16 de septiembre de 2020

Bernardo Smith

Bernardo Smith
Bernardo Smith

Vencedor de Abtao y sobreviviente de Arica el 7 de junio de 1880. Es uno de los militares ariqueños de alta graduación que sobreviven del antiguo ejército.

Los otros son el coronel G. Grimaldos Espinoza y el teniente coronel César Jiménez.

Cumplimos acto de justicia y reparación haciendo conocer los importantes servicios que este compañero de Bolognesi, en la epopeya de Arica, ha prestado a la patria desde mediados del siglo pasado.

Nuestro biografiado es un patriota convencido.

Pertenece a distinguida familia ariqueña. Apenas salido de uno de los principales colegios de Valparaíso—donde cursó instrucción media, teniendo por compañeros de aulas al ilustre ariqueño señor Guillermo Billinghurst— ingresó a la marina de guerra nacional, asistiendo con el grado de guardia marina al combate de Abtao (Chile) contra la escuadra española; haciéndose acreedor por ello al ascenso inmediato y a la medalla que el congreso acordó a los sobrevivientes de esa jornada.

Terminada la guerra con España, Smith se contrajo a incrementar más aún sus conocimientos náuticos, al lado de uno de nuestros más ilustres marinos, el entonces capitán de navío y más tarde contra-almirante, señor Aurelio García y García, bajo cuya dirección practicó varios estudios hidrográficos en el litoral Sur de la República, a partir de la desembocadura del río Loa.

Cuando estalló la guerra con Chile, Smith formaba parte de la plana mayor del monitor “Manco Capac”, que tan importantes servicios prestó al país desde el 7 de agosto de 1879, hasta el día en que llegó a Arica, procedente del Callao, remolcado- por el transporte “Oroya”, en convoy con el “Talismán”, después de 7 días de navegación, sin haber sido hostilizado por los buques enemigos en esa larga y arriesgada travesía.

Desde el 7 de agosto citado hasta el día en que la plaza fué asaltada por Lagos, el “Manco Capac” fué baluarte de ella, a estar a lo que dice el teniente Smith en las importantes apuntaciones que se ha servido remitirnos acerca de las acciones de guerra marítimas que tuvieron lugar en Arica desde el día en que arribó el monitor a este puerto, hasta el de su hundimiento.

En el combate que el 27 de febrero de 1880 sostuvo el “Manco Capac”, con el monitor chileno “Huáscar”, el teniente Smith tuvo a su cargo uno de los dos cañones de la torre, uno de cuyos disparos despedazó—cual a Grau en Punta Angamos certera bala del “Cochrane”— al capitán de aquél barco, el comandante Thompson, según afirman algunos historiadores chilenos; hazaña que el modesto marino pasa por alto en la descripción que nos ha hecho de este combate, en el que el monitor peruano hizo el último disparo contra el enemigo, que rehusó continuarlo, no obstante su indiscutible superioridad.

Antes y después de esta acción de guerra fueron importantísimos los servicios que el teniente Smith prestó en Arica, habiéndose distinguido en todo tiempo por su patriotismo y arrojo.

Como se sabe, después del combate de Arica y de ser hundido el “Manco Cápac”, toda la tripulación de éste fué prisionera del enemigo, conduciéndosele pocos días después a la prisión de San Bernardo, de donde vuelto el hoy capitán de corbeta Smith, fué nombrado capitán de uno de los vapores del lago Titicaca, cargo que hubo de renunciar varios meses después, para venir a Arica a cerrar los ojos de su anciana madre.

Desde entonces el señor Smith se dedicó al comercio, para el que posee, también, singulares aptitudes; industria que ejerce hasta el presente en Mollendo. Antes la había ejercido en su ciudad natal (Arica), donde en consecutivos períodos presidió la Sociedad Peruana de Beneficencia y donde era y sigue siendo admirado y querido, teniéndosele allí, no sin razón, como el más caracterizado miembro de la colectividad ariqueña.

Un 28 de Julio las autoridades chilenas intentaron arriar en forma violenta, ofensiva, el pabellón nacional, que flameaba en la asta del local de la mencionada institución, con lo que se habría perpetrado inaudito atropello. El señor Smith se opuso enérgicamente a tal profanación y lo bajó con sus propias manos, en presencia de numeroso pueblo; y, envolviéndoselo al pecho, increpó a los pacos, invitándolos a que intentaran tocarlo siquiera.

Los polizontes hubieron de desistir de su propósito ante la actitud resuelta del señor Smith, quien, por reciente ley del congreso, ha sido ascendido a la clase de capitán de corbeta, él, que con más títulos y derechos que otros, podía ser hoy uno de nuestros más ilustres contra-almirantes. 


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Texto tomado de: Gerardo Vargas Hurtado "La Batalla de Arica" Lima, 1980.

Saludos
Jonatan Saona

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