Iniciado el movimiento emancipador por el general San Martín, el ideal de libertad vibraba de uno a otro extremo de la Colonia, dejándose sentir, con mayor intensidad, entre los jóvenes de entusiastas a llenar las filas de la causa revolucionaria.
Era a fines de 1821, cuando un modesto oficial de la Contaduría del Consulado, abandonaba sus labores y se presentaba a las huestes patriotas, donde se le admitía como alférez de caballería, al servicio del Ministerio de la Guerra; llamábase este joven, casi un niño, Manuel de Mendiburu, había nacido en Lima el 20 de Octubre de 1806, hijo legitimo del abogado Manuel de Mendiburu y Orellana, asesor del Tribunal del Consulado y de doña Gertrudis Bonet y Peláez del Junco. Educóse esmeradamente en San Fernando, donde demostró poseer la amplia y clara inteligencia que hiciera de su vida una de las más fecundas y provechosas que se revelaran la República al correr siglo XIX.
Asistió a las campañas de Intermedios, donde alcanzó el grado de capitán; a las acciones de Tarata y Moquegua, a la batalla de Zepita y a la desastrosa retirada de la Costa. De regreso a Lima, Torre Tagle, lo hizo capitán de su escolta. Después del triste fin de este mandatario y de las incidencias que siguieron a la entrega de la caballería, Mendiburu fué victima de las acusaciones que, posteriormente, logró refutar, quedando a salvo su patriotismo y honor.
Trasladóse Mendiburu a Arequipa, pasando después al Brasil, y de allí a España. A su regreso de la Península, se radicó en Chile, donde contrajo matrimonio, volviendo a Lima, en 1827.
Después de algunos días de arribo a Lima, fué destinado por Santa Cruz, en su Secretaría privada: pidiendo, para sincerar su conducta pasarla reiniciar su carrera, solicitud le fué concedida.
Ascendiendo rápidamente concurrió como ayudante del general Gamarra, al Portete de Tarqui. Laborioso y de excepcionales condiciones, para el manejo de la administración militar, corrió ésta a su cargo el año de 1831. El año de 1835, lo encontramos de coronel.
Proclamado el general Felipe Santiago Salaverry Jefe Supremo de la República, llamó a su lado a Mendiburu, por quien sentía gran aprecio y admiración, haciéndole coronel regimiento de Lanceros; jefe de las operaciones de la vanguardia sobre Arequipa, luego prefecto de este departamento, puesto que renunció dias despues, siendo nombrado comandante de la quinta división, a cuyo frente asistió a los combates de Uchumayo y Socabaya.
Sus enemigos quisieron utilizar el desastre de Socabaya, culpando de él a Mendiburu y hasta llegaron a acusarle de traición para con Salaverry. Sin embargo estos ataques son injustos. Mendiburu respondió a ellos con pruebas convincentes. Su gran cariño por Salaverry, demostrado en todo momento y el aprecio que por él tuvo el intrépido general, le ponen a cubierto dc todas sospechas.
Iniciada la campaña de Gamarra contra Santa Cruz, fué nombrado Mendiburu secretario general.
Después de Ingavi, y la muerte de Gamarra, la República convulsionada seguía en ese desórden que caracteriza inconfundiblemente, a los primeros años de la independencia y que tanto daño ha significado para su vida institucional. La Fuente, Salaverry, Vivanco, Gamarra, Echenique, Torrico, Castilla, Menéndez, etc. todo ese conjunto de nombres que personifican otros tantos movimientos militares con sus efímeros gobiernos.
Bajo el mando de Nieto fué nombrado Mendiburu, ministro plenipotenciario para negociar la paz con Bolivia, firmando con el delegado boliviano Gutiérrez, un tratado ventajoso para Perú, el año de 1842, tratado que no fué ratificado en Bolivia.
Este mismo año fué Mendiburú, ministro de Menéndez en las carteras de Hacienda y Guerra. Durante el período de Vivanco, estuvo desterrado, siendo uno de los coactores del pronunciamiento contra este gobierno, que levantaran el general Nieto y los coroneles Torrico y Cisneros.
Triunfante la revolución se reinstaló el gobierno de Menéndez, tomando Mendiburu la cartera de Hacienda. En 1845, fué ministro de Castilla: en 1847 Consejero de Estado, llegando a presidir, este cuerpo. Castilla, lo nombró inspector general de Artillería, arma y en recompensa a sus numerosos méritos fué ascendido a general.
En el período de Echenique volvió a ocupar la cartera de Hacienda, enviándosele, en 1852, como ministro plenipotenciario a Inglaterra a tratar el convenio de la deuda interna.
A su regreso nombrado Jefe de Estado Mayor, en 1854, asistiendo a la batalla de Palma. La revolución victoriosa desterró a Chile, de donde volvió a Lima en 1856.
Elegido diputado por Quispicanchis, fué vicepresidente de la Cámara, presidiendo los debates de este ramo del parlamento nacional, que sancionó la Constitución del 60, que nos rigiera hasta hace un año y meses.
Retirado de la vida agitada de la política, se dedicó a sus trabajos del diccionario Histórico Biográfico.
De esta labor vino a sacarle el gobierno del Pezet, hasta su caída el 6 de noviembre de 1865, después de la valerosa resistencia en Palacio, por las tropas del Gobierno mandadas por el coronel José González.
Después de su destierro en Guayaquil, donde continuó trabajos históricos y reinscrito en el escalafón general, regresó a Lima, encomendándosele la organización y dirección de la escuela de Artes y Oficios.
Rotas las relaciones entre el Perú y Chile, estallada la guerra, fué nombrado jefe del ejército de reserva y ministro de guerra y marina, poco después, renunciando al ministerio en Octubre del 79 y ofreciendo al país una nutrida memoria sobre su actuación.
Poco antes de las batallas de San Juan y Miraflores, presentó Mendiburu un plan de refuerzos de la línea de combate, plan que fué desechado.
Dada su ancianidad no tomó participación activa durante la contienda, contemplando con intensa amargura la guerra desastrosa que destruía el país.
Hablar inmenso mérito del Diccionario Histórico Biográfico, es demás. Verdad ejecutoriada su obra es extraordinaria y admirable, mérito mayor si nos fijamos que es el trabajo de un militar de vida agitada y activa, que tomó parte en los numerosos sucesos politicos qne república.
Tiene su obra la grandeza de un monumento.
Abarca el diccionario un bosquejo de la vida indígena: la conquista: las guerras civiles entre los conquistadores; los reyes de España; los virreyes y la historia eclesiástica y literaria de la época.
Además de esta obra capital, Mendiburu, escribió interesantes trabajos de indole militar, histórica y económica.
El estilo que redactara sus escritos es seco: pero expresivo, poseyendo una gran riqueza de documentos.
Su diccionario es fuente de información a la que acuden los hombres de estudio en busca de datos.
Permanecen aún inéditos algunos trabajos de Mendiburu y entre ellos el más interesante, es, sin duda. el relativo a la segunda parte del diccionario histórico biográfico, parte correspondiente a la república.
El 21 de Enero de 1885, falleció en Lima el general don Manuel de Mendiburu, una de las inteligencias más laboriosas de que nos podemos enorgullecer. Alcanzó los más altos puestos políticos y militares en el pais, Sus grandes virtudes le señalaron en 1861, como digno ocupar la presidencia de la República, trabajos que él no quiso estimular.
Teobaldo GONZALES LOPEZ.
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Revista "Mundial" Año II, n°48, Lima, 24 de marzo de 1921.
Saludos
Jonatan Saona
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