Manuel Vento

Manuel de la E. Vento

Manuel de la Encarnación Vento Garrido

Nació en Canta en 1847, hijo del hacendado Norberto Vento Patiño y doña Juana Garrido.

Militar de profesión, en 1881 tenía el grado de Coronel del Ejército peruano. El 26 de junio al mando del batallón Canta y varios guerrilleros de la zona, se enfrentan a una compañía del Buín, mandado por el capitán José Luis Araneda.

Durante el enfrentamiento, para desalojar a los chilenos que habían ocupado la hacienda Sángrar, propiedad de su padre, tuvo que incendiar dicha hacienda. Actualmente se pueden ver las ruinas.

En el combate de Sángrar, tanto las tropas peruanas como chilenas se atribuyen la victoria.

Posteriormente recibe el mando de la división Vanguardia, en 1883 se sublevan contra Cáceres y decide apoyar al general Iglesias, quien abogaba por la paz con los chilenos. Vento formaría parte del "Ejército Regenerador" de Miguel Iglesias.

Desde 1888, junto a su familia radica en el norte de Chile (Tarapacá e Iquique) dedicándose al comercio.

En Tarapacá, el 03 de julio de 1889 nace su hija Natalia Vento Arroyo. Pero su madre queda muy enferma producto del parto. Vento no estaba casado con la madre de sus hijos (Beatriz Arroyo Silva Santisteban), hecho que regulariza el 12 de agosto de 1889, lamentablemente su esposa fallecería al día siguiente.

Se casa en Tarapacá en segundas nupcias el 17 de junio de 1891 con Simona Soto Rodríguez, teniendo descendencia. Su esposa fallecería en 1894.

De regreso al Perú, casó en Lima, el 10 de abril de 1908 con Carmen Leonor Thompson Cardona.

Manuel de la Encarnación, falleció de neumonía a los 63 años en Yauyos (Canta) el 1° de octubre de 1910. En 1929, su viuda, Carmen Thompson solicitaría al Estado una pensión.

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Sobre el combate de Sángrar, Vento publicó en El Bien Público (diciembre de 1883) un manifiesto que decía lo siguiente:

"Para coronar el propósito y la obra que había principiado, era necesaria la presión aniquiladora con que las fuerzas del Cerro de Pasco, mandadas por el señor Coronel Letelier, se destacaban sobre las que yo comandaba; y aunque en esa fecha ni siquiera el nombre del nunca bien célebre prócer de memorable recordación para el Perú, general don Andrés Avelino Cáceres, se hacía sentir cerca de nosotros en ese campo de la defensa nacional, mis encargados de vigilar las fronteras de Canta, sorprendieron el secreto del lugar donde debían reunirse las fuerzas del ejército invasor, amenazando devastar los pueblos.
En cumplimiento de la amenaza del señor Letelier y con este aviso, reuniendo cuantos elementos pude y haciendo un poderoso esfuerzo, salí a su encuentro en la cordillera de "Sangrar", donde fueron vencidas.
Ese día el nombre de Canta se colocó a la altura de la más honrosa tradición.
Después de este hecho glorioso para las armas de mi patria, volví a ocupar el Cuartel General de Canta, desplegando toda la actividad que me era permitida y sin omisión de sacrificio algunos..."

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Saludos

Jonatan Saona