Nació en Santiago, en 1823. Era hijo del Coronel Pedro Urriola Balbontín y de doña Rosario Guzmán Fontecilla.
En 1832 ingresó a la Academia Militar, de donde egresó como Subteniente de Infantería, en 1837. Fue designado Ayudante en comisión de su padre, quien debió trasladarse a la República Argentina para coordinar las operaciones militares contra el Mariscal Andrés de Santa Cruz. Allí el Subteniente Urriola fue enrolado en las filas del General Alejandro Heredia y se batió contra las tropas de la Confederación Perú-boliviana que continuamente incursionaban sobre la provincia de Jujuy. Regresó a Chile en 1838 y en 1839 marchó con el General Manuel Bulnes al Perú, para combatir al Protector Mariscal Andrés de Santa Cruz. Participó en toda la campaña, batiéndose en Portada de Guías, Puente de Buin y posteriormente en Yungay.
A consecuencia de los sucesos del Motín de 1851 en el cual fue muerto su padre, el Coronel Pedro Urriola, debió abandonar el país y radicarse en Perú. En Lima conoció a la distinguida dama peruana, doña Carolina Eléspuru y Pinillos, con la cual contrajo matrimonio.
Terminado el período presidencial del Presidente don Manuel Montt, regresó a Chile con su familia y se instaló en Colchagua, dedicándose a trabajar la tierra. Desempeñó además la dirección de los Batallones cívicos de Rengo y de San Fernando. Posteriormente fue designado Gobernador y Comandante de armas del Departamento de Caupolicán; Intendente y Comandante General de Armas de Colchagua, con el grado de Coronel de Guardias Nacionales. Su gobierno llevó la prosperidad a la provincia de Colchagua.
En 1874 se organizó el Batallón Cívico de Artillería Naval y el Coronel Urriola fue nombrado su Comandante. Con esa unidad y a la edad de 56 años, partió al frente en 1879, cuando estalló la Guerra del Pacífico. En 1880 fue reincorporado al escalafón del Ejército regular, con el grado de Coronel.
Durante la Campaña de Tarapacá, al mando de la I División, ocupó Junín y marchó por tierra en apoyo de las tropas que desembarcaron en Pisagua.
Participó en la Batalla de Dolores y expedicionó hacia Tarapacá después del célebre desastre de los chilenos en ese lugar, el 27 de noviembre de 1879.
En la campaña de Tacna, al mando del Batallón Cívico de Artillería Naval, fue herido levemente en la Batalla del Alto de la Alianza. Su actuación continuó en la campaña de Lima participando como jefe de la 1.a Brigada de la III División en las Batallas de Chorrillos y Miraflores.
Ocupada Lima, Urriola regresó a Chile en 1882 y posteriormente volvió a Lima con las fuerzas que reforzaron las tropas que en esa capital tenía el Gobernador Militar del Perú, Contralmirante Patricio Lynch.
Cuando en 1883, Lynch decidió abrir una enérgica campaña para terminar con las fuerzas del General peruano Andrés Avelino Cáceres, el Coronel Urriola formó parte de la expedición del Coronel Marco Aurelio Arriagada.
Después que Cáceres fue balido en Huamachuco por el Coronel Gorostiaga, el Cuartel General de Lima dispuso que se realizara una expedición hacia Ayacucho, donde se había refugiado el “Brujo de los Andes”. Lynch, que había decidido entregar el m ando de esta operación al Coronel José Antonio Gutiérrez por estimar que el Coronel Urriola, por sus años, no soportaría las penurias de la campaña, atendió el reclamo de éste que solicitó no se le hiciera la injusticia de privarlo de un m ando que por antigüedad le correspondía, ya que sus años no eran obstáculo para que él pudiera cumplir con este deber que la Patria imponía. Lynch le dio entonces el mando de la División que componían el Batallón Pisagua 3° de Línea, el Batallón Miraflores, 6 piezas de artillería del Regimiento de Artillería N °2 , 90 Granaderos a Caballo y 110 Carabineros de Yungay, con sus respectivos bagajes.
Con estas tropas Urriola expedicionó sobre Ayacucho en septiembre de 1883. La campaña resultó muy penosa por la gran sublevación indígena que había promovido Cáceres y los actos de barbarie que ocurrieron en ella, provocados por los guerrilleros e indígenas en las personas y propiedades de sus connacionales, han quedado estampados en la historia de aquella época.
Urriola sostuvo numerosos encuentros con el enemigo durante su m archa desde Jauja hacia Izcuchaca sobre el río Mantaro. Sumándose a ello, las continuas lluvias y nevazones, los fríos intensos y la mala calidad del vestuario la operación sirvió para poner a prueba la resistencia y el ánimo de sus soldados.
La paz comenzaba a vislumbrarse cuando Urriola dio término a su expedición; Cáceres no volvería levantar cabeza y a reunir soldados. El Perú, cansado de la guerra, deseaba cicatrizar sus heridas, uniéndose el nuevo Presidente General Miguel Iglesias.
El Coronel Urriola falleció en San Bernardo el 25 de enero de 1888.
*******************
Estado Mayor General del Ejército. "Galería de hombres de armas de Chile" Tomo II. Santiago.
Saludos
Jonatan Saona
No hay comentarios.:
Publicar un comentario