Nicolás de Piérola |
“El señor N. de Piérola ordenó que a todos los hijos de Bolognesi se les llevase esa misma tarde a su despacho propúsose hacerles justicia.
Concurrieron en el acto los tres hermanos a quienes deseaba atender el señor de Piérola, y dirigiéndose á ellos les dijo:
-Usted es don Federico, el mayor. ¿No es verdad?
-Sí, señor.
Bueno. Usted debe estar un poco más lejos del fuego que sus hermanos, para que se conserve la raza y cuide usted, además de su familia.
Y lo mandó destinado á la Secretaria de Relaciones Exteriores.
Luego, fijando la mirada en Enrique, lo llamó por su nombre, agregando: -¿y usted, señor capitán, qué puesto desea?
- Yo, señor, el que se me dé, pero a la vanguardia; porque no he venido desde Arequipa, a pie para pasear sino para pelear.
- Perfectamente, irá usted a mandar una batería de montaña, señor capitán y me complazco en decirle que encuentro en la apostura de usted mucho de la de su padre, mi inolvidable amigo personal y político.
- Y usted joven Augusto ¿tiene algún empleo en el ejército? preguntóle con afecto al menor.
- Estoy, señor, en una batería del Callao desde hace tiempo, y lo único que hago en ese puesto es divertirme con las maniobras ridículas de los buques chilenos que no se atreven a presentar combate, y como esto no ha de suceder nunca, DESEO QUE SE ME MANDE DONDE LOS PUEDA ENCONTRAR, EN TIERRA …
- Será usted servido, y veo que no desmerece usted en nada, de lo que vale su hermano.
Y lo mandó también a la artillería.
Agradecieron todos el ofrecimiento generoso del Dictador, que fue sin demora fielmente cumplido, y se retiraron más firmes y decididos aún que antes en sus patrióticos propósitos”.
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Texto, Ismael Portal “Bolognesi y sus hijos”
Saludos
Jonatan Saona
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