Señores Redactores de “El Comercio".
Muy señores míos:
El señor coronel don David Florez, prestigioso marino, conmemorando una fecha gloriosa de nuestra marina nacional, ha hecho una publicación en su acreditado e importante diario de fecha 17 de marzo último con el noble fin de conservar la verdad histórica de sucesos consumados en la guerra del Pacífico, salvando la responsabilidad de nuestros ilustres gobernantes.
En mi calidad de testigo presencial de aquella jornada y como tripulante de la Corbeta “Unión", me permito exponer algunos datos interesantes relacionados con el artículo en cuestión que no debemos olvidar y que guarda reverente mi memoria.
Cabe recordar que al asumir su cargo el entonces dictador don Nicolás de Piérola en 21 de diciembre de 1879, consciente de su investidura y responsabilidad en dias de suprema angustia para la Nación, su primera y preferente atención fué prestar auxilio al ejército del Sur en campaña y a la sazón debilitado después de la gloriosa jornada de Tarapacá, que venciendo al enemigo tuvo que retroceder y encastillarse en la zona de Arica, teatro de la incomparable hazaña y heroísmo del ínclito coronel Francisco Bolognesi el día 7
de junio de 1880.
A propósito de ésto, la mente y principal preocupación del dictador fué despachar una expedición al Sur, compuesta de tres naves de guerra, a saber, la “Corbeta
Unión", el transporte “Oroya" y guarda costa “Talismán”.
Por obra del destino, esta hábil disposición no tuvo la suerte que se esperaba. El transporte “Oroya", cargado con
los pertrechos de guerra inclusive municiones, a última hora, tuvo tropiezos para
izar a su costado la lancha torpedera "Alianza" y acto continuo el dictador en persona se constituyó a bordo de la “Unión” y a media noche dió orden que todo el contingente embarcado en el “Oroya” fuera trasbordado a la “Unión" y una vez presenciada por él esta maniobra de izar al costado de la "Corbeta Unión" la mencionada lancha, se impartió la orden
de salida, zarpando del puerto del Callao en convoy con el "Talismán" que llevaba
su bordo el Estado Mayor del General
Beingolea con personal de los más expertos artilleros para reforzar a la guarnición del Morro; y con el envío de la torpedera “Alianza" aumentar la flota
Arica compuesta sólo del Monitor “Manco Cápac".
Al arribar a Quilca se perdió el convoy de noche y confundiendo el "Talismán” por buque enemigo a la nombrada
“Corbeta Unión" aguantada sobre la máquina en el mencionado puerto, resolvió su regreso al puerto de Pisco, perdiendo
asi comisión tan importante, que lamentó con desesperación el dictador.
En la madrugada del día siguiente 17
de marzo de 1880, la “Corbeta Unión" forzaba el bloqueo de Arira y se perdió también, por la suerte de las armas, la importantísima comisión que debía desempeñar en los mares del Sur haciendo de corsario para los buques cargados de salitre despachados de puertos peruanos y bolivianos ocupados por Chile. Cumplida su comisión la Corbeta “Unión", de arribar antes al
puerto de Arica y después de sostener reñido combate con una división de la Escuadra Chilena, las averias causadas principalmente en su máquina y calderas después de producido el incendio a bordo, que motivó la orden del general en jefe, contralmirante Montero de varar la nave y desembarcar la artillería.
El arrojo y pericia del comandante Villavicencio ejecutando una hábil y atrevida maniobra puso a raya a los bloqueadores y burlando su inmensa superioridad rompió por segunda vez el bloqueo ante las aclamaciones de las escuadras extranjeras que ocupaban al norte de la bahía la zona neutral. Así, pues, impedida de continuar su viaje al Sur, la "Corbeta Unión" fué obligada a regresar al Callao a reparar serias averías de consideración e impedida nuevamente de salir, con el bloqueo del puerto del Callao por toda la Escuadra Chilena el 9 de abril de 1880.
Viene al caso rememorar la siguiente publicación que hice en el diario "La Prensa" de 30 de marzo de 1924, rectificando un artículo contenido en el periódico "La Sanción" del Callao fechado en 16 de marzo del mismo año 1924 y que en copia fiel a la letra dice:
"S.S. Redactores de "La Sanción".
Callao.— Muy señores míos:
Con narrado interés y verdadero asombro he leído el interés y verdadero asombro he leido el número 448, de su importante periódico fecha 16 de marzo actual, que se edite en ese puerto, haciendo ustedes la reseña histórica de un episodio glorioso realizado en las aguas del puerto de Arica por nuestra Corbeta "Unión" en la fecha clásica, 17 de marzo de 1880, durante la guerra con la república de Chile. Y digo con verdadero asombro, porque lastima el patriotismo cuando menos, la ignorancia de hechos no tan lejanos, para no permitir rectificarlos por testigos de aquella célebre jornada.
De la plana mayor de la mencionada corbeta sobreviven aún, además del señor capitán de navío, hoy nuestro benemérito vice almirante don Manuel Antonio Villavicencio y los entonces guardiamarinas señores Enrique Gamero, Tomás Lama, Alfredo Villavicencio y el suscrito.
Han transcurrido 44 años de esa memorable fecha para que hoy se nos invente un cuento o novela apareciendo con el comando de dicha nave su segundo jefe capitán de corbeta don Arístides Aljovín en la acción naval de forzar doblemente el bloqueo de Arica.
Esto aparentemente no tiene otro fin que pretender desvirtuar los méritos y laureles que corresponden señaladamente a su primer jefe capitán de navío señor Villavicencio, que ninguno de sus subordinados jamás dejó de reconocer. — Tan digna, elevada, valerosa y patriota fué la conducta de ambos jefes como la de su brillante oficialidad, ocupando cada cual su puesto de honor; y con el que nuestro ínclito vicealmirante casi perdió la vida, combatiendo en el puente de su nave, por bomba enemiga.
Es así, señores redactores, que para realzar el distinguido comportamiento y mérito indiscutible de uno de nuestros más prestigiosos marinos y de mayor lustre el comandante don Arístides Aljovín, no era indispensable, ni menos, es hacer labor justiciera querer opacar hoy temerariamente el resplandor glorioso de otro marino insigne, nuestro venerable vicealmirante, que durante las largas y difíciles operaciones de la campaña maritima en distintas condiciones del servicio y al mando de otras naves dió numerosas pruebas de su serenidad y comprobada competencia. Y para que ustedes no confundan los hechos históricos, me permito porporcionarles por vía de ilustración un dato interesante para la misma historia y es que efectivamente el comandante Aljovín fué nombrado jefe interino de la mencionada corbeta "Unión", un mes antes de la destrucción de nuestra escuadra mientras el comandante Villavicencio era nombrado jefe de la fortaleza "Piérola" en la cumbre del cerro de San Cristóbal; y que la orden dictador don Nicolás de Piérola fué fielmente cumplida con la destrucción de las baterías y fuertes del Callao y el hundmiento de todos nuestros barcos de guerra a continuación del desastre de nuestro éjército nacional en los campos de San Juan, Chorrillos y Miraflores y para no entregar elementos de guerra a nuestro enemigo invasor. Agregando que el bloqueo de nuestro primer puerto duró nueve meses de reñidos combates y bombardeos, del 9 de abril de 1880 en cuya madrugada un torpedero enemigo atacó sorpresivamente a la nombrada corbeta, estallando su torpedo sin lograr herirla, siendo dos veces rechazado por un nutrido fuego de cañón y fusilería de a bordo, dirigido personalmente por su mismo comandante. hasta el 17 de enero de 1881, que tocó en suerte al valeroso comandante Aljovín hundir la gloriosa nave en las memorables aguas del Callao y uno de sus mástiles ostenta gallardamente en el edificio de la Escuela Naval de "La Punta", como timbre de orgullo nacional.
Con estos datos pueden ustedes dar por terminada mi rectificación. Esperando de la hidalguía de ustedes, señores redactores, que debe reconocer en los personeros de la prensa seria e independiente, no dudo sabrán dar lugar preferente a esta publicación en homenaje a la verdad histórica, con el honor con que me es grato suscribirme de ustedes muy atento y S. S.
(Firmado) A. Emilio Díaz,
capitán de fragata de la armada nacional, sobreviviente de Arica".
Quieran ustedes señores dar cabida en
las columnas de su importante diario a la presente exposición de hechos y acontecimientos históricos que han de formar la
conciencia nacional, con la honra que tengo de suscribirme de ustedes obseruente seguro servidor.
Antonio Emilio Díaz.
Capitán de fragata, veterano de la guerra del Pacífico.
Magdalena del Mar, jirón Castilla V.
926.
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Revista de la Sociedad de Fundadores de la Independencia, Vencedores del 2 de mayo de 1866 y Defensores calificados de la Patria. Año II. n° 6. Enero-Marzo 1944.
Saludos
Jonatan Saona
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