José Antonio Rioseco |
Teniente de artillería
La primera víctima de las pestilencias del Perú, si nuestra memoria no nos falla, fué (febrero de 1882) en la ciudad de Trujillo el brillante capitán de artillería don Jenaro Freire. Pero no seria la última victima de la ocupación en esa arma, porque en mayo del año subsiguiente falleció del mismo mal en Ica, el teniente don José Antonio Rioseco, discípulo en la guerra de su paisano i deudo, el mayor Montoya, muerto también por el clima.
El teniente Rioseco era nieto de un oficial del rei, i nació en los Anjeles por el año de 1860, por manera que, al sucumbir gloriosamente en una ingrata i pestilente guarnición, había vivido apenas 23 años.
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