Andrés Cáceres |
Al Señor Ministro de Estado en el despacho de Guerra.
Izcuchaca, Febrero 6 de 1882
Señor Ministro:
Por los partes que tengo el honor de adjuntar al presente ofício, vendrá V. S. en conocimiento de la función de armas de que fueron teatro el pueblo de Pucará i sus alturas, a pocas millas de Huancayo, entre el ejército de mi mando i una numerosa espedición enemiga, que vino amagándolo desde Pachachaca, alentado por su deficiencia a causa de los estragos de la epidemia en la quebrada de Huarochirí, i por su aislamiento, con el propósito de cortarle la retirada i desorganizarlo merced a la acción de su poderosa artillería i a la incomparable superioridad numérica de los elementos de que consta.
El combate se abrió en la madrugada del día de ayer i se sostuvo durante cinco horas por nuestras guerrillas, que se desplegaron con cinco compañías, contra mas de 2,000 hombres de las tres armas. El resto del ejército verificó su movimiento de retirada en un orden sorprendente, que acredita su disciplina i moralidad a la vez que su coraje i entusiasmo, siendo, como V. S. no ignora, La evolución militar mas ocasionada a desórdenes i contrariedades una retirada al frente del enemigo.
Apagados por nuestras guerrillas los fuegos de la línea chilena, el ejército del centro ha continuado avanzando hasta este distrito, de donde contramarchará sobre el enemigo con los poderosos refuerzos que le esperan de Ayacucho i el Cuzco, salvo el caso de que circunstancias imprevistas obliguen a esta Jefatura a cambiar de determinación.
Sírvase V. S., señor Ministro, elevar el contenido del presente despacho i de los documentos inclusos al conocimiento de S.E el Vice-Presidente de la República, dignándose asimismo aceptar los respetos de su obsecuente servidor.
Dios guarde a V. S.
Andrés A. Cáceres.
_______________
Al señor coronel Comandante Jeneral de la división expedicionaria del Sur.
Izcuchaca, Febrero 6 de 1882.
Señor:
Al emprender las fuerzas de mi mando su marcha de la quebrada de Huarochirí. por motivos poderosos que no ignora V. S., hácia el departamento de Junin, fueron atacadas el dia de ayer, a pocas millas de Huancayo, en el pueblo de Pucará, por el ejército chileno, incomparablemente superior por su número i la calidad de su armamento.
El combate fué récio i sangriento, i se sostuvo por nuestra parte durante cinco horas, con cinco compañías, contra mas de 2,000 hombres de las tres armas, que no pudieron llevar a cabo su plan de cortarles la retirada, la cual se efectuó en el mayor órden, sin que el enemigo hubiera avanzado un paso mas adelante de la linea de Pucará, según se impondrá V. S. por los partes que en copia acompaño.
Este satisfactorio resultado, que si no importa una verdadera victoria, ha dejado burlados los propósitos de la expedición chilena, es la obra de un puñado de valientes que no han escatimado su sangre en aras de la patria, defendiendo el pabellón nacional.
No me cabe duda de que la invasión del departamento de Junin, no sólo no se hubiera efectuado, sino que habría sido enérjicamente rechazada, a no haber permanecido el Comandante en Jefe del ejército del Sur, coronel don Arnaldo Panizo, rehacio a las reiteradas órdenes que le impartí desde Noviembre último, para que se constituyera con las fuerzas de su mando en el valle de Huancayo, órdenes que hasta la fecha han quedado burladas bajo pretextos fútiles que no tienen explicación posible ante los deberes que la patria impone a sus leales servidores en las angustiosas horas de prueba porque atraviesa.
Resueltamente decidido a no abandonar por mi parte la árdua tarea que me respecta en la defensa nacional, anhelo vivamente asociar mis fuerzas con las de V.S. i las de Ayacucho, para emprender contra las huestes invasoras enérjicas operaciones militares, hasta rechazar, cuando menos de la capital de la República, las bayonetas que la ultrajan, o sucumbir en la patriótica demanda.
Con tan consoladora espectativa, espero con impaciencia la aproximación de V.S. a este departamento, donde encontrarán sus soldados compañeros leales dispuestos a compartir las fatigas como las glorias de la campaña.
Dios guarde a v. S.
Andrés A. Cáceres.
Señor Ministro:
Por los partes que tengo el honor de adjuntar al presente ofício, vendrá V. S. en conocimiento de la función de armas de que fueron teatro el pueblo de Pucará i sus alturas, a pocas millas de Huancayo, entre el ejército de mi mando i una numerosa espedición enemiga, que vino amagándolo desde Pachachaca, alentado por su deficiencia a causa de los estragos de la epidemia en la quebrada de Huarochirí, i por su aislamiento, con el propósito de cortarle la retirada i desorganizarlo merced a la acción de su poderosa artillería i a la incomparable superioridad numérica de los elementos de que consta.
El combate se abrió en la madrugada del día de ayer i se sostuvo durante cinco horas por nuestras guerrillas, que se desplegaron con cinco compañías, contra mas de 2,000 hombres de las tres armas. El resto del ejército verificó su movimiento de retirada en un orden sorprendente, que acredita su disciplina i moralidad a la vez que su coraje i entusiasmo, siendo, como V. S. no ignora, La evolución militar mas ocasionada a desórdenes i contrariedades una retirada al frente del enemigo.
Apagados por nuestras guerrillas los fuegos de la línea chilena, el ejército del centro ha continuado avanzando hasta este distrito, de donde contramarchará sobre el enemigo con los poderosos refuerzos que le esperan de Ayacucho i el Cuzco, salvo el caso de que circunstancias imprevistas obliguen a esta Jefatura a cambiar de determinación.
Sírvase V. S., señor Ministro, elevar el contenido del presente despacho i de los documentos inclusos al conocimiento de S.E el Vice-Presidente de la República, dignándose asimismo aceptar los respetos de su obsecuente servidor.
Dios guarde a V. S.
Andrés A. Cáceres.
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Al señor coronel Comandante Jeneral de la división expedicionaria del Sur.
Izcuchaca, Febrero 6 de 1882.
Señor:
Al emprender las fuerzas de mi mando su marcha de la quebrada de Huarochirí. por motivos poderosos que no ignora V. S., hácia el departamento de Junin, fueron atacadas el dia de ayer, a pocas millas de Huancayo, en el pueblo de Pucará, por el ejército chileno, incomparablemente superior por su número i la calidad de su armamento.
El combate fué récio i sangriento, i se sostuvo por nuestra parte durante cinco horas, con cinco compañías, contra mas de 2,000 hombres de las tres armas, que no pudieron llevar a cabo su plan de cortarles la retirada, la cual se efectuó en el mayor órden, sin que el enemigo hubiera avanzado un paso mas adelante de la linea de Pucará, según se impondrá V. S. por los partes que en copia acompaño.
Este satisfactorio resultado, que si no importa una verdadera victoria, ha dejado burlados los propósitos de la expedición chilena, es la obra de un puñado de valientes que no han escatimado su sangre en aras de la patria, defendiendo el pabellón nacional.
No me cabe duda de que la invasión del departamento de Junin, no sólo no se hubiera efectuado, sino que habría sido enérjicamente rechazada, a no haber permanecido el Comandante en Jefe del ejército del Sur, coronel don Arnaldo Panizo, rehacio a las reiteradas órdenes que le impartí desde Noviembre último, para que se constituyera con las fuerzas de su mando en el valle de Huancayo, órdenes que hasta la fecha han quedado burladas bajo pretextos fútiles que no tienen explicación posible ante los deberes que la patria impone a sus leales servidores en las angustiosas horas de prueba porque atraviesa.
Resueltamente decidido a no abandonar por mi parte la árdua tarea que me respecta en la defensa nacional, anhelo vivamente asociar mis fuerzas con las de V.S. i las de Ayacucho, para emprender contra las huestes invasoras enérjicas operaciones militares, hasta rechazar, cuando menos de la capital de la República, las bayonetas que la ultrajan, o sucumbir en la patriótica demanda.
Con tan consoladora espectativa, espero con impaciencia la aproximación de V.S. a este departamento, donde encontrarán sus soldados compañeros leales dispuestos a compartir las fatigas como las glorias de la campaña.
Dios guarde a v. S.
Andrés A. Cáceres.
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Fotografía de Andrés Cáceres, tomada en el estudio Courret
Saludos
Jonatan Saona
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