3 de septiembre de 2020

Combate de Pachía

Carlos E. de la Torre González
El combate de Pachía
Para MUNDIAL.

(3 de Setiembre de 1881).
Carlos E. de la Torre González.—Episodio de nuestra guerra Chile.

Reorganizado el Ejército del Sur bajo las órdenes del Jefe Superior Dr. Pedro Alejandrino del Solar se comenzó a hostilizar con cuerpos lijeros a los chilenos que ocupaban la ciudad de Tacna, mientras el grueso de nuestras fuerzas iban a operar sobre dicha ciudad, conforme al plan acordado con el general Campero quien debía atacar Tarapacá cayendo por Oruro.

Fue en estas circunstancias que se realizó el combate llamado de PACHÍA y en homenaje a los valientes que concurrieron a ese glorioso hecho de armas que es poco conocido y en que los peruanos obtuvieron un glorioso triunfo, queremos consagrar un recuerdo rememorando algunos detalles y episodios.

Las fuerzas peruanas se componían de la "Columna Sama" al mando del intrépido coronel cubano Juan Luis Pacheco Céspedes y de algunos gendarmes al mando del subprefecto y comandante Militar Mayor don Carlos de Latorre González, con un total de 300 hombres. Avisados los nuestros de que fuerzas de caballería e infantería chilenas avanzaban en número de más de 400 hombres, tomaron inmediatamente posiciones en los suburbios del pueblo de Pachía; allí esperaron al enemigo y poco después trabóse un lijero combate en que los chilenos se retiraron posesionándose y ocultándose en unos bosques cercanos. 

Al siguiente día se avistó al enemigo que estaba posesionado de un cerro elevado y se precedió a atacarlo, trabando un combate vigoroso durante el cual dirijíanse en alta voz frases de entusiasmo el coronel Pacheco Céspedes y el Subprefecto de Latorre. En el ardor de la lucha el arrojado cubano lanzando su kepis hacia donde estaban los chilenos gritó a su gente "A recojerlo muchachos"; viendo esto el valiente Latorre arrojó igualmente el suyo contestando “Allá vamos todos Coronel" y se lanzaron con tal ímpetu y coraje que el enemigo comenzó a cejar inmediatamente hasta dejarles el campo que habían ocupado; recojidos los kepis volvieron a lanzarlos en idéntica forma entre gritos de frenética exaltación patriótica y siguieron avanzando los peruanos mientras los chilenos cedían terreno ya en confusión. En estos momentos arremetió su caballo tan temerariamente el Mayor de Latorre que se le vió caer luchando contra cuatro chilenos que le rodearon; una bala enemiga había herido en la frente al "valiente entre los valientes", como lo calificó el coronel Pacheco Céspedes al heroico y noble patriota. Al verlo en tierra, lejos de amilanarse nuestros valientes soldados, embistieron con más brío sedientos de vengar al Jefe que les era tan querido, logrando en pocos momentos poner en fuga a los chilenos que dejaron en el campo numerosos muertos, heridos y prisioneros.

Carlos de Latorre González, hermano menor del actual segundo Vicepresidente de la República, gozaba de distinguida posición social y holgada condición económica. Hallábase en Europa y acababa de recibir su título de ingeniero cuando llegó a él la noticia del peligro para nuestra Patria y al impulso de sus nobles sentimientos vino inmediatamente a la Capital y ofreció sus servicios, siendo enrolado como Capitán en el batallón “Libres de Trujillo" donde fué ascendido poco después a la clase de Sargento Mayor. En estas circunstancias fue solicitado por el Jefe Superior del Sur Dr. Solar y marchó con el que éstas líneas escribe para entrar al servicio de! ejército de esa sección territorial. Poco después fué nombrado Subprefecto y Comandante Militar de la Provincia de Tarata para la defensa de esa importante línea, cumpliendo sus deberes para con la Patria hasta sacrificarse gloriosamente por ella.

Sobre los campos del combate de Pachía una cruz de hierro señala cristianamente la tumba de este joven héroe que solo contaba 24 años cuando murió. En Arequipa se le tributaron los debidos Oficios solemnes en la iglesia de San Francisco y recordamos estos detalles porque aún cuando la familia ahora tiempos diligenció por que sus restos fueran trasladados a la Capital, no pudo conseguirlo. Juzgamos que por la posición de Jefe que ocupó y la manera heroica como murió debería estar en la Cripta del Cementerio al lado de los que como el derramaron su sangre cerrando el paso al invasor.

VIRGILIO.


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Texto de la entrevista publicada en la revista "Mundial" Lima, 28 de julio de 1920.

Saludos
Jonatan Saona

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