Carta de Miguel Iglesias a Nicolás de Piérola (1895)
Cajamarca H. "Udima"
Julio 28 de 1895.
Lima
Mi querido amigo y compadre
Lleno de viva satisfacción he leído la carta que ha tenido V. la bondad de escribirme y que mi sobrino Ysidro puso en mi mano, un mes há proximamente.
Ni el tiempo ni los accidentes de nuestra vida política habían debilitado un solo ápice el viejo afecto que á V. profesaba; y hoy, con ocasión de su carta, vuelvo á sentirlo resurgir tan poderoso y sincero como en su lejana época.
Persuadido de que el Perú necesita para levantarse de la postración en que yace, algo más que honradez y patriotismo, que es lo único que mi modesta personalidad podía ofrecerle, me he alejado deliberadamente del escenario político, dando así más ancho campo á justificadas aspiraciones, y pudiendo consagrarme mejor á rehacer el patrimonio de mis hijos, quebrantado por los azares de la contienda civil, que muy á mi pesar me vi obligado á sostener, y por el consiguiente destierro que ella llevó consigo.
Mas, esa prescindencia voluntaria á que me condeno, no ha menguado en lo más mínimo el amor á nuestra patria, y el anhelo que he sentido siempre por verla engrandecida y próspera.
Felizmente, esa aspiración que preocupaba mi espíritu, estoy casi á punto de verla realizada, desde el momento que, por la libre voluntad de los pueblos, pronto vá á regir los destinos del Perú, un hombre de las condiciones de V., de honradez ejecutoriada, de talentos comprobados, y de un patriotismo que acrisolaron las más duras pruebas, á que en el decurso de nuestra historia nos hemos visto reducidos. ¿Qué más puedo desear?
Que persevere V. en ser el hombre que ha sido, y que se rodee de los mejores elementos, es lo único que aspiro por bien de la patria y por la personal ventura de V., que bien lo sabe, en manera alguna puede serme indiferente.
Los representantes que ha elegido mi Departamento, abrigo la fundada esperanza de que secundarán activa y lealmente la política de V., son buenos elementos, nuevos en su mayor parte, prestigiosos, y llenos de nobles aspiraciones. En cuanto a los Sres. Olaechea y Ortiz de Zeballos, me parecen excelentes, dignos de los puestos que se les confía, y estoy seguro que á su labor inteligente y honrada quedarán agradecidos mi Departamento y el país en general.
Separados largos años, por diversas evoluciones políticas, anhelo como V. estrechar su mano; pero vedármelo por hoy la necesidad de atender personalmente á mis asuntos domésticos, que no están aún en pié de ser abandonados; pero esté V. seguro de que tan pronto como pueda me permitiré este placer; entre tanto crea en el afecto que le profesa su sincero amigo.
Miguel Iglesias
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Carta original forma parte del "Archivo Piérola", colección de la BNP.
Saludos
Jonatan Saona
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