19 de noviembre de 2011

Parte de Soto A. sobre Dolores

Pedro Soto Aguilar
Parte del Comandante del Cazadores a Caballo

Campamento de San Francisco, Noviembre 22 de 1879

El 18 del actual, por orden de V. S. mandé 120 hombres montados del Regimiento de mi mando, al lugar denominado Agua Santa, a las 3 pm, para reconocer el trayecto hasta aquel punto y ver si convenía acantonar todo el Regimiento.

A las 6 pm, del mismo día, recibí aviso del Capitán don Manuel R. Barahona, que mandaba la fuerza, de haber encontrado en Negreiros una avanzada del Ejército enemigo como de 300 hombres de infantería y de Caballería, la que hizo fuego a nuestra tropa, y viendo que era considerablemente superior, regresó al campamento. Esta circunstancia fue puesta en su conocimiento y acogida favorablemente por V.S.
El 19, a las 3 P. M. recibí orden de V. S. para examinar el lugar que debía ocupar la caballería en la línea de Batalla, operación que hice al amanecer de este día, acompañado del Capitán Ayudante don José Miguel Alcérreca.

Este reconocimiento dio la posición conveniente e indispensable en que con tanto acierto se colocó la caballería en el bajo del Cerro Encañada, situado a las derecha de la línea de batalla de nuestro Ejército, donde permanecí con todo el Regimiento y una compañía de Granaderos a Caballo, hasta el momento en que rompían el fuego los ejércitos a las 3.10 pm.

Incontinenti recibí orden de V. S. para situar dos escuadrones, colocando uno al noreste de la línea de batalla y el otro a inmediaciones de la Estación de Dolores, con el fin de observar y defender el paso indispensable del enemigo, que con tanto tesón procuró pasar para apoderarse de la aguada de Dolores, lugar conveniente y en el que se provee agua nuestro ejército.

A las 3.30 juzgándose que la caballería contraria debía atacar al escuadrón avanzado al noreste, dispuse que el Teniente Coronel Graduado del Regimiento, don Feliciano Echeverría, tomara el mando de dicha fuerza para repeler a la caballería enemiga que trataba de darse paso.

Al retirarse el ejército enemigo, se me dio orden de marchar con el resto de la caballería de mi mando, a proteger nuestra infantería que marchó en persecución, hacia Santa Catalina lo que ejecuté debidamente.

Al día siguiente por orden de V. S. dispuse que el Teniente Coronel Graduado don Belisario Echeverría, al mando de dos escuadrones se dirigiera a las posiciones en que se encontrara el ejército enemigo y protegiera a nuestra infantería, operación que ejecutó recorriendo dos leguas al sur desde el lugar de la batalla el día anterior, sin encontrarlo por ponerse en derrota precipitada, en la noche, obteniendo por resultado, ver que el enemigo había abandonado toda su artillería, parque de municiones, un número considerable de fusiles, mucho vestuario de oficiales y tropa, una cantidad de víveres, animales mulares y una ambulancia.

Antes de concluir debo expresar a V. S., que debido al Regimiento de mi mando, fue descubierto el enemigo a una distancia conveniente, lo que dio tiempo suficiente a nuestro ejército para tomar las posiciones más ventajosas.

Tanto en este regimiento, como de la Compañía de Granaderos a Caballo, que también estaba a mis órdenes, no ocurrió felizmente ninguna novedad.

Dios guarde a V. S.
Pedro Soto Aguilar


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Saludos
Jonatan Saona

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