31 de octubre de 2020

Fernando Guachalla

Fernando Guachalla
El Dr. Fernando Guachalla
(Texto tomado de "El Perú Ilustrado" Lima, 21 de septiembre de 1889)
 
La Paz de Ayacucho de la vecina República de Bolivia, recibió la cuna del caballeroso doctor Fernando E. Guachalla el 30 de Mayo de 1852 —Ñiño aún vino al Perú, siguiendo la proscripción de su padre el Coronel don Saturnino Guachalla que halló asilo en el pueblo de Sicuani del Departamento del Cuzco. En ese lugar aprendió las primeras letras y vuelto á la patria, cursó instrucción media en los colegios “Seminario” y “Sucre” de La Paz, hasta obtener el titulo de Bachiller en Letras. Continuó sus estudios en la Universidad de San Francisco Javier de Chuquisaca, alcanzando, después de brillantes pruebas, los grados de licenciado y doctor en Derecho y Ciencias Políticas. Pronto coronaba su carrera con el titulo de abogado de los Tribunales de la República boliviana, apareciendo en sus fojas de estudiante calificativos en suma honrosos.

Desde muy temprano desempeñó la pro-secretaria y luego la Secretaria de la Academia de Práctica Forense de Sucre, así como el auxiliato honorario del Consejo de Estado y muy poco después, colocaba la base de su prestigio, sirviendo el cargo de Defensor de reos ante la corte do Justicia de Chuquisaca.

El doctor Guachalla por su palabra fácil, por su trato fino é ilustración nada común y por sus especiales dotes para la diplomacia y la administración pública, de las cuales ciencias había hecho detenido estudio, debía prestar á su patria, con honra y provecho para su prestigio, numerosos servicios.

Como Jefe de sección del ministerio de industria, luego en la oficialía mayor del Ayuntamiento paceño, en el cargo de con juez de los Tribunales, en el de abogado adjunto al concejo Directivo de la Academia de Práctica Forense y en varios puestos de análoga importancia, pudo vérsele haciendo notar sus buenas dotes é ilustración. El Gobierno queriendo aprovechar con más fruto los servicios del joven Abogado, le nombró, Jugado 1.a Instancia y en otra ocasión Oficial primero del Ministerio de Relaciones Exteriores, los cuales cargos renunció varias veces, pues, su vocación lo llamaba á la carrera diplomática.

Es demás que hagamos constar que desde muy joven se hizo conocer ventajosamente en los bancos del periodista, ya como redactor, ya como Colaborador de diversas publicaciones, logrando al fin verse dueño de una imprenta, en la que abrió la campaña liberal, fundando “La Razón.” Después redactó “La Unión Nacional” y otros periódicos que, merced á su espíritu levantado y enérgico, alcanzaron extensa circulación y el consiguiente prestigio.

El doctor Guachalla ha cultivado también la poesía; muestra de su galanura en este ramo, es la feliz traducción que hizo de una de las mas bellas composiciones liricas de Lamartine.

Pero si el abogado, el funcionario público, el diplómata, merecen los sinceros elogios que sin la menor reserva les tributamos, hoy que está lejos de nuestras playas, roncho más podemos decir del patriota, del ciudadano entusiasta para hacer á su país el sacrificio de su vida, si así era preciso.
 
Apenas comenzada la fatal guerra del Pacifico, en unión de otros esforzados jóvenes, organizó el Regimiento Morillo del cual fué elegido ayudante y nombrado capitán marchó al campo de la defensa, sirviendo á la vez como corresponsal de “El Comercio” de La Paz, y redactando, también, el “Boletín de guerra del Ejército boliviano,” en el cual demostró notable brío y marcada decisión por la sana causa de la alianza. Merece cita especial su actitud, altamente caballerosa, en el incidente del 27 de Diciembre de 1879, que dió por resultado la separación innominiosa del General Daza.

Elegido Diputado á la célebre Convención Nacional de su país, se dirigió á la ciudad de La Paz á ejercer tan augustas funciones. Secretario de esa notable Asamblea, en distintos periodos de las sesiones de 1880 y 81 y miembro de la Comisión de Guerra, dedicó todas sus labores, con ardiente patriotismo, al sostenimiento de los derechos de la Alianza.

Durante el Gobierno del General Campero, ejerció las funciones de Oficial Mayor del Ministerio de Justicia é Instrucción Pública.

En 1882 formó parte de la Legación Carrillo, en clase de Secretario, habiendo concurrido, como tal, á las conferencias diplomáticas conocidas por los protocolos de Lima y Huaráz. Hemos visto cuánto trabajó entonces en favor de la tregua, única solución que en aquellos momentos habría sido salvadora para los aliados.

Pocos meses después, concurrió, también como Secretario del Plenipotenciario boliviano señor Zilveti, á las conferencias que éste celebró con el Ministro del Perú Dr. del Valle.

Mas tarde formó parte, en clase de Secretario, de la Legación que Bolivia envió á Chile, la misma que estipuló la tregua entre los dos países; y muy pronto regresó á Chile con el mismo carácter. Nombrado en esa época, por dos veces, Secretario de la Legación boliviana en el Perú, diversas circunstancias le impidieron llegar á Lima, hasta que en 1880 vino á esta capital, como Secretario de la misión encomendada al señor General Camacho. Cuando este General regresó á su país, quedó Guachalla desempeñando la Legación con el carácter de Encargado de Negocios ad interim, durante un año. Consiguió lo que pocos El restablecimiento de la fé y las buenas relaciones entre el Perú y Bolivia, y la estimación del país todo.

Nombrado el doctor don Juan C. Carrillo, E. E. y Ministro Plenipotenciario de Bolivia en el Perú, continuó Guachalla como Secretario de la Legación; y al retiro del señor Carrillo, quedó nuevamente y hasta hace poco, como Encargado de Negocios.

Consagrado esclusivamente al servicio de los grandes intereses internacionales de su país, con prescindencia de su política interna, ha cuidado de cultivar las buenas relaciones de Bolivia con los países representados ante nuestro Gobierno; y así llegó á celebrar con el Ecuador un pacto sobre el ejercicio de las profesiones liberales.

Nos consta su sincero amor al Perú. Si su pasado garantiza esta afirmación estamos seguros que el porvenir la patentizará ampliamente; pues, con notable ahínco ha trabajado por la unión intima é indisoluble del Perú y Bolivia. Tal es su ideal, que su labor ha sido proficua lo dice bien alto la general estimación que se ha conquistado en Lima. Y si en su patria se le honra como aquí, bien puede decirse que es el hijo mimado de los tiernos afectos.



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Texto e imagen publicados en el semanario "El Perú Ilustrado" núm. 124, Lima, 21 de septiembre de 1889.

Saludos
Jonatan Saona

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