17 de enero de 2021

Jorge Boonen

Jorge Boonen Rivera
General de División Jorge Boonen Rivera

Nació en Valparaíso el 16 de abril de 1858. Fueron sus padres don Eduardo Boonen, caballero flamenco establecido en el país y doña Úrsula Rivera, hija del General de la Independencia don Juan de Dios Rivera. Aprendidas las primeras letras en su ciudad natal, su padre lo llevó a Bélgica, en 1870 y lo colocó en el Ateneo Real de Bruselas, donde permaneció tres años. Después de un viaje de placer por Escocia, en el verano de 1874, ingresó a la Universidad (Escuela Politécnica) de Bruselas.

Dos años más tarde vino a visitar a su familia en Chile con la intención de regresar a Europa en 1878; pero su estadía se prolongó hasta los comienzos de la Guerra del Pacífico. El General Cornelio Saavedra le insinuó la idea de que participara en la campaña y consiguió su incorporación al Batallón Coquimbo, a mediados de 1879, en calidad de Subteniente. En sus filas combatió en la Batalla de San Francisco (o Dolores). 

Pasó al Regimiento de artillería N° 2, a pedido de su Comandante, el Coronel José Velásquez y asistió a las Batallas de Tacna, Chorrillos y Miraflores, como asimismo a la sacrificada expedición a Tarata y Ticaco, a las órdenes del Coronel Orozimbo Barbosa.

En Santiago fue destinado al Regimiento de Infantería Chacabuco 6° de Línea, con el grado de Teniente (mayo de 1881). Enviado el cuerpo al teatro de operaciones norte, le correspondió al año siguiente formar parte de la división que las órdenes del Coronel Estanislao del Canto— recibió orden de despejar de montoneras la línea del Oroya, Tarma, Jauja y Huancayo. Concluía la expedición al interior, la división recibió orden de regresar a Lima. Esta operación fue el origen del Combate glorioso de la Concepción (9 y 10 de julio de 1882) que significó el aniquilamiento total de la 4a. compañía del Chacabuco. El Capitán Boonen (había ascendido a este grado en enero de ese año) estuvo presente entre los oficiales y tropas que llegaron al escenario de la epopeya, al día siguiente de haberse consumado.

Posteriormente y a pedido del General Alejandro Gorostiaga, fue designado ayudante del Estado Mayor de la división que realizó la campaña de Arequipa, a las órdenes del General José Velásquez Bórquez.  Terminada la guerra, pasó a formar parte de la comisión exploradora destinada a levantar la carta de Tarapacá y explorar la quebrada de Camarones. Se encontraba en esta última, a comienzos de 1884, cuando fue llamado por la Superioridad para servir de ayudante del Vicealmirante Patricio Lynch, que partía a Europa con la misión de reanudar las relaciones diplomáticas con la Madre Patria. La comitiva salió de Valparaíso a mediados de octubre en el vapor Britania. En las conversaciones durante el viaje el muy ilustre almirante "me insistía a diario sobre la necesidad de estudiar una buena planta de Escuela Militar é institutos técnicos que dieran instrucción necesaria al arma de artillería y al servicio de Estado Mayor, porque había podido comprobar él los vacíos con que ésos servicios habían funcionado durante toda la campaña contra el Perú".

El Capitán Boonen Rivera quiso aprovechar en la mejor forma posible su estada en Europa. En Madrid empezó sus estudios de los ejércitos europeos y pasó un mes en la Academia General de Toledo, imponiéndose a fondo del plan de estudios del establecimiento. De acuerdo con las órdenes del Gobierno, se trasladó a Berlín, a fin de preparar su ingreso a la Academia de Guerra de Prusia. Desgraciadamente no pudo cumplir su anhelo, porque el Gobierno de S.M. Guillermo II había suspendido la incorporación de oficiales extranjeros, a causa de algunas indiscreciones que habían podido comprobarse por esos días. Gracias a las facilidades que le fueron dadas y que le había conseguido nuestra Legación en Alemania —a cargo entonces de D. Guillermo Matta— pudo comprender que nos encontrábamos "dos siglos" atrasados en materia de reglamentos tácticos y se impuso de los elementos de progreso tan sencillos como admirablemente concebidos: textos de enseñanzas de que disponían las escuelas militares prusianas. Durante el viaje de regreso a Chile tradujo la guía para el estudio de la Táctica y de la Fortificación, que la Superioridad adoptó para nuestra Escuela Militar. Esa traducción del primero de ellos causó profunda sensación en el Ejército, pues las materias de que trataba —servicio en campaña y aprovechamiento del terreno— eran absolutamente desconocidas entre los oficiales.

Por ese tiempo el Mayor Boonen (ascendió a este grado en abril de 1885) estaba vivamente preocupado por la creación de un Establecimiento de Instrucción Superior Técnica. "Un día —contó él mismo en carta de 25 de junio de 1914— discutíamos con Nicolás Peña los medios prácticos de aprovechar las experiencias dejadas en muchos jóvenes oficiales por la Guerra del Pacífico, de mejorar su instrucción técnica, sobre todo en los ramos de Servicio de Estado Mayor, Alta Ayudantía y el empleo de las armas técnicas, cuyos vacíos y deficiencias había quedado tan de manifiesto en la pasada campaña y que habían sido señalados al Gobierno por el General en Jefe, Vicealmirante don Patricio Lynch.
"Como consecuencia de dicha publicación se nos pidió, al entonces Teniente Coronel señor Emilio Korner y al infrascrito, que formuláramos nuestras aspiraciones.
"Este informe que presentamos inmediatamente al Ministerio de Guerra fue acogido con suma benevolencia por el señor Ministro de Guerra de entonces, don Carlos Antúnez, quien me hizo acompañarle donde S.E. el Presidente de la República.
"S.E. el Presidente de la República acogió en el acto la idea y entre las muchas preguntas y observaciones que hizo, se veía cuán compenetrado se encontraba, por los informes y conversaciones con el Almirante Lynch, de la necesidad de llevar al terreno de la práctica la creación... de los Servicios
Superiores del Ejército".

Producto de estas inquietudes fue la fundación de la Academia de Guerra, por D.S. de 9 de septiembre de 1886. El Comandante Korner "y yo hicimos las principales clases tanto de la Academia como de la Escuela Militar y, a medida que los jóvenes oficiales se iban penetrando de los modernos reglamentos y de las instituciones militares contemporáneas en los Ejércitos europeos, se producía una labor más intensa, una aspiración de ilustrarse que no podía menos que llamar la atención. Korner se asombraba de la facilidad con que los ramos eran asimilados por los alumnos. Pero esa lucha por el progreso encontraba también resistencia que sólo pudo ser vencida gracias !a la protección incondicional que nos prestó el Presidente don José Manuel Balmaceda".

En 1891 plegó al bando congresista en la Guerra Civil. Fue ayudante general del Coronel Korner y combatió en Concón y Placilla como Comandante en Jefe de la III División. Terminada la contienda fratricida, fue enviado a Europa;, en calidad de adicto militar en Berlín y encargado de recibir el material de artillería de costa que el Presidente Balmaceda había contratado en la casa Krupp, de Essen.  Ascendió a Coronel en noviembre del mismo año, regresó a Chile a comienzos de 1895 y fue nombrado Director de la Academia de Guerra.

Alcanzó el grado de General de Brigada en 1898 y fue designado Jefe de la I Zona Militar y Comandante General de Amias de Tacna, en 1901.

El 14 de abril de 1897 tuvo un duelo a pistola que estuvo a punto de costarle la vida. D. Alfredo Irarrázabal, director de "La Tarde", hizo un reportaje al General Estanislao del Canto sobre los sucesos de Concón y Placilla. El General, declaró entre otras cosas, que el triunfo había sido el fruto de su plan de ataque y que la Batalla de Placilla estuvo a punto de perderse por la lenidad o desobediencia del Comandante de la III División, Teniente Coronel Jorge Boonen. El aludido mandó su padrino a del Canto. Este contestó que "estoy dispuesto a ir inmediatamente con Ud. a un duelo por las armas; pero reservándose, en todo caso, el derecho de justifícarme con documentos, si algún día yo creyese que pesaba sobre mi honor la sospecha de que he calumniado a Ud.".

El terreno elegido para el caso quedaba "pasada la línea de frontera, en el camino de Los Andes a Uspallata'', en la planicie donde actualmente se levanta el Cristo Redentor. El acta levantada con este motivo, por los padrinos, deja constancia de que "previos los sorteos correspondientes, se midió la distancia de veinte pasos, se hizo la carga y distribución de las armas y, colocados los combatientes en sus puestos respectivos, se procedió a dar las voces de mando. Dentro del plazo señalado para hacer los disparos, cada combatiente hizo el suyo y el señor Coronel Boonen cayó herido en la frente. Con esto se dio por terminado el lance".

En mayo de 1903 fue designado profesor de Historia Militar de la Academia de Guerra y en agosto del mismo año fue ascendido al grado de General de División. En febrero de 1909 fue enviado en comisión a Europa a fin de recibirse del nuevo material de artillería adquirido por el Gobierno en Alemania, En 1910 se le nombró Inspector General del Ejército y en julio de 1916, Ministro de Estado en los Departamentos de Guerra y Marina, continuó como Inspector General hasta la fecha de su retiro, el 26 de abril de 1921.

Falleció en Santiago el 6 de diciembre de 1921. "Los diarios enlutaron sus páginas el 7 de diciembre... dedicaron editoriales necrológicos a su memoria y una mortaja de luto cubrió la vida del Ejército. Había muerto un soldado valiente, un táctico ilustrado, una inteligencia de pluma y espada".

El General Boonen fue periodista y autor de obras militares diversas. Durante la administración Balmaceda le correspondió defender las reforma militares que se estaban realizando, en las columnas de "La Época", "La Libertad Electoral" y "El Ferrocarril". Después colaboró en "El Porvenir" y "El Diario Ilustrado", de la capital; en "El Sur", en "El Nacional" de Iquique y en "El Comercio" de Tacna. En el extranjero escribió en "Le Fígaro" de París, en "La Independencia Belga" de Bruselas y en el "New Herald" de Londres. 

Sus obras fueron; "Geografía Militar de Chile" (2 vol.); "Participación del Ejército en el progreso del país" y "Estudios sobre la Historia Militar" (3 vol), esta última escrita en colaboración con el General Korner. 


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Estado Mayor General del Ejército "Galería de hombres de armas de Chile" Tomo III. Santiago, 1987.

Saludos
Jonatan Saona

1 comentario:

  1. Extraños datos. Jorge Boonen Rivera participó en las batallas de Concón y La Placilla (agosto 1891)con el grado de Tte.Crl. y tuvo en esas jornadas el mando del regimiento "Atacama N° 10", adscrito a la 2a Brigada (Vergara) del Ejército Constitucional (Historia del Ejército de Chile, tomo VII, Estado Mayor General del Ejército, 1982, y otras cien publicaciones de época). El mando de la 3a Brigada lo ejerció el comandante Enrique del Canto, muerto el combate en la segunda de esas batallas. Lo reemplazó bajo fuego el comandante Ortúzar.
    Jorge Boonen Rivera, al mando de una de las compañías del "Chacabuco" en julio de 1882, fue imputado de "vacilación" para efectos de acudir en ayuda de la 4a compañía de ese batallón en Concepción el día 10.07 ( a esa hora ya aniquilada), pero no fue sometido a proceso alguno. Aunque el jefe de esa división, coronel entonces Estanislao del Canto, era partidario de una corte marcial. Solo sufrió la sanción moral de sus pares, de lo que dan cuenta diversos relatos posteriores al suceso.
    Nueve años mas tarde, durante la batalla de Concón (21.08) el regimiento bajo su mando (Atacama N° 10) vaciló en el cruce del Aconcagua bajo el recio fuego enemigo, y el CJ Estanislao del Canto tuvo que resolver la emergencia disponiendo que otro oficial, su ayudante Toro, asumiera el mando de esa unidad para lograr ese cruce tácticamente vital, lo que se logró. Toro falleció en esa misión.
    Ocho días mas tarde, durante el avance de la 2a Brigada en La Placilla, nuevamente el "Atacama N° 10" (bajo el mando de Boonen) vaciló ante el fuego enemigo y no estuvo a la altura del resto de las unidades de su brigada. Luego del triunfo constitucional, semanas mas tarde, el "Atacama N° 10" fue disuelto y en consecuencia no incorporado al Nuevo Ejército de Chile.
    Fue a tales lamentables desempeños que se refirió el general Estanislao del Canto en la comentada entrevista, situación que culminara en el duelo ya citado.
    Boonen recibió, en ese encuentro de honor, librado cien pasos al interior de la frontera argentina para evitar consecuencias jurídicas en Chile, un tiro de revólver en el hueso frontal, que ni siquiera lo astilló. El proyectil, inexplicablemente, no penetró el cráneo y se desvió produciendo sólo daños en la piel y la inevitable conmoción. Lo que hoy llamaríamos un TEC. El cargo de Inspector General que finalmente alcanzó Boonen equivale al del actual Comandante en Jefe.

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