Carlos M. Muñiz |
Sobre un libro nacional
Leí, hace pocos días, en el diario "El Deber", un artículo en que encarecía el mérito del señor Carlos María Muñiz con relación a la obra que éste publicó relativa a Guerra del Pacífico. Expresa, a la vez, el autor del artículo, que, con motivo del Centenario Nacional, debería premiarse al señor Muñiz, haciéndose, al mismo tiempo, una nueva edición de su libro.
Fraternizo, desde luego, con la idea porque gusto de encarecer el mérito modesto, el trabajo perseverante y el patriotismo desinteresado que revela la obra de Muñiz.
No obstante de que entre nosotros abundan los escritores, son pocos, a la verdad, los que tratan asuntos nacionales; y conviene, por lo mismo, estimular a los que como el señor Muñiz, consagran su inteligencia y su tiempo a esa noble labor.
¡Y qué labor tan ruda y tan abnegada fué para Muñiz la de escribir el libro que motiva estas líneas! Sin fuentes de información, sin estímulo, lo veía yo en aquella época robar largas horas al trabajo intenso con que se ganaba ia vida, para allegar documentos, datos y noticias fidedignas, consultando lo escrito hasta entonces y pasando noches en vela para realizar propósito.
Algunas veces hablé con él en aquellos días, y su palabra cálida, su vehemencia de convencido, el esfuerzo de voluntad con que se sobreponía a su salud quebrantada; revelaban al hombre obsedido por el ideal de enaltecer las glorias de su patria. Con qué fervor, con qué sinceridad han sido escritas esas páginas, más especialmente las que se refieren a la ocupación de Arequipa por el ejército chileno.
No me propongo analizar la obra Muñiz: no tengo tiempo para ello ni creo que debe hacerse estudio crítico sobre un libro que, con base de valiosos documentos, hace briosa y enérgica apología de la actitud del Perú en la guerra de 1879.
Apena pensar que, entre nosotros, son pocos los que están informados de la manera cómo se desenvolvieron los acontecimientos de entonces. La gran mayoria sólo conoce, de modo incompleto y aislado, algunos episodios heróicos; pero el grande, el noble proceso de abnegación, de esfuerzo y de energía que significaron para el Perú los cinco años de lucha perverante; es apenas conocido y no se ha valorizado en su alta significación.
La obra de Muñiz sincera y ardiente, es obra de propaganda y de espíritu nacional. Bastaría esta razón para que se reimprimiera por cuenta del Estado, distribuyéndola en escuelas y colegios para que la nueva generación sienta el calor patriótico de alguien que en su primera juventud presenció la guerra y vistió el uniforme de soldado.
No es posible tampoco que se olvide al autor del libro, a ese autor que, no obstante de vivir hostigado por la necesidad imperiosa de ganarse el pan, ha escrito una obra que es una ofrenda para su patria. Acto de justicia y de estímulo sería, con ocasión del Centenario, otorgarle el premio a que es acreedor.
Entre tanto, que estas breves frases lleven una vez más el aplauso y el estímulo al sincero amigo.
J. M. Polar
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Revista "Mundial" Año II, num 36, Lima, 1 de enero de 1921.
Saludos
Jonatan Saona
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