"Señores:
El Concejo Departamental me ha honrado con la Comisión de hablar en su nombre al pueblo de Lima en esta solemne manifestación. Difícil es cumplir satisfactoriamente ese encargo, no solo por la importancia de la corporación de que procede, sino también por su propia naturaleza.
¿Qué puede decirse que no sienten y comprenden los peruanos a quienes me dirijo? ¿Cómo excitar más el patriotismo de un pueblo valiente y generoso y que se ve amenazado por una guerra de exterminio? ¿Con qué palabras podría manifestar los sentimientos que me dominan en este momento que son los de todos lo que me oyen? ¿Cómo podré significar la indignación que siente todo peruano por las provocaciones insolentes de la prensa y del pueblo de Chile; por los ultrajes hechos en Valparaíso y Antofagasta al glorioso símbolo de nuestra soberanía? ¿Cómo interpretaré fielmente el deseo universal de vengar ofensas y la firme resolución de hacer la guerra hasta sus últimos límites?
No puedo proponerme el alentar el patriotismo, ni excitar el entusiasmo, cuando ambos han llegado a su más alto grado. Debo solo recordar hechos que revelan lo que exigen la seguridad y el porvenir del Perú.
Esta guerra insensata de parte de nuestros enemigos, tiene por origen el odio y mezquinos intereses de los que siempre ha abrigado Chile y que ahora explotan en su provecho los negociantes que dirigen los destinos de ese pueblo. Antes que combatir y que vencer procederá a atacar pueblos indefensos. El fin que se persigue es el aniquilamiento de nuestro poder en la América y de nuestras riquezas, para satisfacer el deseo de adquirir de un pueblo excepcional por su egoísmo y de un gobierno mercantil.
El Perú, siguiendo su política tradicional, combatirá hoy como siempre por los derechos y los intereses de la América, derramará la sangre de sus hijos, gastará sus riquezas y agotará sus elementos en defensa de la integridad de Bolivia y de la de los demás Estados Hispano-Americanos.
Chile a su vez, sigue también su política tradicional, se apodera del litoral indefenso de una república vecina y sostiene el mismo principio que invocó la España en 1864.
He aquí la verdadera situación del Perú y la de Chile. Ella nos indica lo que debemos hacer y lo que tenemos que esperar.
Unir nuestros esfuerzos en defensa de la patria ultrajada y amenazada, contribuir a su defensa con nuestras personas y recursos pecuniarios, olvidar en lo absoluto nuestros resentimientos y querellas políticas. He aquí lo que la Patria exige, lo que el deber impone y lo que el sentimiento nacional facilita en los días de prueba.
Tengamos fe en el valor de nuestra marina y de nuestro ejército, en el patriotismo de nuestro pueblo, y en que combatimos al presente por el mismo principio que el 2 de mayo de 1866. La victoria será nuestra; porque ella acompaña siempre al valor sereno, al entusiasmo tranquilo, a los pueblos que tienen conciencia del derecho que defienden, y que obran inspirados por el más puro patriotismo."
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Diario "La Patria", año VIII n° 2343. Lima, Domingo 6 de abril de 1879.
Saludos
Jonatan Saona
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