Escrito por Antonio Borquez Solar, y publicada en la revista Zig Zag, el 04 de octubre de 1913.
"(Leyenda dedicada afectuosamente a Manuel Thomson, artista pintor, hijo del comandante, y hoy entre nosotros, de retorno de París)
Acercándose el aniversario de la captura del “Huáscar" en la guerra del Pacifico, fuí en días pasados a visitarlo en su apostadero. En la luciente mañana primaveral emergía de la superficie del mar azul y cristalino el barco glorioso, en una actitud de gigante adormecido. Al pisar su cubierta regada con la sangre de tantos héroes, el ánimo se siente cohibido, temeroso, en una intensa emoción religiosa. Se dijera que las sangres ahí caídas se enrojecen en una viva licuefacción, y que se comete un sacrificio al poner las plantas profanas en esa cubierta silenciosa.