4 de noviembre de 2014

Casa Bolognesi

Museo Combatientes Morro de Arica
(Texto publicado por Lita Velasco Asenjo en el blog Limaenlahistoria)

Inaugurado en 1975, durante el gobierno del General de División Juan Velasco Alvarado, el Museo de los Combatientes del Morro de Arica, se levantó en lo que fuera la casa donde nació el Coronel Francisco Bolognesi Cervantes, Gran Mariscal del Perú, héroe y patrono del Ejército Peruano.

Ubicado en el jirón Cailloma 125, Cercado de Lima, el inmueble formó parte de lo que antiguamente fue el solar de Juan Meza, quien lo recibe de manos del Gobernador Francisco Pizarro en reconocimiento a su importante apoyo durante la conquista.

El museo consta de diez salas donde se exhiben las reliquias, objetos, cuadros, documentos, muebles, uniformes, así como armas utilizadas en la defensa del Morro de Arica, el 07 de junio de 1880.

Trasponer sus puertas permite al visitante conocer este importante capítulo de la historia peruana y la entrega de los hombres que se inmolaron para hacerle frente a las fuerzas chilenas. Es nutrirse de patriotismo y emoción cívica.

AMBIENTES DEL MUSEO 
El museo posee dos plantas debidamente acondicionadas. En la primera, se observa, la Sala del coronel Francisco Bolognesi, De la familia del Héroe, Patio interior, Cocina y baño de la casa, Sala del teniente coronel Roque Sáez Peña, Sala del coronel José Joaquín Inclán, Sala de los Héroes del Morro de Arica, Sala del coronel Alfonso Ugarte, Sala Origen del Museo.

En la segunda planta se encuentran: La Sala de Conferencias, Sala de los Combatientes Marinos, Sala de la Maqueta y Sala de las Armas, Sala de la Respuesta y Epopeya del Morro de Aria.

Iniciando la visita en el patio principal se puede apreciar un cañón de marca Voruz, traído de Francia-Nantes, que fuera utilizado en la defensa de Arica. Tiene un peso aproximado de cuatro toneladas, conserva sus respectivos proyectiles,

SALA CORONEL FRANCISCO BOLOGNESI 
Esta dedicada exclusivamente al Patrono del Ejército Peruano. Se exhiben prendas, documentos relacionados al Titán del Morro de Arica: Coronel Francisco Bolognesi. Ahí está el óleo pintado por Germán Suárez Vértiz, copia original del realizado por el famoso pintor peruano Daniel Hernández, ubicado en el despacho presidencial del Palacio de Gobierno.

Así también hay pinturas de los dos hijos militares del héroe: el Capitán Enrique Bolognesi y el Teniente Augusto Bolognesi, ambos murieron a causa de las heridas recibidas en la Batalla de San Juan de Miraflores cuando los invasores llegaron a Lima. En la vitrina se observa el uniforme de gala que usó Bolognesi en la campaña, fue donado por la bisnieta del héroe, Sra. Ana María Bolognesi.

Observamos un óleo que data de 1920, pintado por Aguirre, en el que se aprecia la Plaza Bolognesi, donde se levantó el monumento al héroe de Arica. La escultura fue hecha por el escultor español Agustín Querol, tiempo más tarde fue cambiada por otra escultura del peruano Artemio Ocaña.

En la parte central de la sala se luce una hermosa mesa redonda del estilo frances-boule, con incrustaciones de bronce y de carey, asimismo muebles tallados en madera pertenecientes a la época.

Por medio de una lupa se puede admirar un trabajo en miniatura de la efigie del coronel Francisco Bolognesi, hecho en un palo de fósforo por el peruano Leen Bulnes Málica.

SALA DE LA FAMILIA BOLOGNESI 
En esta sala se recoge parte de la vida de Francisco Bolognesi. Se puede ver el óleo con la imagen de los padres del coronel Francisco Bolognesi: don Andrés Bolognesi Campanella, natural de Génova-Italia; y su madre, doña Juana Cervantes Pacheco, natural de Arequipa.

También hay testimonios de su paso por Arequipa, donde fue conducido por sus padres luego de nacer en esta casa. Ahí trabaja en la empresa Lebris y Violer y contrae nupcias con María Josefa de la Fuente Rivero y tiene cuatro hijos.

En la parte central, un cuadro con el árbol genealógico del héroe y la figura de su segunda esposa, doña Manuela Silva Medrano.

En una de las vitrinas, se encuentran fotografías de la familia del héroe, documentos importantes como la partida de matrimonio y la foja de servicios de su importante carrera. También una hermosa vajilla de losa traída de Europa, conteniendo piezas de platos, fuentes y cubiertos con la grabación del nombre del héroe.

SALA DEL TENIENTE CORONEL ROQUE SAEZ PEÑA 
Aquí se rinde culto al teniente coronel Roque Saenz Peña, ilustre soldado argentino y heroico soldado, quién dejó su Patria para incorporarse al Ejército Peruano, comandando al Batallón Iquique de la 8va. División. Fue herido y tomado prisionero.

Destaca en el recinto una hermosa espada de honor, con una inscripción que dice: “A Roque Saenz Peña, ciudadano argentino y heroico soldado del Ejército del Perú. Homenaje de admiración de la Juventud de Buenos Aires”.

También se aprecian diversas condecoraciones que le fueron otorgadas durante su permanencia en Lima, la fotografía del ilustre argentino y una vitrina que contiene el uniforme de gala donado por la señora Rosa Saenz Peña, hija del héroe.

En una fotografía de Lima antigua, se puede observar el recibimiento que le hiciera el público, con vivas y aplausos, cuando en 1905 fue invitado al Perú para la inauguración del monumento al coronel Francisco Bolognesi.

En la sala figuran, además, una placa recordatoria donada por la Embajada de la República Argentina conteniendo las palabras del teniente coronel Roque Saenz Peña, quien en 1920 fuera elegido presidente de su país. Igualmente, un óleo del valiente militar hecho por el pintor Montoya.

SALA CORONEL JOSE JOAQUIN INCLAN
En esta sala se muestran fotografías del Coronel José Joaquín Inclán, héroe nacido en Tacna el 12 de octubre de 1825. Sus padres fueron María del Carmen Gonzáles Vigil y don José Inclán. Ingresó al Ejército el 20 de octubre de 1840, con el grado de Sub Teniente de la Guardia Nacional. Participó en el Combate del 02 de Mayo de 1866 y se inmoló en la Batalla de Arica, comandando la 7ma. División.

En esta sala, además del busto del Coronel Inclán, se encuentran los del Teniente Coronel Ricardo O´ Donovan y Coronel Justo Arias Araguez, todos donados por las promociones de la Escuela Militar de Chorrillos. De estos militares se muestran además algunas de sus pertenencias y se hacen honores a su arrojo en Arica.

Del Coronel Justo Arias Araguez, jefe del Batallón Granaderos de Tacna, muerto heroicamente defendiendo el Fuerte Ciudadela, como consecuencia de una descarga cerrada al negarse a rendirse ante el enemigo, se conserva su histórica frase: “¡Granaderos, firmes, en sus puestos!….¡No me rindo, viva el Perú!”.

También está la fotografía del Capitán Alejandro Bustamante Liendo, integrante de la Comandancia General del Morro, quien participó en el Combate del 02 de Mayo y la Batalla de Tarapacá. Otros héroes homenajeado son el Sargento Mayor Luis Armando Blondell, uno de los artilleros que murió heroicamente defendiendo el Morro; y, el Sub Teniente Casimiro Marino Ara, quien fue el ayudante del Coronel Francisco Bolognesi, quien es tomado prisionero y enviado a San Bernardo- Chile.

En la parte central de la sala, hay una vitrina conteniendo documentos, fotografías y una impresionante carta del Artillero del Huáscar Abelardo Gonzáles, quien participara en la Batalla de Miraflores.

En otra vitrina se observa el uniforme de Gala del Teniente Coronel Manuel C. de la Torre, Jefe de Estado Mayor de la Plaza de Arica. Abogado de Moquegua, desempeñó cargos de Cónsul del Perú en Iquique.

SALA DE LOS HÉROES DEL MORRO DE ARICA 
En este salón se les rinde homenaje a aquellos valerosos hombres que ofrendaron sus vidas defendiendo el suelo peruano. Hay una placa de mármol en la que figuran los nombres de coroneles, capitanes, tenientes, alférez, sargentos y otros. Asimismo, una alegoría de mármol en homenaje al soldado Alfredo Maldonado Arias, un adolescente de 17 años de edad, el cual ante la intimidación chilena respondió: “Yo no me rindo”, y prendió fuego al polvorín Ciudadela para así morir junto con sus compatriotas.

También está la urna conteniendo las cenizas de los bravos combatientes recogidas del Osario del Morro de Arica y frente a ella, una llama encendida. A los costados dos hermosas consolas trabajadas en madera de palisandro cubiertas de mármol pertenecientes a la época, sobre ellas dos lámparas antiguas.

A un extremo del ambiente, una fotografía de los héroes sobrevivientes, tomados prisioneros en la batalla y conducidos a la cárcel de San Bernardo, en Chile. Hay además una fotografía del sarcófago con los restos del Coronel Francisco Bolognesi, que descansa en de la Cripta de los Héroes en el cementerio Museo Presbítero Maestro.

SALA DE CORONEL ALFONSO UGARTE
En este recinto se distingue el óleo del pintor Juan Lepiani, donde se plasma la acción valerosa del héroe Alfonso Ugarte, arrojándose del Morro de Arica, para salvaguardar nuestra Bandera Nacional. El héroe, nacido en Iquique, participó en la Batalla de Tarapacá, defendiendo la Patria.

Poseedor de una gran fortuna, armó al contingente a su mando, dejó su hogar y a su abatida madre, para incorporarse a la contienda. En el testamento que se muestra, declara que la mayor parte de sus bienes son para su progenitora, doña Rosa Vernal, una parte para su hermana y el resto para que se paguen sus deudas.

Su madre le hizo construir un mausoleo en el cementerio Museo Presbítero Maestro y solicitó – desde Francia, donde falleció doña Rosa- que los restos de su hijo sean traídos a Lima. Hoy descansan en la Cripta de los Héroes.

En esta sala, también están las fotografías del Teniente Coronel Benigno Cornejo, quien combatió como 2do. Jefe del Batallón Tarapacá; y, del Coronel Mariano Emilio Bustamante, fallecido en el Morro.

SALA DE ORIGEN 
En este espacio se guardan los documentos que dan origen a la restauración y conservación de la casa, como fotografías de la fachada reconstruida en 1916, una acuarela del anteproyecto, el dibujo a carbón del pintor francés Leonce Angrad de la antigua calle Afligidos, actual jirón Cailloma.

Igualmente hay una maqueta de la casa Museo, los planos de la casa donde nació el héroe, así como elementos de su construcción: viguetas, estrellitas de paja, enormes clavos, etc.

Comparte el recinto, la fotografía del Teniente Coronel Juan Pablo Ayllón, quien luchó comandando las Baterías del Norte, durante la batalla del 7 de junio. En una vitrina horizontal destaca el sable de hoja toledana con empuñadura de marfil, que perteneció al héroe.

SALA DE CONFERENCIAS
En esta sala se encuentra en la segunda planta y en ella se le rinde homenaje a los jefes y oficiales que murieron en Arica. El recinto sirve además para las actuaciones cívicas, entre ellas la celebración de la Batalla de Arica, el 7 de junio, y para recordar el día del natalicio de Francisco Bolognesi, el 04 de noviembre de 1816.

SALA DE LOS COMBATIENTES MARINOS 
En ella está el cuadro del Capitán de Navío Juan Guillermo Moore, quien tuvo a su cargo los Fuertes del Morro, constituidas por las Baterías Alta y Baja. El, junto al Capitán de Corbeta Manuel Espinoza, con una dotación de 250 marineros, fueron embarcados en la fragata Independencia, que encallara durante el combate. La historia refiere de él, que vestía traje de paisano, rehusando llevar uniforme hasta no haber, por su comportamiento en una batalla, atenuado el recuerdo de la pérdida de su buque.

También está la fotografía del Capitán de Fragata José Sánchez Lagomarsino, comandante del monitor Manco Cápac. Durante el Combate de Arica, luego de hundir el monitor para que no cayera en manos del enemigo, fue hecho prisionero y llevado a la cárcel de San Bernardo en Chile. En una vitrina se observa su uniforme de gala.

Hay además, un cuadro de la fragata Independencia, del monitor Manco Cápac y la torpedera “Alianza”. De estos últimos también existe un cuadro de organización, donde se puede apreciar a los integrantes de la guarnición embarcada, constituida por personal del Ejército y de la Policía.

SALA DE MAQUETA 
Se encuentra una maqueta topográfica donde se muestra la disposición de las fuerzas chilenas y peruanas. Se indica los sectores con sus respectivos batallones y baterías, así como la ubicación del cuartel general.

SALA DE ARMAS
En una vitrina, se observan los diferentes modelos de armas utilizadas, tanto por chilenos como por los patriotas. Así hay bayonetas con sus respectivas vainas metálicas, un fusil marca Peaboy y una carabina Remington.

A un extremo de la cámara, un cuadro con la ciudad de Arica, la cual quedó completamente destruida, pues fue saqueada e incendiada por los chilenos.

Al otro extremo, los catorce oficiales que estuvieron en la célebre respuesta, realizada dos días antes de la batalla. Resaltan tres cuadros con las fotografías del cañón de cureña de 12 libras de hierro.

En la vitrina central, los planos del cañón marca Vavasseur. El presidente Ramón Castilla comisionó a Francisco Bolognesi para que estudiara este armamento y los comprara en Europa en 1860. Fueron empleadas también en las baterías del Real Felipe el 02 de Mayo de 1860 para atacar a la Escuadra Española.

SALA EPOPEYA DEL MORRO DE ARICA
En ella destacan dos impresionantes cuadros del pintor peruano Juan Lepiani: “La Respuesta del Coronel Bolognesi”, donde se aprecia al parlamentario chileno Juan de la Cruz Salvo, encomendado para conminar a la rendición de las fuerzas peruanas y la entrega de la Plaza de Arica. También al coronel Bolognesi, quien en ese entonces tenía 62 años y a los oficiales que participaron en ese emotivo capítulo de la historia peruana.

El coronel, después de hablarles de su juventud, de lo que tal vez el futuro podía depararles, quiso constatar el sentir de sus oficiales. Luego que llegaran al mismo acuerdo, le dijo al enviado chileno: “Decidle a vuestro general que me siento orgulloso de mis jefes, que la guarnición de Arica no se rinde. Que tengo deberes sagrados que cumplir y que pelearemos hasta quemar el último cartucho”.

El otro cuadro: “El Ultimo Cartucho”, presenta la acción de la batalla, la lucha entre peruanos y chilenos. El coronel Bolognesi herido y sangrando intenta eliminar a un soldado chileno, sin embargo por la retaguardia, un soldado enemigo le da un culatazo que le destroza el cráneo.

En la parte baja yace muerto el capitán de navío Guillermo More y en la parte superior, el teniente coronel Roque Saenz Peña, quien fue acorralado y tomado prisionero

En este espacio también se encuentra el Pabellón Nacional que flameaba en el mástil del Morro de Arica, bandera que fue escondida por el teniente Emilio de los Ríos, en la bajada del Morro. La señora Encarnación Soto, que vivía por los alrededores de Arica, fue a ver lo sucedido con la esperanza de encontrar algún sobreviviente o herido, pero su emoción fue grande cuando descubrió la bandera. Ella se la entregó al teniente coronel Manuel de la Torre, sobreviviente de la batalla, cuando ocupaba el cargo de Cónsul de Arica.

Esta sala, además de una fotografía inédita de Francisco Bolognesi con sus oficiales, -donada al Cuartel del Ejército por Panamericana Televisión y traída luego a esta casa museo-, está decorada con muebles coloniales tallados en madera y revestidos en pan de oro. También una hermosa araña de cristal de roca.(L.V.A.)

Fuente
MUSEO COMBATIENTES DEL MORRO DE ARICA- CASA BOLOGNESI
VALCARCEL, Carlos Daniel; DOCAFE, Enrique y otros autores: Historia General de los Peruanos, El Perú Republicano, tomo 3 – Ediciones Peisa, 1986


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Texto tomado de limaenlahistoria.blogspot.com publicado por Lita Velasco Asenjo, el 28 de julio de 2010.

Saludos
Jonatan Saona

1 comentario:

  1. Se afirma en el texto que los oficiales capturados por Chile en Arica fueron conducidos " a la cárcel de San Bernardo, Chile".

    No fue así. Ni la oficialidad chilena capturada por Perú en el "Rimac", ni los sobrevivientes de la "Esmeralda" - y otros en distintas circunstancias - ni los oficiales Aliados capturados en Pisagua, Germania, Dolores, Tarapacá (los heridos peruanos que no pudieron acompañar la retirada de sus connacionales), Los Ángeles, Tacna y Arica fueron sometidos a prisión en cárcel alguna.

    A los prisioneros chilenos se les retuvo en Tarma, en condiciones de trato y alimentación dignas.
    A peruanos y bolivianos se les fijó la ciudad de San Bernardo como
    sitio de detención, con libre circulación en el área urbana. Se arrendó una quinta (una parcela de agrado) con una casa cómoda y otros construcciones para residenciarlos, y se les contrató sus comidas en un hotel del lugar. Solo uno huyó.

    Los prisioneros de guerra de ambos bandos no sufrieron, pues, detención en la cárcel, ni estuvieron en momento alguno en contacto con los reos comunes.

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