El Soldadito

El soldadito.

A Juan B. Velaochaga.


I.
Era un niño: no contaba
quince años; pero en valor
no había quien le ganase
en todo su batallón.

Al saber que se acercaba
el enemigo, dejó
su casa secretamente,
y de su madre el amor.
y enrolándose en las filas
de valerosa legión
aprendió á marcar el paso
á compás del atambor;
y aunque apenas soportaba
el peso de su Chassepot,
sabía cómo hacer fuego,
del oficial á la voz.

Cuando marchaba en las filas,
con el sencillo chacó
y la blanca tapa-nuca
que le guardaba del sol,

y la mochila á la espalda
y el fusil á discreción;
erguida la altiva frente,
y pintando su valor
y su entusiasmo en los ojos,
ardientes cual lo es el sol,
decían mujeres y hombres:
—¡Que viva! ¡Guárdele Dios!
Es el más joven y apuesto
soldado del batallón!—


II.

Al encuentro de las huestes
del enemigo marchó,
entusiasta como nunca
y lleno de patrio amor.

Amanecía. A lo lejos,
en compacta formación,
avanzaba lentamente
el ejército invasor.
—¡Soldados,—el jefe, entonces,
—de frente, marchen!-- gritó;
y en seguida, de hacer fuego
lanzó la rápida voz.

¡Cómo atronaba los aires
de las descargas el son,
que aún á los más valientes
causaba inmenso pavor!

Pero el guapo soldadito
no ante el fuego se inmutó,
y luchaba como lucha
en el desierto el león.


III.

Encarnizado el combate
fué, como no ha habido dos,
en ese día de Enero,
que tanto heroísmo vio
en el Barranco y Chorrillos
el Morro (1) y el Malecón.

A la noche, ya extinguida
del cañón la bronca voz,
se levantaba hacia el cielo
el rojizo resplandor
del incendio que llevaba
á una y otra población
la saña cruel, vandálica
del enemigo invasor.

Muchos valientes peruanos
en aquella lid atroz
cara vendieron su vida,
peleando con noble ardor,
y entre ellos cayó el soldado
más joven del batallón!


Miguel M. Luna
Lima— 1890,

(1) El Morro. Solar


**************

Texto publicado en "El Perú Ilustrado", sábado 19 de abril de 1890

Saludos 

Jonatan Saona