Zoilo Flores Aponte |
Zoilo Flores. Político, Diplomático y Periodista (*). (1846-1916).
Verdadero tipo del liberal de fibra. Honradez y pureza de convicciones; he ahí sus más augustos postulados.
En cierta ocasión preguntado el príncipe de nuestros oradores Baptista, sobre el paralelo intelectual entre Julio Méndez y Zoilo Flores, los definió así el eminente tribuno: «Méndez es una gran memoria y Flores un gran talento; Méndez repite lo que lee porque todo lo tiene como guardado; Flores tiene ideas propias, porque las crea».
Este distinguido patricio nació en Santa Cruz de la Sierra, asistido y ejemplarizado por sus padres Miguel Flores y Rafaela Aponte.
Cursó estudios secundarios y facultativos en Cochabamba, bajo la inteligente dirección de verdaderos maestros, como Miguel Rivas, pariente de Flores, y de quien puede decirse, que fue el forjador de esa indomable energía que hizo tan característica la vida del Dr. Flores.
Envueltos en las ardientes luchas del sexenio, aparecen ambos unidos inseparablemente allá en Tacna, mordiendo el pan de la proscripción.
En las costas del Pacífico fundaron un diario de oposición, dando pábulo a naturales inclinaciones. Al revisar esa colección, se queda admirando la vibrante prosa de fuego, con que enrostraban a muchos políticos bolivianos, sus vergonzosas claudicaciones y llamando a la reacción a los pocos elementos sanos que aún quedaban. Allí la historia no fue ajena a sus trabajos, dió a luz Efemérides Americanas, libro que obtuvo juicios muy favorables en la prensa suramericana, los folletines de los diarios del Perú y Bolivia, durante una larga temporada le dieron cabida en sus columnas.
En Iquique contrajo matrimonio con doña Lastenia Lemaitre, una de las principales damas de aquella sociedad; excepcional por su cultura y señorío, descendiente de franceses.
Diez años llevó de peregrinación, ocupado en defender los derechos de las compañías explotadoras del salitre, residiendo alternativamente en Iquique, Pisagua, Tocopilla y Cobija. Durante este tiempo maduró su talento.
Encumbrado el General Daza al poder, por un golpe de estado, quiso hacer olvidar el origen espúreo de su Gobierno, rodeándose de todos los elementos de positiva valía. Zoilo Flores fue designado Ministro Plenipotenciario ante el gobierno peruano.
Desempeñando estaba este cargo, cuando sobrevino la injusta agresión, que motivó la fatal guerra del Pacífico, arrastrando a dos países a una contienda desigual. La ciudad de los virreyes conserva hasta hoy el grato recuerdo de aquel celebre 6 de agosto de 1879, aniversario boliviano, en que todo lo más saliente de la sociedad de Lima se dio cita para concurrir a la Legación Boliviana a felicitar al país amigo, en la persona del Ministro Flores y complementarlo, teniendo este que improvisar veintitrés discursos en respuesta a los que le dirigieron, no encontrándose en ninguno de ellos repetición de ideas.
Conocidas son las famosas deslealtades de aquel mandón del 79 y la manera cómo entregó al furor de las pasiones políticas la sólida reputación de dos altos personajes muertos años há, portadores de bases tendentes a una paz honorable y zanjadora de seculares odios.
Flores al frente de los desastres de Camarones y San Francisco y las bases que propuso Chile para destruir la alianza, dirigió una notable carta al General Hilarión Daza, manifestándole in extenso, la situación airada en que se encontraba el Ministro en el Perú, y a la vez la completa beligerancia que existía entre su gobierno y la opinión pública; en esta carta le hacía reflexiones para que en nombre de los más caros intereses de la patria, renunciase el cargo de Presidente de la República y el de General en Jefe de las fuerzas aliadas, le hizo igualmente presente que por tercera vez él iba hacer renuncia de su cargo, si acaso fuese desatendida su insinuación.
Sucesos posteriores le dieron la razón; la deposición hecha en Tacna de Daza y su gabinete vinieron a afianzar la situación del Dr. Flores. El General Campero le envió credenciales de Agente Confidencial, puesto en el que permaneció hasta 1883.
A consecuencia de la toma de la capital peruana, sufrió juntamente con los «notables de Lima», un destierro a Angol, desde allí dirigía sus notables correspondencias, llenas de juiciosas observaciones dirigidas a que se celebrase una paz compatible con el decoro nacional.
En 1884 y después de celebrado el pacto de tregua, el Dr. Flores vuelve a la patria. En aquel momento el país estaba empeñado en lucha política, tres partidos se disputaban en las urnas el poder: el «demócrata», el «constitucional» y el «liberal». Don Zoilo pertenecía a este último, por compañerismo con el General Camacho, por psicología y por afinidad con las logias masónicas de que fue fundador en Bolivia. Desde este instante la personalidad política de Flores adquiere singular relieve.
Don Gregorio Pacheco al asumir el mando supremo procuró atraer a su círculo al Doctor Flores, y aún hasta la Prefectura de Sucre le fue ofrecida, pero la invencible tendencia de estar en la oposición y más que todo la firmeza de sus doctrinas hicieron fracasar este allegamiento.
Zoilo Flores ha sido, pues, el alma del partido liberal durante quince años. A cada conspiración del liberalismo, a la rebelión sustentada y proclamada por El Imparcial, el Gobierno respondía con un decreto de sitio. Flores fue desterrado a Covendo, en su ausencia falleció su esposa.
Allá por los años de 1890 a 1893 su casa en Tacna era el centro de reunión de todos los diplomáticos, literatos, hombres de la banca, políticos de alta figuración, etc., encontrándose invariablemente los cruceños, que siempre encontraron protección y ayuda.
En las postrimerías del gobierno constitucional, viajó por última vez a su tierra natal, recibiendo el cariñoso homenaje de sus conterráneos.
La revolución liberal de 1899, le sorprendió en plena actividad política; ofrendó a su partido dos de sus hijos, bárbaramente sacrificados en los campos del Crucero.
El país por órgano del Parlamento quiso premiar sus servicios. La Convención Nacional reunida en Oruro, lo propuso para miembro del alto tribunal de Casación, puesto que rehusó.
De entre las muchas publicaciones que conocemos del Dr. Flores, citaremos las siguientes: Efemérides Americanas (1868), Bolivia y el Brasil, cuestión de límites (1868), Monopolio sobre la industria del salitre (1870), Pisagua (1879), Cuestión arbitral sobre estaca minas de Caracoles (1874), Litis Lama-Moreno (1871), Conflicto Chileno-Boliviano (1879), Refutación a la Memoria de Relaciones Exteriores de Chile (1879), Don Aniceto Arce (1890), Las salitreras del Toco (1907).
Zoilo Flores ha sido uno de los cruceños más representativos. Recordemos frases en su honor:
«Flores perteneció a ese tipo de cruceños que -como las palmeras gigantes, que con extraordinaria exuberancia de vida incorporan su tallo a través del espeso ramaje de la selva-, llevan el prestigio de su nombre y el esfuerzo de su cerebro por encima del pesado ambiente que los rodea, para hacer imperar su señorío intelectual con el verbo y con la pluma, fuera del aislamiento de esta urbe solitaria, y trasmontando la muralla andina hacerse reconocer caballeros iguales en las justas del pensamiento y de la idea».
Falleció el 16 de octubre de 1916.
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(*) Atlántida, Revista Semanal Ilustrada, La Paz, 1920, año II, Nº 41.
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Texto publicado en soysantacruz.com.bo/
Jonatan Saona
Gran personaje don Zoilo Flores, padre del pensamiento liberal y la masonería en Bolivia, poco reconocido sin embargo, por la historia oficial. Está pendiente un trabajo historiográfico más profundo sobre su legado.
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