7 de mayo de 2019

Artemio Cabieses

Artemio Cabieses
Artemio Cabieses
(Texto tomado de "El Perú Ilustrado" Lima, 1° de junio de 1889)

Con la publicación del retrato que ocupa primera página de este número, llenamos dos deberes igualmente gratos: cumplimos con otro de nuestros más dignos colaboradores, la deuda que hacía todos y cada uno de ellos, como hemos dicho, tenemos contraída y evidenciamos méritos personales no comunes, ofreciendo á todos ejemplo, digno de imitar, por cierto, de lo que pueden la voluntad y la constancia del hombre cuando quiere obedecer las santas leyes del trabajo, desdeñando los obstáculos con que tropezara y en los que tantos van á estrellarse, faltos de esa energía, de esa resolución que es el secreto único de los triunfos realizados por los que en la Gran República de Washington y Lincoln, han salido de las filas humildes del pueblo para ir á ocupar, con honra y gloria para ellos y la patria, el primer lugar entre sus compatriotas ó un puesto igualmente encumbrado en las Artes, las Ciencias ó la industria.

Artemio Cabieses, á quien nos referimos, nos ha prestado, como fotógrafo, valiosísimo concurso desde que se estableciera nuestra publicación y tiene, por ello, derecho sobrado para ocupar el lugar que le cedemos entre los quedan vida y honor á «El Perú Ilustrado», prestándole el contingente de su ilustración en las Letras y las Ciencias y de su pericia en las Bellas-Artes—Artemio Cabieses, arquitecto ilustrado y competente, no podía hoy tener campo entre nosotros para ejercer su honrosa profesión, pues que las circunstancias actuales del país no lo permiten y entonces, cediendo á las indicaciones de nuestro Editor, se dedicó á la Fotografía, en cuyo hermoso arte ha adquirido notable práctica, no pequeños provechos y estensa reputación. Pruébanos, pues, el éxito obtenido por Artemio Cabieses, que en el Perú, pese á la fatalidad que lo abruma, hay aún campo para el trabajo honrado y constante, necesitándose solamente voluntad para, si en un ramo el éxito no correspondió á los esfuerzos, elejir otro y contraer á él todas las fuerzas de la inteligencia.

¡Cuántos de nuestros compañeros que no pudieron adquirir profesión liberal ó que consiguiéndola, fué para ellos improductiva, no se echaron en brazos de la política con sus luchas vergonzosas, sus alternativas tan frecuentes y tan tristes; cuántos, sin valor para combatir los obstáculos con que á cada paso tropezamos en la vida, no se arrojaron en esas otras sendas que conducen al hombre á su completa ruina moral y material!

Artemio Cabieses ha luchado, se ha formado por si mismo y lo que es hoy, lo que posee, no lo debe sino á sus propios esfuerzos, á su voluntad para el trabajo.

Puede que para muchos de nuestros lectores, estos conceptos parezcan exajerados y para otros, fuera de lugar; pero nosotros los trazamos con toda sinceridad y convencidos de que llenamos nuestro deber.

Y antes de continuar, hemos de dejar constancia de que Artemio Cabieses, desde que fuera fundado «El Perú Ilustrado» hasta hace muy poco tiempo, ha sido el único colaborador de su género que hemos tenido y por ello debíamos exhibir su retrato sólo, como lo hacemos.

Artemio Cabieses 

En el seno de muy honorable familia, nació Artemio Cabieses en el Callao, el 18 de Octubre de 1856.

Su muy respetable padre, D. José Antonio Cabieses, queriendo aprovechar las felices disposiciones del joven, cuya inclinación en la Ingeniatura era notable, lo envió á Europa cuando contaba 16 años. Matriculado pues en la Escuela Politécnica de París, hizo rápidamente y con éxito grande, sus estudios, hasta obtener el diploma de Arquitecto y Agrimensor, ingresando también en la Academia de Bellas Artes, en la cual cursó todos aquellos ramos que creyó necesarios para complementar su profesión.

De Francia, una vez concluidos sus estudios, pasó á Italia, asistiendo á las principales Academias, ávido siempre de adquirir nuevo caudal de conocimientos.

En 1872, después de haber visitado varias otras capitales de Europa, regresó al Perú, y una vez llenas las formalidades de ley, fué inscrito en el Cuerpo de Ingenieros de la República, agregándosele á la Junta Central, en la que por algunos años prestó buenos servicios.

Como recordarán nuestros lectores, entre las instituciones de más importancia á que dió vida el genio creador de don Manuel Pardo, se cuenta la Guardia Nacional que tan importante rol, hizo apenas fundada, en la pacificación de la República. Recién organizada, pues, la Guardia Nacional, fué Artemio Cabieses, nombrado Capitán ayudante del batallón N° 7 que mandaba el coronel D. José de la Riva Agüero, con el cual hizo la campana del sur, adueñándose, por su buen comportamiento, del afecto de sus jefes y compañeros.

Terminada la contienda civil con el triunfo del orden legal, se dedicó Cabieses al ejercicio de su honrosa profesión, hasta que la declaratoria de guerra que nos hiciera Chile, nos obligó a todos los peruanos á abandonar hogar y atenciones, para vestir la blusa del soldado.

Cabieses ingresó al mismo cuerpo, que pronto fué convertido en provisional de linea N.° 1, bajo las órdenes del señor D. José de Unánue y luego, de Ejército N.° 61 con el distinguido coronel D. Francisco La Rosa por jefe. De este cuerpo pasó al torreón “Independencia” y en seguida al “Cuerpo General de Ingenieros”.

Durante la ocupación enemiga, Cabieses pudo sostenerse con sus propias rentas, que debiera solo á su constante trabajo personal y fueron para él menos angustiosos esos días de tan inolvidables y tristes recuerdos.

Restablecido el Gobierno nacional, el Exilio. General Iglesias le designó para que sirviera el cargo de Adjunto Militar de nuestra legación en Bolivia, puesto que sirvió muy satisfactoriamente durante dos años hasta que, para atender á sus intereses particulares, se vió obligado á renunciarlo.

Desde entonces Cabieses se dedicó al ejercicio de su profesión, é invitado por nuestro Editor para cultivar la Fotografía como amateurs, fué tal la afición que le cobró á este bello arte y tales los progresos que logró realizar que muy pronto abrió en unión del Sr. Bacigalupi una espléndida Galería, favorecida por la sociedad de Lima, emprendiendo una interesante excursión al Sur del Perú y Bolivia, en la cual ha hecho numerosos y buenos retratos y tomando vistas de los edificios mas notables de las poblaciones que visitara, de las cuales fotografías algunas hemos reproducido ya.

Fundado en Mayo de 1887 nuestro periódico, Artemio Cabieses á sido, podemos decir, el fotógrafo de “El Perú Ilustrado” y á él debemos casi la totalidad de los originales que nos han servido para los retratos y grabados que publicamos y para los ensayos de fotografía que hemos hecho hasta hoy.

Disuelta ya la sociedad que para el mantenimiento de la Galería fotográfica, había formado Cabieses con nuestro Editor, hemos creído el momento oportuno para dedicarle esta manifestación, cuya sinceridad no puede ponerse en tela de juicio, toda vez que ya, en buena ley, no forma parte de los que llamamos nuestros colabores oficiales.


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Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 108, Lima, 1 de junio de 1889.

Saludos
Jonatan Saona

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