(1935 a 1938)
Una de las distinguidas figuras representativas de la Marina Nacional que han ejercido la Presidencia de nuestra Benemérita Sociedad es, sin lugar a dudas, la del señor Contralmirante J. Ernesto de Mora; personalidad de perfiles patricios, en cuya existencia el amor y la devoción por la Patria fueron como un Norte invariablemente seguido, en una rotundidad de sentimientos que alcanzara a patentizarse en múltiples oportunidades y en la que el propio y vigoroso ejemplo actuase siempre como la mejor y más activa de las prédicas.
Nacido en Lima en 1863, fué alumno primero del Colegio que dirigiera el Dr. Melchor García y luego del Seminario Conciliar de Santo Toribio. Al producirse la guerra con Chile se embarca como Aspirante de Marina abordo del Transporte "Talismán", del que es después trasladado al transporte "Oroya".Al ancla en el Callao soporta los bombardeos de la escuadra enemiga bloqueadora del puerto, y, embarcado en la lancha "Resguardo" y en la pequeña y frágil "Urcos", efectúa rondas en la bahía y combate con las lanchas de la escuadra chilena en repetidas oportunidades, deteniendo sus incursiones, preferentemente nocturnas, mostrando en todas las veces sereno valor y audacia, en forma de concitar merecidamente las mejores expresiones de elogio de sus superiores. Mas tarde, cuando la defensa de la Capital impone la lucha en tierra de todos los elementos disponibles, el ya Guardiamarina Mora desembarca y combate en la Batalla de Miraflores, en una de las improvisadas Baterías que reforzaban la línea defensiva del ejército peruano. Y. producido el contraste que sellase las infaustas aunque heroicas jornadas del 13 y 15 de Enero de 1881, Ernesto de Mora no se resigna ante la derrota y, viajando al Centro de la República. se une a las tropas del entonces Coronel Andrés A. Cáceres, y hace a su lado la épica Campaña de la Breña, soportando fatigas y penalidades sin cuento, con el ánimo siempre virilmente enhiesto, al extremo de merecer cita especial en las Memorias del "Brujo de los Andes" cuando, por boca de su hija la escritora Zoila Aurora, tiene el valiente Mariscal recuerdo y elogio para sus mas bravos subalternos.
Alférez de Fragata, Teniente 2o y Tte. 1o, por los merecimientos conquistados en acción, al terminar la Guerra del Pacífico, Ernesto de Mora sirve en diversas dependencias en tierra hasta el 29 de Noviembre de 1887, fecha en la que retoma el contacto directo y pleno con el mar, al ser embarcado en el transporte "Santa Rosa". Permaneciendo en esta colocación, obtiene permiso para navegar en la marina de guerra extranjera, y, mientras aguardaba la llegada de la aceptación del gobierno de Italia, que era el país escogido para ese "stage", hace viajes en la costa de Chile, abordo de los buques "Pedro Peral" e "Isabel Peral". Obtenida finalmente la autorización solicitada, emprende viaje a Italia en la fragata inglesa "Kinross".
Llegado a suelo italiano se incorpora a la Marina de Guerra de esa Nación y sirve en los barcos "América" y "Venecia", Escuela de Torpederos y Escuela para Artilleros, siendo merecidamente estimado por sus Jefes y por sus camaradas, así por sus relievantes prendas personales, por su espíritu de cordial compañerismo y camaradería, como por su seriedad y contracción a los estudios profesionales, en los que obtuvo altas notas probatorias de su eficiente capacidad. Así lo recordaba entre nosotros un distinguido marino italiano, el Almirante Como, quien, radicado en el Perú, tenía entre sus mejores recuerdos el que debía a su compañero de estudios el joven oficial de la Marina peruana J. Ernesto de Mora, cuyo elogio, en sentido discurso necrológico, fué pronunciado ante su féretro en la cálida y dulce lengua italiana, siendo perceptible para todos los que lo escharon el acento emocionado que en él había para ensalzar las virtudes y cualidades del hombre que emprendía el viaje al más allá.
Retomando el hilo de esta narración biográfica, diremos que el Tte. 1o Mora es llamado por el Gobierno del Perú en 20 de Febrero de 1893 y, al volver a la Patria, es destinado al Crucero "Lima". El 27 de Julio de 1894 asciende a la clase de Capitán de Corbeta y pasa, con la misma fecha, como Comandante, al transporte "Chalaco", nave que lleva a todos los puertos del litoral y donde contribuye a la formación de nuevas generaciones de jóvenes marinos. En 1901 se le nombra 2o Comandante y Sub-Director de la Escuela de Grumetes establecida en el Transporte "Constitución". En 1902 vuelve a la Comandancia del "Chalaco", ascendiendo a Cap. de Fragata el 27 de Julio de 1903. En Octubre de 1904 se le traslada a ejercer la Comandarcia del Crucero "Lima", en donde prosigue como tal hasta el 26 de Junio de 1911, fecha en la que fue nombrado en comisión naval a Europa. En setienbre de 1912 fué nombrado Comandante del crucero acorazado "Comandante Aguirre", permaneciendo en Europa hasta el año 1914, fecha en la que fuera cancelada por el gobierno peruano la compra de ese buque.
Vuelto nuevamente al país, el Cmdte. Mora, es nombrado Vocal del Consejo de Oficiales Generales el 30 de Junio de 1915. Asciende a Contralmirante de la Armada Nacional y continúa en el Consejo de Oficiales Generales, habiendo incluso desempeñado en varios paríodos la Presidencia de ese alto Cuerpo de Justicia, hasta cesar en el servicio, por límite de edad, el 11 de Setiembre de 1930.
Durante su extensa y proficua vida profesional, el Contralmirante Mora participó activamente, con iniciativa y con fervor, en todos los movimientos que de alguna manera tocasen a la exaltación del patriotismo y del sentimiento cívico de la ciudadanía. Convencido de la vital necesidad del poderío naval del Perú, no se dió tregua ni descanso en la amorosa prédica de ese ideal supremo. Fundó La Liga Naval, institución que trabajó eficazmente como colaboradora de la Junta Patriótica para reunir, por suscripción popular, los fondos que sirvieron para la adquisición de los Cruceros "Grau" y "Bolognesi". en forma tal y con tal decisión y entusiasmos que la Propia Junta Patriótica, por intermedio de su Presidente, el recordado e integerrimo Magistrado Dr. Santiago Figueredo, le hizo entrega de una medalla de oro, donada por el vecindario del Puerto de Mollendo, en donde naciera la Liga Naval. Posteriormente fue uno de los fundadores de la "Asociación Nacional Pro Marina", miembro de su primer Directorio y su Presidente activo después por largos años, desde 1909 casi, hasta el momento de su deceso en 1940. Allí desarrolló intensa labor, primero activando la colecta popular que, reuniendo suma millonaria, la entregó luego al Gobierno de la época -el del Sr. Leguía- para que sirviera como base a la adquisición de los nuevos y modernos submarinos R.1 y R.2; luego desarrollando intensa campaña, exitosamente coronada, durante el Gobierno del Mariscal Benavides, para que fuera construido el Dique Seco - en vez del flotante que auspiciaban y defendían algunos sectores- y, finalmente, en el ejercicio de un noble apostolado, para defender y exaltar cuanto fuera obra de bien para la grandeza de la patria y su defensa.
Llegado a la Benemérita Sociedad "Fundadores de la Independencia y Vencedores el 2 de Mayo de 1866", el Contralmirante Mora desarrolló en su seno activa y dinámica labor. Elegido Presidente en 1935, fué reelegido para los períodos sucesivos de 1936 y 1937. Al término de esta etapa, se gestó el Decreto Supremo que disponía la fusión en nuestra Benemérita, como crisol y matriz, de todas las Sociedades patrióticas en esa época existentes. Que eran las de "Vencedores en Tarapacá", "Vencedores en San Pablo y Veteranos del Perú" y "Sobrevivientes de Arica". Fusión que se produjo finalmente en Enero de 1938. Fecha en la que, elegido como Presidente de la Benemérita- ya con el agregado de "Defensores Calificados de la Patria"- el señor General José Luis Salmón, el Contralmirante Mora le hizo solemne entrega del cargo, retirándose de él con el total aprecio y respeto de sus consocios y amigos.
El 3 de Diciembre de 1940 se extinguía, en Miraflores, la vida del Contralmirante J. Ernesto de Mora. Marino componente como el que más. Caballero sin tacha y sin mácula. Amigo leal, Fue ante todo un patriota cabal. Vivió y murió por la Patria. Y así ha de recordarlo permanentemente, dentro y fuera de nuestra Institución, el justiciero homenaje de las presentes y las futuras generaciones.
Luis Colmenares Alday.
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"Reseña Histórica de la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, Vencedores el 2 de mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria. En el primer centenario de su fundación". Lima, 1957.
Saludos
Jonatan Saona

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