30 de junio de 2012

Selva en la Gdp




LA SELVA EN LA GUERRA CON CHILE.

Distancias y aislamiento que entonces separaba a la selva del escenario de la guerra de conquista chilena contra Perú y Bolivia, declarada el 5 de abril de 1879, no melló en absoluto el espíritu patriótico de la población selvática. Al primer toque de clarines de guerra, numerosos jóvenes se vuelcan a las calles pidiendo incorporarse a las filas del ejército; mientras la población en general, en un gran despliegue de profundo sentimiento patriótico, no regatea con sus óbolos voluntarios, para la adquisición de armas y pertrechos.

10 de junio de 2012

Francisco Ariztia P

Francisco Ariztía
Francisco Ariztía Pinto

Nació en Santiago en 1856. Hijo de don Ricardo Ariztía Urmeneta y de doña Luisa Pinto Garmendia.

Estudió en el Colegio Inglés de Santiago y luego en el colegio de Valparaíso. Gracias a su habilidad para las matemáticas fue contratado como Contador en La Serena hasta 1875. Ese mismo año ingresó al ejército y en 1879 ascendió a Teniente del Batallón Cívico "Coquimbo".

Participó en la guerra del Pacífico y estuvo presente en el bombardeo de Antofagasta el 26 de mayo de 1879, y  luchó en el combate de Dolores el 19 de noviembre del mismo año.

Ascendido, en abril de 1880, a Capitán del Batallón Cívico "Coquimbo" participó con este grado, en la batalla de Tacna el 26 de mayo de 1880, en donde fue herido.

Telegramas peruanos


Telegramas peruanos sobre Arica
Pisco, Junio 10 de 1880.

Telegramas chilenos


Telegramas chilenos sobre Arica
(Recibido a las 4 P.M.)

8 de junio de 2012

Entrevista veteranos Arica

Juan de Dios Ulloa, Adolfo Nuñez y  Vicente Gonzáles, veteranos de Arica
LOS TRES SOBREVIVIENTES DE ARICA, RELIQUIAS DE LA PATRIA

Conversando con el Sargento Juan de Dios Ulloa, el Soldado Adolfo Nuñez y el Marinero Vicente Gonzáles. Recuerdo de los Héroes y de la Gran Epopeya 

6 de junio de 2012

Augusto Orrego

Augusto Orrego Cortés
Augusto Orrego Cortés en defensa de Teodoro Elmore

Sobre los rumores acerca de que si el ingeniero Teodoro Elmore, encargado de las minas para la defensa de Arica, entregó los planos de éstas e información al ejército chileno, luego de haber sido tomado prisionero, el oficial chileno Augusto Orrego, escribió lo siguiente

Publicada en "El Eco" de Tacna, julio 11 de 1880
Reproducida en Santiago y Lima.

"No es ésta la primera vez que el que suscribe ha tenido que defender del amor propio herido y de la vanidad nacional, a individuos que figuran en el ejército enemigo en mayor o menor escala.

Primero, me pasó esto con More; siempre he sostenido que este señor debió haber rendido la bandera, lo que no era deshonroso para él, como han asegurado sus mismos compatriotas, puesto que su situación excepcional lo obligaba a ello.

Teodoro Elmore

Teodoro Elmore
Entrevista al ingeniero Teodoro Elmore

"El ingeniero Elmore negó indignado la especie de traición, como se ve por el siguiente reportaje que le hizo un periodista chileno en su prisión de San Bernardo, y que publicó El Ferrocarril  de fecha 23 o 24 de junio de 1880, y del que tomamos la parte sustancial:

"-Le manifestamos el deseo de saber donde había sido hecho prisionero.

"-Yo fui tomado, dijo, antes de la batalla de Arica, por avanzadas de la caballería chilena, había ido a reconocer ciertos lugares para levantar planos, y de repente, sin poder huir, fui capturado y llevado a presencia del señor coronel don Pedro Lagos. El señor Lagos me recibió con mucha cortesía y me pregunto el objeto que me llevaba a reconocer los alrededores de Arica. Respondí que era el ingeniero en jefe de las fuerzas sitiadas.

La última carta

Alejandro Monfort
LA ÚLTIMA CARTA

A las ocho de aquella mañana de 6 de junio de 1880, se improvisó el altar sobre la cureña de un cañón y a la sombra de la bandera nacional que flameaba en el mástil del morro, se celebró la santa misa.

Un recogimiento sublime enmarcó la ceremonia. Todos los soldados con las miradas florecidas de recuerdos elevaron sus oraciones al cielo; sus pensamientos volaron al pago lejano cubierto de nieves, allá donde quedaban los seres queridos a los que, estaban seguros, jamás volverían a ver. Cuando el sacerdote elevó la hostia, los estandartes se humillaron reverentes; los oficiales elevaron sus espadas con los filos señalando los cielos, los soldados presentaron armas al son de una marcha militar y tras entonar la Canción Nacional se prosternaron con las rodillas en tierra y, bajando la cabeza, miraron dentro de sí mismos. Todos comulgaron. Fue conmovedoramente hermoso aquel momento que vivieron los combatientes.

2 de junio de 2012

Marcos Serrano

Marcos Serrano Squella
Marcos Serrano

Fotografía del Teniente del Chacabuco, don Marcos Serrano Squella, tomada en Tacna en 1880 en el estudio de C. Rodrigo. 

Fotografía agradecimiento a su descendiente Santiago Hernández Serrano.

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Saludos
Jonatan Saona

Pedro Ríos

Pedro Ríos
Pedro Ríos Yépez

Nació el 5 de abril de 1854 en San José de Bellavista (distrito de la prov. de Pacasmayo). Hijo de don José Gregorio Ríos Sisniegas y doña Baltazara Yépez.

Su vida, plena de acción, tuvo episodios de leyenda, que están entrañablemente unidos a la tradición y la historia de nuestra tierra. Sencillo, franco, valiente hasta la eternidad, amante de la libertad; Pedro Ríos en el norte del Perú, fue sin duda unos de los auténticos forjadores de la nacionalidad, cuyos caracteres políticos, aun no claramente definidos con su época, corresponden a lo que es hoy el Perú.

Su padre, rico hacendado, propietario de los fundos “Ventarrón”, ”Vista alegre” y “La campanita”; procuró por su educación en las más destacada escuela de San Pedro de Lloc, dirigida por don Antonio Gil y Emilio Gastelumendi, y para conformar su espíritu varonil, sus inquietudes rebeldes, fue enviado a Lima, en donde curso instrucción media, en el convictorio carolino.

1 de junio de 2012

Pedro Sifuentes

Pedro Sifuentes
Pedro Sifuentes y Zabaleta

Nació el 2 de Setiembre de 1814 en San José (Pacasmayo). Sus padres fueron los criollos sanjosefanos don Alejandro Sifuentes y Gástelo y doña María Julia Zabaleta de los Ríos.

Estudio en la escuelita dirigida por los hermanos Ahumada de San José y luego en San Pedro de Lloc. Se unió en matrimonio con doña Isidora Paredes Echevarría-Ibarra de cuya unión nacieron Juan Manuel, Belisario, Pedro, Leopoldo, Graciela y Lucas Antonio Sifuentes y Paredes.

Se dedicó al comercio y la agricultura asociándose con su hermano don Santiago y luego con su hermano menor son don Manuel Sifuentes. Apodado el “pálido”, ocupó  importante cargos en nuestro distrito, además de participar directamente e indirectamente en los acontecimientos locales y nacionales.

Marcos Serrano

Marcos Serrano
Marcos Serrano Squella

Hijo de don Horacio Serrano y doña Rosa Squella. Nacido en Concepción.
A los 22 años terminó la carrera de Derecho,  y al iniciarse la guerra del Pacífico, se enroló como subteniente en el Batallón Cívico de Artillería Naval.

Fue ascendido a Teniente y designado al Batallón Cívico Movilizado Chacabuco, que luego cambiaría a Regimiento Chacabuco.

Participó en las batallas de Tacna (mayo de 1880) y San Juan y Miraflores (enero de 1881) por lo que recibió dos medallas.

Participó en la guerra hasta que se disolvió su unidad, regresando a Concepción donde ejerció de abogado.

Miguel Colunga

Miguel Colunga
El Doctor Miguel de Fernández de Colunga (1836-1914).
El médico del Jardín Botánico

Autor: Oscar G. Pamo Reyna*

*Médico Internista del Hospital Loayza de Lima y profesor asociado de la Universidad Peruana Cayetano Heredia

Gracias a que durante una investigación se encontró, sin quererlo, material inédito referente a la vida de un médico notable del siglo pasado, vamos a ocuparnos de él. Su vida fue un ejemplo de lo importante que fue ser médico y docente universitario en un país caótico como lo fue el Perú del siglo XIX. Era una época en que los personajes saltaban de las cátedras y claustros universitarios y la arena política a los sillones de los cargos públicos y administrativos.

El doctor Miguel Colunga, a secas, siguió este camino aunque siempre lo hizo con un verdadero afán de servir como quedará demostrado a continuación. Al igual que muchos otros médicos de su época, el doctor Colunga tuvo un desempeño profesional que mereció la estimación, respeto y confianza de los que le rodearon, motivo por el cual le fue asignado o le permitieron desempeñar cargos de mucha responsabilidad en momentos muy difíciles que vivió el país.