La hazaña de la “Unión”
Apuntes biográficos del Comandante Villavicencio (*).
MANIFESTACIONES Y OBSEQUIOS.
Premio al mérito.
(De "La Patria" de Lima)
Un hombre y un hecho glorioso han sido durante la semana el punto de irradiación de todas las miradas y el objeto de todos los aplausos.
Con el sacrificio de Angamos no faltó, lectores, quien creyera terminada la carrera de gloria de la marina peruana.
Chile, se vio solo, poderoso omnipotente. Su escuadra no tenía ya rival en el Pacífico y comenzó a reparar el tiempo, perdido en cobardes vacilaciones, esos actos de depredación y de piratería sin nombre, que son hoy la vergüenza y el asombro de América.
Creyó haber entrado con Grau en los abismos del océano el heroísmo, la audacia, los atrevidos arranques del valor.
¡Insensatos!... el patriotismo es tan fecundo en héroes, como la religión en mártires!... por uno que sucumbe, renacen diez!
Para comprobar con hechos nuestras palabras, basta citar el gran triunfo alcanzado por la "Unión" en Arica, triunfo que no tiene parecido, acto heroico que ha venido a poner en relieve al sucesor de Grau, al que se propone seguir su huella luminosa y fecunda......
El mérito es modesto, se desconoce así mismo, vive en la oscuridad como la violeta humilde, hasta que algo heroico ó sublime rompe la débil niebla que lo envuelve.
Tal en la aureola que rodea la frente del nuevo comandante de la "Unión", aureola que ha venido a juntarse á un laurel inmarcesible.
Nadie dirá seguramente que la nueva figura que se levanta audaz en la actual guerra, nos es desconocido. Hace tiempo que el simpático nombre de Manuel A. Villavicencio corre unido a la relación de atrevidas empresas, de burlas bochornosas para la marina chilena, de expediciones audaces realizadas entre la sombra, nada menos que en el transporte "Chalaco".
No obstante Villavicencio con todo su valor y pericia, no pasaba hasta hace poco, de ser una esperanza halagüeña para el país, nada más que algo como un astro que comenzaba a clarear...
Todos los hombres superiores comienzan así su carrera de triunfos; desconocido para ellos mismos su valor moral; quizás apocadas ó eclipsadas por vanos oropeles sus eminentes cualidades.
Solo las situaciones excepcionales sirven al destino en la gran tarea de poner en relieve lo que contribuye á la gloria de una nación y al levantamiento de un individuo.
A Villavicencio le ha tocado esta fortuna: hallar una cabeza audaz que concibiera un pensamiento audaz y que leyendo en el fondo de su naturaleza superior, se dijera con orgullo: ¡hé aquí mi hombre!... ¡hé aquí mi héroe!... ¡hé aquí el émulo de Grau!...
Y si era grande concebir era acaso mas grande ejecutar, pues no hay memoria de que un débil barquichuelo, sin mas blindaje que el corazón de sus esforzados defensores, surque los mares donde se pasean insolente la flota enemiga, rompa audáz el bloqueo sostenido por naves poderosas, deposite relijiosamente el precioso tesoro confiado á su custodia, sin que lo arredre la bomba ni la metralla, y una vez cumplida su misión, impávido y resuelto sin vacilación ni miedo, vuelva á tomar el camino de salida, sin que la invencible armada chilena, paralizada acaso su acción por el asombro, se dé cuenta siquiera del acto mas heróico y glorioso de los tiempos modernos! ......
Y eso ha hecho Villavicencio y lo ha hecho sin duda sencilla y fácilmente, sin jactancia ni conciencia de todo el mérito que encierra su valerosa acción: tal vez repitiendo á los que lo admiraban, las palabras de un hombre célebre ¿pues qué he hecho yo que merezca vuestro elogio? .... ¿qué he hecho yo que, cada uno de vosotros á su turno no hubiera hecho por su patria?
Tal es su modestia! Tal es el poco conocimiento que él mismo tiene de sus cualidades superiores!
Esto no es nuevo, porque desde que el mundo, es mundo, una de las condiciones de los hombres célebres y de los héroes, es la de ignorarse a sí mismos; no obstante se puede asegurar, lectoras, que en nuestros marinos esa es una escuela.
Fundada por Grau que fué el ejemplo de la humildad y de la sencillez, recibe sus lecciones con provecho Villavicencio y su doctrina fecunda y grandiosa será el mejor episodio de la presente guerra.
Lima entero repite hoy con orgullo el nombre del valiente Comandante de la "Unión" ¿creéis, pues, estarán demás unos lijeros apuntes biográficos?
No haré lo que la hueca turba chilena que juzga a los héroes por la forma del rostro ó la uniformidad de sus dientes, la apariencia no vale nada, pues grande ó pequeña, brillante ó mezquina, siempre habrá de tener realce por el reflejo de la grandeza moral.
Villavicencio no obstante, jóven aún, pues nació en Lima el año de 1838, tiene en su figura la cualidad de todos los guerreros célebres: estatura mediana, viveza y ajilidad en sus movimientos, y mucha, muchísima espresión en su fisonomía.
En el colegio Naval hizo sus estudios profesionales desde el año 1855 hasta 1857.
Se embarcó en seguida para correr la vida azarosa del marino y tocóle en suerte hacer las campañas al Ecuador en 1859 y 1860.
Esta fué, puede decirse la primera etapa de su hoy brillante carrera y aquí principia la larga lista de sus ascensos, obtenidos por una conducta intachable, un valor siempre sereno y su fidelidad constante á los gobiernos constituidos
Al revez de todo, ambicioso vulgar, que busca preponderancia y elevación tomando parte en los desórdenes políticos, en la anarquía y la revolución, Villavicencio tuvo su orgullo en sostener siempre la bandera del órden, queriendo deber á su propio mérito lo que hubiera podido alcanzar halagando mezquinos intereses.
Así conservó siempre su puesto, querido y estimado por sus jefes, y en 9 de Diciembre de 1861 alcanzó el grado de Alférez de Fragata.
Ascendió á Teniente segundo en Marzo de 1865.
A Teniente primero en Setiembre del mismo año.
Con este carácter surcó las aguas de Chile, durante la alianza en 1866 y 1867, y no obstante su patriótico entusiasmo y su ardor juvenil, no le alcanzaron las glorias imperecederas del 2 de
Mayo en el Callao , por hallarse en comisión importante al río de Guayaquil á bordo del trasporte "Chalaco."
Ya en Noviembre de 1870 ascendió á Capitán de Corbeta, en Junín de 1876 á Capitán de Fragata y en Abril de 1879, al comienzo de la guerra vandálica chilena, á Capitán de Navío graduado.
Este es el punto de partida de una série de hechos importantes de que el país ha tomado nota, hasta el presente en que ha llegado la ocasión de ceñir á sus sienes una corona.
Apenas iniciada la guerra, el "Chalaco" al mando de Villavicencio principió á surcar los mares del sur, como la ligera gaviota que no teme ni á los abismos, ni á las tempestades.
A cada instante la prensa lanzaba ¡un hurra! de contento, relatando las valientes, las increíbles expediciones que ese barquichuelo, débil pero dominado por una voluntad arrogante y superior, realizaba á la faz misma de la marina chilena, mandada por el inolvidable Rebolledo.
En ese mismo Abril del año pasado, precisamente en la semana santa, hizo su primera, feliz expedición, conduciendo gran cantidad de pertrechos de guerra para Arica, armamento y mil quinientos hombres para Pisagua. Perseguido entonces, como siempre, infructuosamente por el famoso "Blanco Encalada," burló sus deseos y ancló en puerto seguro al día siguiente.
Regresó al Callao sin pérdida de tiempo, tomando rumbo al Norte en demanda de un gran cargamento de carbón.
La segunda expedición tuvo lugar poco después. "El Chalaco" salió á la par con toda la escuadra peruana, el Director de la guerra General Prado, y llevando además víveres, y armamentos para Arica.
Después de la hazaña del "Huáscar," el 28 de Mayo, el animoso buquecito, cuya alma era Villavicencio, condujo al General Prado á Iquique, y se dirijió valientemente á Antofagasta, y sin temor á los inéditos cañones enemigos, apresó á la barca Anita conductora de un valioso cargamento.
Regresó entónces al Callao siguiendo inmediatamente su viaje á Panamá y volviendo con pertrechos y elementos de guerra .
¿De qué eran esos espíritus incansables? .... ¿de qué esa voluntad y ese organismo del valiente Villavicencio que jamás conocía la tregua? ......
No bien llegado al Callao se dirijió de nuevo hácia á los mares del Sur y de Arica á Pisagua y de Pisagua á Iquique, repartiendo en estos puertos y las caletas adyacentes: hombres, víveres, cañones, fusiles, vestuario, cuanto necesitaba y exijía la situación guerrera de esos puestos.
El "Chalaco" se multiplicaba, invisible para sus enemigos, era el auxiliar poderoso de los sufridos defensores de nuestra bandera, iba y venía, era la pesadilla de la marina chilena que no concebía semejante audácia y que veía humillada su soberbia por tantas burlas constantes y repetidas.
El "Chalaco", es decir su espíritu, su alma, su impulso, representados por Villavicencio ocupaba á todo el mundo. Su tercera expedición fué conduciendo armamento para Arica, volviendo el rumbo á Mollendo donde embarcó un fuerte refuerzo de gente. Aquí se vió de nuevo perseguido por el "Blanco" y de nuevo burló á la cansada tortuga, depositando su preciosa carga en el lugar de su destino.
Ya casi al finalizar la campaña naval y cuando destituido el inepto Rebolledo, los chilenos creyeron conquistado el mundo sin mas que uno de los tipos mas repugnantes de la presente guerra, su famoso Condell y Galvarino Riveros, Villavicencio esforzado y valiente como siempre, recibió á bordo del Callao al Batallón Canevaro Nº 3, lo condujo sin riesgo en este mar erizado de escollos y entró triunfante en Arica convoyando por la "Pilcomayo."
Su regreso se verificó casi inmediatamente conduciendo 37 prisioneros de guerra al Callao.
Entretanto, el Director de la guerra, no tan miope, que no alcanzara á conocer cuánto valía esa naturaleza incansable y superior, y cuánto debía el país á su constante esfuerzo y á su noble valor, lo nombró en Arica comandante de la "Unión."
Su primer viaje en esta nave fué al puerto de Mollendo, regresando al Callao precisamente en Diciembre, y asistiendo por lo tanto, al grandioso desarrollo de acontecimientos que dió por resultado la elevación al poder del actual Dictador D. Nicolás de Piérola.
Villavicencio apesar de su carácter modesto y humilde, vivió acaso con la naturaleza vigorosa que iba á seguir los destinos del país, un horizonte nuevo, vasto, vastísimo, á sus sueños de gloria.
Pero .... hay que preguntarse, soñaba él con la gloria? la entreveía, la buscaba era esta dulce esperanza la que infundía vigor y aliento?
No, seguramente. La gloria es un vano fantasma perseguido con afán por los que no la merecen; que está en el dintel de un templo brillante y hermoso á donde los que se esfuerzan en entrar quedan afuera, mientras abre los brazos á los que le llegan vendados los ojos, tímidos, ignorantes, preguntándose á sí mismo ¿donde estoy ....?
Las coronas y los laureles no se esperan, ellos llegan de improviso, por eso llegan á veces tarde como le sucedió á Cervantes, como le sucedió á Colon, como hubo de sucederle á tantos grandes hombres á quienes solo la posteridad rindió justicia.
Grau no fué el primer apóstol de esta religión sublime ? .... Cuando la fama llevaba su nombre de pueblo, cuando las masas conmovidas le victoraban, cuando autógrafos y coronas y medallas de honor, y felicitaciones ascensos y gritos de entusiasmo le seguían triunfalmente, no encojía él los hombros. preguntándose asombrado y tímido ¿pues qué he hecho Dios mío, para merecer tanto?
¿Qué he hecho? .... y engrandecía la historia de su patria con páginas brillantes .... ¿qué he hecho? .... y su creencia y su generosidad y su grandeza, son hoy el timbre mas glorioso de la nación peruana.
Pero ...... qué estraño que Villavicencio siga sus huellas, si fué su discípulo durante cinco años en el "Huáscar."
Grau que si desconoció su mérito propio, tenía siempre un aplauso y un prémio para el ajeno, no pudo dejar de comprender cuántas esperanzas brillantes ofrecía á su patria el carácter animoso, la voluntad de hierro del que era á la vez un amigo, un discípulo y un subordinado.
Por eso lo animó con sus consejos, le enseñó con su ejemplo y contribuyó al brillo de su carrera con sus recomendaciones é influjo.
Todas las ventajas han sido para su patria á quien acaba de dar con la animosa hazaña de Arica, un nuevo timbre y una nueva gloria.
Si los antecedentes forman también una recomendación en vida pública de un hombre, agregaré á todos estos lijeros apuntes, que Villavicencio por convicción y por tradicción pertenece á la marina, ama los peligros del océano como el ave ama el espacio y el pez las saladas ondas .....
Villavicencio desciende directamente del Excelentísimo señor don Felipe Villavicencio Capitán General de marina de la escuadra de S. M. C. que surcó los mares del Perú á fines del siglo pasado.
Su padre combatió por la causa de la independencia peruana, en la clase de sargento mayor de las guardias nacionales, continuando sus importantes servicios posteriormente en distintas lejislaturas.
El hermoso escudo nacional peruano que conserva nuestro pabellón hasta hoy, fué su obra é inspiración, pues á tantos honrosos antecedentes unió el de ser el primer gravador de esos tiempos.
He aquí á Villavicencio bajo todas sus brillantes faces. En sus gloriosos antecedentes, en su notable carrera pública, en su heroísmo y en sus hazañas.
¿Qué falta al laurel que hoy ciñe su frente? La admiración de propios y extraños?... acaba de conquistarla en Arica y su vuelta á Lima ha sido la prueba más sincera y elocuente.
Aplausos, felicitaciones, vítores del pueblo, hasta esas infantiles curiosidades del bello sexo que son tan significativas, todo lo ha visto y obtenido apesar de su modestia que como ántes he dicho, es el principal distintivo de su mérito.
El estímulo ha seguido rápido á la notable hazaña, obligándolo absolutamente al porvenir - todos se disputan la glória de obsequiarlo, los unos con prendas valiosas, el gobierno con ascensos, los particulares con brillantes fiestas, las matronas con medallas conmemorativas .....
Podrá ofuscarse esa cabeza firme y audaz con el humo halagüeño de tantas lisonjas? .... Imposible, hay un destino superior á todas las asechanzas de la vanidad y del orgullo y ese destino encarnado en la naturaleza vehemente del esforzado comandante de la "Unión", habrá de decirle con ímpetu irresistible: adelante! adelante!
Entre las manifestaciones de que ha sido objeto el nuevo héroe, puede citarse como una de las mas brillantes y elocuentes el espléndido banquete con que fué obsequiado en Chorrillos por el entusiasta patriota don Dionisio Derteano.
Las almas grandes se atraen y se comprenden, y el señor Derteano que es siempre el primero en rendir culto á todo lo noble y á todo lo bello, la ha querido ser también el primero en celebrar una de las glorias mas puras de su patria.
Todo Chorrillos ha gozado moral y materialmente con esta simpática manifestación ...... moralmente por la idea que ella envuelve; por decirlo así, un día de gala y de fiesta para la población.
El rancho del señor Derteano convertido por arte de magia en palacio de los encantados, ofrecía una decoración espléndida visto del exterior: guirnaldas, laureles, trofeos, luces, música, todo estendía hasta fuera de ese perfume y atractivo que es el hermoso distintivo de una fiesta ......
Villavicencio era el héroe, entre tanto héroe y anfitrión se confundían en ese instante en la mente del pueblo, porque si se admira al que realiza una hazaña, también se admira al que la celebra ......
El nombre del héroe de la "Unión", está hoy encarnado en todos los corazones ...... Gloria á la patria que dá vida á tan nobles hijos.
Carolina Freire de Jaimes.
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(*) El apellido correcto es Villavisencio
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Diario "La Patria" de Bolivia. Año I. n° 8, 10, 12 y 13. La Paz, Abril de 1880.
Saludos
Jonatan Saona
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