Las Madres del pueblo

Andrés Cáceres

Primero las madres del pueblo

Estaba en el poder el general don Andrés Avelino Cáceres. Sabido es que el periodo del Héroe de la Breña, sobre todo que concluyó con el triunfo de la revolución coalicionista, fue uno de los más estremecidos por levantamientos y aparición de "montoneras", en las tres regiones del territorio nacional. 

Acababa de ser desbaratada una rebelión, ocurrida en el sur, y Cáceres había de trasladar a la capital el batallón que tomó porte en la asonada. 

Apenas llegado el cuerpo a Lima, acantonado en el Cuartel del Colegio Real y desarmados y puestos en orden de "inamovilidad" sus soldados.

En aquellos tiempos marchaban junto con los regimientos de tropa, verdaderas escoltas de mujeres, hermanas, madres o mancebas de los soldados. Tal  costumbre era consentida porque esa compañía le proporcionaba al hombre de guerra elementos de alivio para marchas, le ayudaba a mantener limpios las prendas de vestir y hasta le mejoraba la alimentación, pues estas mujeres, a las que se llamaba "rabonas" eran realidad las rancheras de los regimientos. 

Sucedió que al llegar a Lima la noticia de la debelación del movimiento, acudieron a Palacio para congratular al General Cáceres muchos jóvenes de los mejores sectores sociales, todos ellos en traje de visita como estilaba la ocasión.

Ese mismo día en actitud de súplica y de petición de perdón para los suyos, se aglomeraban a las puertas de Palacio las denominadas "rabonas" que imploraban alcanzar audiencia del Presidente. Cáceres preguntó al Edecán lo que sucedía y éste le informó:

- Las "rabonas" pretenden entrar a ver a Su Excelencia, pero he ordenado que no las dejen pasar, porque están "impresentables" y, además, aguardan en el salón muchos caballeros en espera de una audiencia para congratular al Gobierno. 

El General cortó el discurso de esta forma: 

-Los lechuguinos pueden seguir esperando. Ordene usted que pasen las "rabonas". El gobierno atiende primero a las madres del pueblo. 

*****************

Revista "Peruanidad". Lima, marzo de 1942.

Saludos

Jonatan Saona