Juan Garland

Juan Garland

Juan Garland

Es uno de los pocos oficiales del glorioso batallón Tarapacá que salvaron la vida en el asalto de Arica, no obstante haber sido herido en su ascensión al Morro.

Al declararnos Chile la guerra, el comandante Ramón Zavala fué nombrado jefe del batallón de guardia nacional No. 11, al que, por resolución suprema de 28 de mayo de 1879, se le dió el nombre de “Lima” No. 3, cuyo vistoso uniforme costeó aquel valeroso jefe tarapaqueño, de su peculio particular.

Garland—amigo personal de éste—fué nombrado teniente de la 4a. compañía del mencionado cuerpo, pero no pudo trasladarse al teatro de la guerra—Iquique—por haber caído gravemente enfermo cuatro o cinco días antes de su embarque.

Debido a los constantes cruceros que efectuaba la escuadra enemiga en el litoral de la República, se hacía difícil, imposible, casi, la comunicación con las ciudades del Sur, particularmente con Arica e Iquique; razón por la cual el teniente Garland, una vez restablecido de sus dolencias, no pudo trasladarse inmediatamente al segundo de los puertos citados, como él deseaba, para incorporarse en su cuerpo. Un buen día supo que el batallón “Canevaro” estaba en vísperas de emprender viaje a Arica; pero como los jefes de este cuerpo se negaran a admitirle en sus filas, alegando que estaba completo el cuadro de oficiales, esperó el día de la partida para presentarse a bordo; y después de insistentes súplicas, consiguió que se le diera de alta como soldado raso; pues lo que deseaba era salir de Lima a todo trance para ofrendar a la patria el contingente de su vida en los campos de batalla.

No tardó en llegar a aquel puerto el comandante Zavala, después de la retirada de Tarapacá, al frente de los pocos sobrevivientes del “Lima” No. 3, que sirvieron de base, con parte de las columnas iquiqueñas, para formar el batallón “Tarapacá” No. 23, de cuya 4a. compañía, a solicitud del comandante Zavala, era Garland nombrado capitán, grado con que peleó defendiendo los parapetos del “Cerro Gordo”, antemural del Morro, en cuya ocasión, como ya hemos visto, resultó herido, salvando la vida milagrosamente de la masacre de heridos y prisioneros que siguió a la toma de ese baluarte.

Durante su permanencia en Arica, el capitán Garland asistió a todos los bombardeos de la escuadra chilena; habiendo sido su compañía la que proveyó de combustible a la corbeta “Unión”, junto con soldados del batallón “Arica”, el día en que esta nave rompió el bloqueo del puerto, regresando horas después al Callao, burlando al enemigo.

En la condición de prisionero de guerra, fué trasladado a Chile, ingresando al hospital de la “Providencia”, de Valparaíso, donde fué curado de su herida, permaneciendo en ese país hasta mayo de 1881, en que fué puesto en libertad; regresando al lado de los suyos en Lima, provisto del siguiente pasaporte expedido por la autoridad política de Valparaíso:

"El comandante general de armas de la provincia de Valparaíso concede libre y seguro, pasaporte al Señor Juan Garland, prisionero peruano puesto en libertad de orden Suprema y que marcha al Perú acompañado de su asistente.

“En su consecuencia ordeno a todas las autoridades militares de mi dependencia y a las que no lo son, encargo, que no le pongan impedimento alguno en su marcha sin justa causa, antes bien, le faciliten en virtud del presente pasaporte, los auxilios que necesitare, pagándoles a los precios de costumbre.

Dado en Valparaíso, a 28 días del mes de Abril del año 1881.

(Fdo.). — C. M. Necochea."

En este pasaporte se consigna la siguiente filiación del repatriado:

Patria............ Perú

Edad............. 23 años

Estado.......... Soltero

Estatura........ Alta

Cabellos........ Castaños

El capitán Garland no siguió la carrera de las armas, obtando por la del comercio; pero, por leyes vigentes, tiene derecho al grado de sargento mayor.

Actualmente desempeña alto puesto en el Tribunal Mayor de Cuentas y vive rodeado del respeto y cariño de sus compatriotas, que ven en él a una de las pocas reliquias vivientes que nos quedan del combate de Arica.

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Texto tomado de: Gerardo Vargas Hurtado "La Batalla de Arica" Lima, 1980.

Saludos
Jonatan Saona