Por: Javier Buenaño Muro
Itinerario biográfico
Nació en la ciudad de Lima el 28 de noviembre de 1834, fueron sus padres don José Antonio García y Gonzáles y doña Josefa García Urrutia. Al marino y diplomático don Aurelio García y García, le tocó vivir y actuar en una época de nuestra historia que abarca desde los primeros años de nuestra vida independiente hasta fines del siglo XIX, participando en todas las guerras internacionales y contiendas civiles en que tomó parte nuestro país en ese lapso de vida. Fue excelso patriota, un experto marino, muy amante de su profesión, y un sagaz diplomático quien obtuvo para su patria muchos beneficios de índole internacional.
Desde su juventud manifiesta su interés por el mar, previendo que el futuro del país dependía del vasto Océano que baña sus costas y que había que tener la fuerza suficiente para ejercer nuestra soberanía sobre sus aguas, como nuestra primera línea de defensa. Sus primeros estudios desde luego fueron dirigidos por seguir la profesión de marino, habiendo ingresado al mejor centro de estudios de la época o sea el Convictorio de San Carlos. Allí estudió matemáticas, física, filosofía, derecho público y otros, habiéndose graduado el 6 de abril de 1852, a la edad de 17 años con el título de Guardiamarina y pasando luego al Colegio Naval Militar cursó estudios profesionales.
Como es de rigor para todo joven Guardiamarina, la práctica en el mar se impone después de los estudios teóricos de la escuela y el Guardiamarina García y García se embarca el 19 de enero de 1853 en la Fragata "Mercedes", al mando del Capitán de Navío Juan Noel, quien al año siguiente perece heroicamente al naufragar el buque de su mando. Estuvo en este buque hasta agosto de ese año cuando fue trasferido a la Fragata "Amazonas", a órdenes del Capitán de Navío Domingo Valle Riestra, aprovechando las enseñanzas de estos dos prestigiosos jefes de nuestra armada. En este último buque conoció su primera acción de guerra, pues en el tomó parte en la campaña del sur, con motivo de la guerra con Bolivia, asistiendo al bloqueo y toma del puerto boliviano de Cobija.
El 18 de marzo de 1854 obtiene su primer ascenso al grado de Alférez de Fragata y el 11 de noviembre fue comisionado para formar parte de las dotaciones de los buques "Apurimac", "Loa" y "Tumbes", que se estaban construyendo en Inglaterra. Durante el tiempo de su estadía en ese país aprovechó el Alférez García y García para perfeccionarse en artillería y construcción naval, y en el estudio del inglés y francés, pues logró visitar Francia y todos los establecimientos militares y navales de importancia en ambos países. En Junio de 1855 se embarca en Londres en el "Tumbes", como segundo Comandante bajo las órdenes del Capitán de Navío Diego de la Haza, llegando al Callao el 11 de noviembre después de haber hecho escala en Santa Cruz de Tenerife, Río de Janeiro, Talcahuano y Valparaiso.
El 15 de octubre de 1856 fue ascendido a Teniente Segundo y destinado al "Ucayali", pero con el fin de lograr aun más práctica marinera, solicita licencia al mes siguiente para mavegar en la Marina Mercante Nacional, y así pasa cinco años de gran actividad mercantil. En 1858 adquiere el buque "María Cristina" y navega por todos los puertos del litoral. Al año siguiente adquiere en sociedad el "Encarnación" del cual asume el mando y entrega a su compañero Miguel Grau el mando de la "María Cristina". Ambos buques navegan por toda la costa y hasta Colombia, Ecuador y Chile. Por último, asume el mando de otro Mercante, el "Angela Reyes", en el cual casi naufraga en las costas de Chile en un fortísimo temporal pero gracias a su pericia de marino logró salvar el buque, tripulación y carga. Durante estos años en que navegó en estos buques mercantes por todos los puertos del Pacífico, aprovechó su recalada en ellos para tomar datos geográficos, sondajes, coordenadas, etc., para luego publicar su "Derrotero de la Costa del Perú", que mereció los más altos elogios, no sólo de nuestro Gobierno, sino del extranjero. Su trabajo fue traducido al inglés y francés y recibió honores y felicitaciones de gobiernos e instituciones científicas de muchos países.
El 25 de noviembre de 1862 fue nuevamente llamado al servicio de la armada dándose le el mando del bergantín "Almirante Guise" y el 1o de diciembre asciende a Teniente Primero. El 8 de enero de 1863 fue trasladado al mando del vapor "General Lerzundi". El 4 de diciembre fue ascendido a Capitán de Corbeta graduado y el 8 de enero de 1864 obtiene la efectividad en el grado.
El 13 de enero es comisionado nuevamente a Inglaterra para dirigir e inspeccionar la construcción de la fragata blindada "Independencia", la primera de su tipo destinada a nuestra Marina de Guerra. Durante su estada el 31 de mayo de 1865, fue ascendido a Capitán de Fragata efectivo y se le concede el mando de la nave. Estando el país en litigio con España por las pretensiones reivindicadoras de ese reino, era preciso acelerar al máximo la terminación de la fragata y su salida de Inglaterra debido a las actividades de los agentes españoles que presionaban al Gobierno Británico para la incautación de la nave. El Comandante García y García debió ejercer su tino, diplomacia y energía para lograr sus propósitos. Tuvo que zarpar sin tener la artillería montada pues tenía que ir encajonada como carga, así como todo el material bélico, librándose de correr igual suerte que las naves chilenas "Chacabuco" y "O'Higgins", que fueron detenidas fundándose en la ley de la neutralidad de la Gran Bretaña. La "Independencia" se dirigió a un puerto holandés aun con algunos operarios ingleses a bordo para terminar sus instalaciones, las que fueron ejecutadas parte durante la travesía y el resto en el puerto de Terneuzen. Sin embargo, aun hasta aquí seguía la perfidia española para tratar de lograr la detención del buque. Los agentes de España habían dado falsos datos sobre la verdadera nacionalidad de la fragata, pero su Comandante logró demostrar a las autoridades holandesas su verdadero origen y logró luego su más amplia colaboración para terminar la preparación del buque.
Estando la "Independencia" lista para su larga travesía hasta el Pacífico, zarpó de Holanda a mediados de febrero de 1866 dirigiéndose primero al puerto francés de Brest donde se unió al Monitor "Huáscar" para seguir juntos su viaje al Perú. El 24 de ese mes salían las dos naves, pero un fuerte temporal las obligó a regresar al puerto de partida para nuevamente salir el día 27. Bastantes dificultades tuvieron los dos buques para cruzar el Atlántico iniciándose éstas con un roce de la proa de la "Independencia" con la popa del "Huáscar" debido a una intempestiva parada de la máquina del monitor. El "Huáscar" sufrió la pérdida de una aspa de su hélice y otros daños en su casco, lo que obligó a reducir su andar y dirigirse a Funchal, Madeira, donde no hubo facilidades para reparar los daños. Luego siguieron a San Vicente, Cabo Verde, e Isla San Pedro. Tomaron carbón del buque inglés fletado de nombre "Thames" que los acompañaba. La próxima recalada fue Río de Janeiro donde permanecieron 29 días hasta quedar reparadas las averías del "Huáscar". Estando en Guerra con España desde el 14 de enero cualquier buque de esa bandera podía ser presa de nuestras naves y así sucedió que la "Independencia" apresó a los bergantines españoles "Dorotea", "Manuel" y "Pepita Victoria", habiendo hundido a los dos primeros y el último fue enviado al Perú con dotación de presa.
Después del cruce del Estrecho de Magallanes el 6 de junio ancló la "Independencia" en Ancud uniéndose a la escuadra Perú-Chilena al mando del Vicealmirante Blanco Encalada, para luego seguir viaje hasta Valparaíso donde permanecieron los buques algún tiempo. Por esta fecha nuestro Gobierno tuvo un desatinado plan de iniciar una ofensiva sobre las Islas Filipinas entonces colonia española y para cuyo fin había contratado los servicios del Contralmirante Tucker de la marina de los EE.UU., por ser considerado como un oficial con experiencia en esas aguas. Este nombramiento de un jefe extranjero fue rechazado por la mayoría de los jefes y oficiales de los buques peruanos surtos en Valparaíso entre los cuales estaban Miguel Grau y Aurelio García y García. En total unos treinta Uficiales fueron relevados de sus puestos y traídos al Callao el 9 de agosto. Todos estos oficiales fueron sometidos a juicio, pero el Consejo de Oficiales Generales los absolvió de toda culpa según fallo del 11 de febrero de 1867.
En marzo de ese año fue nombrado para tomar el mando del "Chalaco" cedido por el Gobierno a una empresa comercial para establecer un servicio de navegación en el litoral. El 15 de octubre deja este buque para la difícil tarea de traer de los EE.UU. los dos monitores de río recién adquiridos y que se llamaron "Atahualpa" y "Manco Cápac". Estuvo en esta Comisión hasta febrero de 1868 cuando fue relevado por otro Jefe y pasó al Departamento Marítimo del Callao, donde sirvió hasta el 22 de agosto, cuando fue nuevamente nombrado Comandante de la "Independencia". El 27 de junio de 1870 asciende a la clase de Capitán de Navío graduado.
El 4 de abril de 1872 fue relevado del mando de este buque por no haber sido partidario del Gobierno del Coronel Balta y luego, el 22 de julio, cuando estalló la revolución encabezada por el Coronel Tomás Gutiérrez, movilizó la Escuadra de acuerdo con otros jefes en contra de las pretensiones de este Coronel Revolucionario. La Escuadra apoyó al Presidente electo Manuel Pardo asegurando así la sucesión constitucional del mando y librando al país de una larga contienda civil. El 12 de agosto volvió el Comandante García por tercera vez al mando de la Fragata "Independencia".
Con fecha 5 de noviembre de 1872 recibió el importante nombramiento del Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario del Perú ante las cortes de los imperios del Japón y la China iniciando así el Comandante García y García una actuación diplomática muy fructífera para el Perú que por primera vez acreditaba una misión diplomática ante esos imperios asiáticos. La "Independencia", había sido designada para llevar a su destino a la misión diplomática peruana, conservando su jefe el mando del buque, pero por motivos de política interna el Gobierno suspendió el viaje de la fragata debiendo seguir a su destino por vapores mercantes.
El 22 de Diciembre sale del Callao con once miembros de la misión diplomática llegando a la bahía de Yedo el 27 de febrero de 1873 y desembarcando ese mismo día en el puerto de Yokohama. Fue recibido nuestro Jefe de misión con todos los honores por el Gobierno Japonés quien haciendo uso de una extraordinaria deferencia hacia nuestro país, jamás puesta en práctica con otras representaciones diplomáticas le fue ofrecida como residencia el espléndido Palacio Imperial de Hamagoten donde sería alojada la delegación peruana como huésped del Mikado. El 3 de mayo fue recibido en audiencia solemne por S.M. Montson Hito, Emperador del Japón rodeado por toda su corte, y siendo acompañado por todo el personal de la Legación Peruana.
Largas y difíciles fueron las negociaciones que llevó a cabo para cumplir con la misión encomendada por nuestro Gobierno. El 19 de junio de 1873 firmó en la ciudad de Yedo con el Ministro de Relaciones Exteriores del Imperio Japonés un acuerdo en el que se estipulaba que los reclamos del Perú por ciertas tropelías sufridas por el buque peruano "María Luz” en Yokohama serían sometidas al arbitraje del soberano de un país amigo. El 25 de ese mes se firmó el Protocolo, designando al Emperador de Rusia como árbitro. Prosiguiendo con su habitual firmeza y buen tacto la feliz conclusión
de este asunto, logró lo que el Perú nunca había conseguido en casos análogos honores para nuestro pabellón. El 21 de agosto la bandera del Perú fue izada en los fuertes de Kanagarva en la bahía de Yedo y saludada con 21 cañonazos en desagravio por las ofensas recibidas. La misión del marino y diplomático peruano en el Japón se puede decir que fue sellada con broche de oro, pues ese mismo día se firmó el tratado de paz, amistad, comercio y navegación entre el Perú y Japón con las cláusulas más favorables para nuestro País.
Mientras tanto en el Perú, el 23 de abril de 1873, el Congreso aprobaba la propuesta del Ejecutivo para concederle la efectividad en el grado de Capitán de Navío, otorgándosele los despachos de grado el día 28.
Terminadas sus gestiones diplomáticas en el Japón nuestro diplomático se trasladó a la China para dar cumplimiento a las instrucciones de nuestro Gobierno de entablar negociaciones con el Celeste Imperio y limar ciertas asperezas que se habían presentado por el tráfico de los trabajadores chinos al Perú. La misión era difícil y estaba rodeada de obstáculos, pero García y García logró todos sus objetivos en la forma más favorable para el Perú. En octubre se traslada a Shangai para luego seguir al puerto norteño de Tientsin donde llegaba a mediados del mes. El 26 de octubre de 1873 fue visitado oficialmente por el Virrey Li Hung Chang, designado por el Emperador para comunicarse con él. Entabló con esta autoridad las negociaciones para su recepción oficial pero para esto encontró dificultades embarazosas por los informes que se tenía sobre el maltrato de chinos en el Perú. Los pormenores de estas difíciles negociaciones constan en los archivos de nuestra Cancillería y se puede ver que gracias a la constancia del diplomático peruano se pudo establecer las relaciones con el Imperio Chino que a todas luces parecían rotas para siempre.
Se trasladó a Pekín en diciembre después de haber vencido los primeros obstáculos con el Virrey y allí se entrevistó con el Príncipe Kung, tío del Emperador Foug Chih que era un niño y no podía ejercer autoridad. Conseguido su reconocimiento el 5 de enero de 1874, recibió la Legación del Perú la visita oficial de este Príncipe rodeado de toda la pompa oriental de estilo para este acto. Finalmente, y después de una estadía de casi once meses, se firmó el 26 de junio el tratado de Paz, amistad, comercio y navegación entre el Perú y el Imperio Chino con las cláusulas del país más favorecido. En seguida se firmó una Convención para poner término a las quejas y reclamos sobre la inmigración de chinos en el Perú regularizando el sistema que debía adoptarse en el futuro, dejando así resuelto este enojoso problema.
Dando por terminada su misión diplomática en el Asia aprovechó de su estada en esa parte del mundo para visitar los puertos del sur de la China tales como Cantón, Makao, Hong Kong y otros, optando por regresar al Perú por la vía de Europa pasando por Singapore, Ceylán, Adén, Suez, dando así la vuelta al mundo. En Egipto fue recibido por el Virrey Ismail Pachá y luego en Italia fue honrado con una audiencia personal de su Santidad Pío IX, haciendo conocer en todas estas tierras lejanas el nombre del Perú. Luego de una corta estada en Europa se embarcó el 17 de noviembre de 1874 en Southampton, llegando el mes siguiente al Callao, después de dos años de misión diplomática.
Poco después de regreso al país fue nombrado Ministro de Gobierno y Obras Públicas, cargo que desempeñó desde febrero de 1875 hasta agosto del año siguiente. Asimismo, durante este período desempeñó durante dos meses la Cartera de Relaciones Exteriores por ausencia del titular. En 1878 fue elegido Diputado por Tumbes y a la vez Senador por Ayacucho habiéndosele calificado en ambas representaciones pero optó por ejercer únicamente la última.
Luego vinieron días aciagos para el país con la declaratoria de la guerra por Chile al Perú el 5 de abril de 1879. El Comandante García y García en su condición de marino no podía aceptar ocupar puestos políticos en tierra mientras su patria corría peligro en el sur y, renunciando a todo, se reincorpora a la Marina de Guerra en la cual tuvo una destacada actuación durante toda la contienda con el enemigo chileno. De inmediato fue nombrado Comandante de la Segunda División Naval constituida por la "Unión" y "Pilcomayo" enarbolando su insignia en el primero. A sólo dos días después de la declaratoria de guerra sale esta división naval al mando de García y García para incursionar sobre la costa chilena para entablar combate con el enemigo, tomando así la Marina Peruana la iniciativa y la ofensiva que siempre mantuvo sobre los chilenos pese a su inferioridad material.
Cinco días después, o sea el 12 de abril, los buques peruanos se encuentran cerca a Iquique con la corbeta chilena “Magallanes", la que trataba de llegar a ese puerto para reunirse con su escuadra que lo bloqueaba. De inmediato los buques peruanos inician la persecución del enemigo y lo toman bajo sus fuegos pero después de un corto cambio de tiros que el enemigo fue tocado, una falla en los tubos de las calderas de la "Unión" le tocó vigilar a 20 millas sur del puerto y al "Huáscar" la entrada del norte. La "Unión" fue el primero en avistar al buque que se aproximaba e inmediatamente inicia su persecución. Al ponerse a distancia de tiro le abre fuego haciéndole 54 disparos de los cuales algunos acertaron causándole un muerto, heridos y daños materiales. Viendo al "Huáscar" aproximarse por el norte, el buque chileno se rinde. Esta valiosa presa fue incorporada a nuestra Marina de Guerra prestando muy útiles servicios durante el curso de la contienda. La captura de este buque causó en Chile la dimisión del gabinete y renuncias de altos jefes militares y duras críticas sobre la prosecución de la guerra contra el Perú.
Ya sabemos por la historia la actitud heroica y el sacrificio de nuestro Almirante Grau en Angamos. La actuación de la "Unión" en este combate bajo las órdenes del Capitán de Navío García y García como Jefe de la Segunda División fue asimismo digna de los más altos elogios. Sin embargo, para comprender la actuación de esta corbeta hay que tener presente que era un pequeño y débil barco de madera, con cañones de avancarga de reducido calibre, construida para la guerra de corso y no para combatir contra buques de guerra de la categoría de los blindados chilenos. Es por eso que su comandante, conociendo bien las características de su nave y las del enemigo, eludió el combate con unidades vastamente superiores, lo que está de acuerdo con la mejor táctica y tradición naval. Eludió sus fuegos maniobrando diestramente entre los buques chilenos y atrajo hacia sí la persecución de la "O'Higgins" y "Loa", dos enemigos menos para el "Huáscar", mas no se podía esperar de tan frágil nave pero lo más importante fue que al salir indemne de Angamos, nos permitió seguir siquiera con un buque de guerra de alta mar. Si la "Unión' hubiera entablado combate junto con el "Huáscar", indudablemente hubiera corrido igual fin y hubiera sido de gran satisfacción y alivio para el mando chileno haber acabado de un solo golpe con todo nuestro poderío naval. Sin embargo, como ignorancia o malicia la actuación de la "Unión" fue objeto de errados comentarios por algunos, el Comandante García y García solicitó la apertura de un proceso de investigación sobre su participación en ese combate. Como era de esperarse por votación unánime del Consejo de Oficiales, quedó absuelto de todo cargo y aprobada su conducta en ese memorable encuentro.
Después de Angamos dejó el mando de la corbeta "Unión" y pasó en 1880 al Fuerte Santa Rosa en el Callao, participando en la Defensa del Puerto contra los bombardeos de la Escuadra chilena.
El 29 de setiembre de ese año fue designado como delegado para representar al Perú en las conferencias celebradas en la rada de Arica a bordo de la nave de guerra de los EE.UU., “Lackawana”, en unión de los Plenipotenciarios de Bolivia y Chile para tratar de lograr la paz mediante los buenos oficios del Gobierno de los EE.UU. La Conferencia fracasó por la poca energía de los mediadores y por las demandas exorbitantes de los chilenos que exigían la cesión de Tarapacá y el pago de una fuerte indemnización de guerra.
Seguía su curso la guerra y cuando el ejército chileno desembarcó el 22 de diciembre de 1880 en la caleta de Curayacu de Chilca, el Comandante García y García fue nombrado Secretario en Campaña del Presidente Nicolás de Piérola y con este cargo asistió a las batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores que tuvieron lugar entre los días 13 al 15 de enero de 1881.
Habiendo sufrido nuestras armas estos desastres, el enemigo entraba a Lima el 17 de enero y habiéndose ordenado el hundimiento de todos los buques que quedaban surtos en el Callao, no había ya medios para combatir al enemigo en la capital. Ante esta situación, el Jefe Supremo emprendió la retirada hacia el interior y nombró al Comandante García y García, Secretario General de Estado teniendo a su cargo el despacho de todos los ramos de la Administración Pública y designado como el próximo sucesor al Mando Supremo.
En su recorrido por el interior del país con el propósito de reorganizar la resistencia al enemigo, visitó los departamentos de Junín, Huancavelica, Ayacucho, Cuzco, Puno y Arequipa. Entre mayo y junio de 1881 fue comisionado como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante el Gobierno de Bolivia. Fue recibido por el Presidente Campero y se firmó un Convenio libre de tránsito entre las dos repúblicas y se acordó un nuevo plan de campaña para atacar a las fuerzas invasoras desde distintos sectores de los dos países. Para este fin envió a dos agentes a Buenos Aires donde lograron adquirir después de muchas dificultades un apreciable armamento que se introdujo al país vía Bolivia, pero la Revolución de Arequipa de octubre de 1881 hizo fracasar este plan de ofensiva y la pérdida de casi todo el material de guerra logrado con tanta dificultad.
El 28 de julio de 1881 se instala la Asamblea Nacional en la ciudad de Ayacucho ante la cual el Secretario General de Estado, presenta su informe de todo lo actuado mereciendo su completa aprobación. Esa misma asamblea el 8 de setiembre, lo asciende a la alta clase de Contralmirante a mérito de los eminentes servicios prestados a la nación.
Habiendo dimitido el mando Supremo de Presidente, Piérola en la ciudad de Tarma el 28 de noviembre de 1881, regresó a Lima el Contralmirante García y García, pero es perseguido por las autoridades chilenas de ocupación ordenándose su captura como montonero, y su fusilamiento. Asimismo, su domicilio en Lima donde vivía su esposa e hijas, fue ordenado que fuese saqueado con todas sus pertenencias, lo que fue llevado a cabo por las tropas de ocupación chilenas, quedando su familia en cruel desamparo.
Obligado a huir al extranjero se dirige a Inglaterra donde por medio de publicaciones hizo conocer la causa del Perú ante la opinión pública de ese país y otros de Europa a donde sólo había llegado antes la propaganda chilena. El 13 de noviembre de 1883 fue nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario del Perú ante la Corte de su Majestad Británica, habiendo sido recibido por la Reina Victoria en su Palacio de Windsor el 24 de junio de 1884, no sin antes vencer las dificultades que se le oponían por la ocupación chilena de parte de nuestro territorio y la existencia de una guerra civil.
El 11 de diciembre de 1883 fue nombrado con igual cargo ante la Santa Sede, conservando siempre la Legación en la Gran Bretaña. Igualmente allí tuvo grandes dificultades para ser reconocido por la Corte Pontificia por las condiciones en que se hallaba el Perú, dividido en bandos que se disputaban el poder y el país ocupado. Finalmente, vencidas todas las objeciones, fue recibido por el Papa León XIII el 12 de diciembre de 1884 y reconocida su Representación Diplomática.
Posteriormente las dos legaciones fueron divididas quedándose con la del Vaticano y al presentar su carta renuncia a la de la Gran Bretaña fue nuevamente recibido por la Reina Victoria el 27 de enero de 1885, ceremonia que rara vez se practica con Ministros que se separan de sus cargos quedando así honrado en forma especial el nombre del Perú.
Deseoso de regresar a la patria, y después de reiteradas renuncias a la Legación del Vaticano, el Gobierno aceptó su dimisión del cargo el 6 de febrero de 1886. A su regreso se le nombró miembro de la Junta Consultiva de Gobierno y después de actuar en la Comisión encargada de la obra del camino Tarma-Chanchamayo, renunció a su cargo para volver a Europa para atender negocios particulares.
Por sus conexiones en Inglaterra logró interesar a capitalistas de ese país en la explotación de las Minas de Montes Claros en la Provincia de la Unión, Departamento de Arequipa, y al regresar al Perú se dirige a Quilca para internarse a ese asiento minero para iniciar su explotación cuando fue atacado de un violento tifus.
Su repentina enfermedad en un lugar tan apartado hizo movilizar todos los medios posibles para darle la mejor atención médica. El Presidente de la República, General Cáceres, ordenó al transporte "Santa Rosa" al mando del Comandante Villavisencio que zarpara de Mollendo a Quilca para recoger a tan ilustre enfermo y traerlo al Callao. Así se hizo pero pese a todas las atenciones y cuidados falleció el Contralmirante García y García el 25 de junio de 1888 a las pocas horas de su arribo al Callao, lejos de su esposa e hijos que se hallaban en Inglaterra.
Con la temprana desaparición del Contralmirante García y García, el Perú perdía a uno de sus más ilustres hijos de su época. Tuvo en su foja de servicios más de 42 años dedicados a la patria, a la cual sirvió tanto en el mar como en tierra, en guerra y en la paz, habiendo hecho conocer el nombre del Perú por todo el mundo y logrando honores extraordinarios a su pabellón en lejanas tierras. Su limpia foja de servicios y su extraordinaria actuación como marino y diplomático quedan como eterno ejemplo para las futuras generaciones de los que aspiran dedicar sus vidas a la patria en nuestra gloriosa Marina de Guerra.
El Contralmirante Aurelio García y García fue casado con doña Teresa Lastres y Riglos, hija del Coronel José María Lastres y Martínez, prócer de la Independencia y vencedor de las batallas de Junín, Matará y Ayacucho. De este matrimonio nacieron ocho hijos, habiendo dejado una numerosa descendencia.
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Museo Naval del Perú. "Héroes y marinos notables. Apuntes Biográficos" Vol. I. Lima, 1982.
Saludos
Jonatan Saona
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