos
Jonatan Saona
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