Chosica, Abril 21 de 1883.
Cumpliendo la órden de US. salí de este campamento ayer á las 11 1/2 A. M. en dirección á Puruguay, con el objeto de protejer i amparar los trabajos de revisión é instalación de la línea férrea hasta ese punto.
Las tropas que US. se sirvió poner á mis órdenes para llevar debidamente á cabo esta operación, se componían de dos compañías del batallón “Chacabuco” 6.° de línea con 146 hombres, del batallón “Miraflores” con 175 plazas i 8 individuos de "Granaderos á Caballo", sumando un total de trescientos veintinueve hombres, llevando ademas 40 bueyes que, arriados por algunos muchachos, debían caminar adelante de las fuerzas, en previsión de las minas automáticas que pudieran estallar, por tenerse conocimiento de que había algunas sembradas en la linea, que era el camino que debía seguirse en la marcha. Esta se hizo sin novedad, en una estensión de dos millas i media, empezando desde ahí á encontrarse ya las minas, siendo es-traídas quince de ellas i estallando cuatro bajo las pisadas de los soldados, resultando de esto cuatro heridos de gravedad i un contuso, i tres de heridas lijeras.
Estos desgraciados é inevitables accidentes, unidos á los estorbos puestos en los rieles, hicieron desde entónces mas lenta la marcha del convoy, haciendo andar á los infantes, cuando era posible, ya sobre las tápias que cierran la línea ó bien sobre el terreno con vejetación, para evitar mayores desgracias, i no haber dado el resultado que se buscaba la medida de hacer caminar á los animales vacunos adelante de la tropa.
De esta manera se llegó á las 3 P. M. á una distancia de dos i media millas, según cálculo, del puente de Puruguay, punto en que, según las instrucciones verbales recibidas de US., era por donde debía subir la tropa para coronar las alturas de Puruguay. Aquí juzgo conveniente llamar lijeramente la atención de US. sobre la formación de los cerros de esta quebrada que US. también conoce: dirijiéndose desde la Chosica al interior, la quebrada está formada por cerros, de mas ó ménos estensión, cortados por ensenadas la jeneralidad, ó separados otros de un modo completo, formando esto portezuelos que á gran elevación vienen á ligarse por detrás, estando en muchas partes incomunicables. Esta causa haría no solo mui dificultosa imposible sino la marcha de una tropa por las cimas, teniendo que bajar i subir constantemente. En el puente de Puruguay se encuentra la subida á los cerros de este nombre, i habiendo, pues, llegado á la distancia de dos i media millas de ese lugar, corno queda dicho anteriormente, hubo necesidad de detener la marcha por inconvenientes en la línea del ferrocarril. En este punto se divisó á tres ó cuatro hombres á nuestro frente en la falda del cerro de la izquierda, sobre la cual se distinguía un pequeño reducto circular de piedra, adelantado á poca distancia del puente; con este motivo i después de una observación del lugar i creyendo no existiese allí mucha fuerza, hice adelantar 40 hombres para dispersarlos con algunos tiros, rompiéndose con esto un fuego que por parte del enemigo comenzaba en la derecha por el reducto de que ya he hecho mención, siguiendo á la izquierda en línea no interrumpida, por el puente i cerro de la subida á Puruguay.
Apercibido ya de la existencia de un enemigo fuerte en número, hice retirar los animales i el tren, mandando adelantar el resto de la fuerza del "Chacabuco” en protección de la tropa que ya se batía, avanzando por mi parte con dos compañías del "Miraflores," hasta el punto de quedar bajo los fuegos de la línea de cerros de la derecha, que empezaba á ser invadida en su cima por el enemigo. Conociendo luego la imposibilidad de forzar el paso, no encontrando acceso posible al cerro i en vista de lo avanzado de la tarde, ordené la retirada después de una hora i media de combate, temeroso ademas de ser cortado en la retirada por la jente que, como antes digo, avanzando por sobre el cerro de la derecha, hacia fuego á la tropa del "Miraflores."
Al efectuar la retirada; se hizo en perfecto órden, i con la lentitud necesaria para retirar del campo con la caballería á los heridos que fuera posible i dar lugar á que se incorporasen los que se encontraban mas avanzados al enemigo, hasta tomar el tren que se hallaba á gran distancia del teatro de los sucesos.
La fuerza del "Miraflores" que se encontraba soportándolos fuegos que el enemigo dirijía desde el cerro indicado ya, no podía contestarlos por la ineficacia de los resultados que hubiera dado, tirando sobre la inmensa altura, habiéndose probado esto por algunos disparos hechos, ni tampoco el que suscribe quiso hacerla unirse á la del "Chacabuco," porque dada la formación de la quebrada, hubiese sido perder mayor número de jente, sin fruto alguno i esponer la retirada.
Como siempre sucede, cuando no se llega á pisar el terreno ocupado por el enemigo, es difícil apreciar el número de bajas sufridas por él, i el que suscribe, aunque está convencido que de algún resultado habrá tenido nuestro fuego sobre el enemigo, no puede estimar sus pérdidas. Por nuestra parte debemos lamentar la muerte del Subteniente del batallón "Chacabuco” 6.° de línea Don José del Cármen Ferrer, muriendo ademas el telegrafista de este cantón Don Rufino Paiva, quien marchaba con el objeto de inspeccionar la línea telegráfica; un sarjento i un soldado del mismo cuerpo i 26 individuos heridos, siéndolo siete por las minas i el resto por balas.
Por la relación adjunta verá US. detalladamente los cuerpos, compañías i clases á que pertenecen los individuos que ha cabido en desgracia perder en el encuentro que motiva éste.
Al terminar el presente parte, juzgo oportuno espresar á US. que no tenia conocimiento sobre la exacta formación de la quebrada, cuando fui nombrado por el señor Comandante de mi cuerpo para poner me á las órdenes de US. i que he debido atenerme á las noticias que me daba el Teniente Don Miguel Ureta, que US. puso á mis órdenes en calidad de ayudante.
Finalmente, es mi deber, aunque después del mal resultado de la espedición que se me confió, recomendar á US. á los señores Oficiales i tropa que se encontraron en el hecho de armas que dejo referido por su valiente comportamiento i fiel cumplimiento dado á mis órdenes. Así mismo recomiendo á US. como digna de atención, la decisión i valentía con que desempeñaron respectivamente sus cargos el Teniente Don José Miguel Ureta, como ayudante del que suscribe, el Capitán Don Roberto Mac Cutcheon, quien estrajo algunas de las minas de que se ha hecho mención el Alférez del Tejimiento "Granaderos á caballo" Don Arturo Rojas, al mando de su piquete.
Dios guarde á US.
Julio Quintavalla.
Señor Coronel Comandante del Cantón de Chosica.
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Lynch, Patricio. "Segunda memoria que el vice-almirante D. Patricio Lynch, jeneral en jefe del Ejército de operaciones en el Norte del Perú presenta al Supremo Gobierno de Chile." Tomo II. Lima, 1884.
Saludos
Jonatan Saona
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