11 de febrero de 2021

José Velásquez

José Velásquez
General de División José Velásquez Bórquez

Nació en Puchuncaví, Partido de Quillota, el 27 de diciembre de 1833. Era hijo del Coronel español José Velásquez, que llegó a Chile con su esposa Rosario Bórquez, en los días de nuestra emancipación y que combatió por la causa del Rey de España. Ingresó a la Escuela Militar el 25 de abril de 1850 y obtuvo en ella una situación preponderante, gracias a su conducta intachable y a su ejemplar contracción al estudio. Egresó como Alférez de artillería en 1854 y pasó a continuar sus servicios al regimiento del arma.

Fue ascendido a Teniente el 16 de mayo de 1857. Dos años más tarde le correspondió actuar en la revolución del norte, en defensa de la Constitución y de las leyes. Era ayudante del Coronel Silva Chávez en la Batalla de Los Loros. Participó, enseguida, en la campaña de Coquimbo y combatió en Cerro Grande. Por su destacada actuación se le concedió el grado de Capitán, el 10 de marzo de 1860.

Cubrió con compañía de artillería las guarniciones de la Alta Frontera desde 1861 hasta 1865, realizó cuatro campañas al interior de la Araucanía y contribuyó a la construcción de casi todos los fuertes del Bío-Bío, Bureo, Malleco y en la faja de la costa. En abril de 1863 se le comisionó para que reconociera el río Vergara desde Angol hasta Nacimiento. Ascendió a Sargento Mayor graduado en septiembre del mismo año. En 1865 pasó a Talcahuano a defender el puerto bloqueado por la fragata española Resolución. Hizo una nueva campaña de casi un año en la Araucanía, en 1867, que permitió restablecer la línea del Malleco y en 1870 emprendió una expedición al interior, hasta las márgenes del Cautín. En septiembre de ese mismo año fue ascendido al grado de Teniente Coronel graduado y en febrero de 1872, al de Teniente Coronel efectivo. En diciembre de 1875 pasó a prestar sus servicios al Cuerpo de Asamblea y en 1877 era comandante del Batallón cívico de Los Angeles, donde servía al estallar la Guerra del Pacífico.

Dedicó sus mejores esfuerzos a la preparación y organización de su arma. Poco antes el regimiento de artillería había pasado por una verdadera crisis, siendo disuelto y reorganizado por cuestiones de carácter político. Por esta razón la guerra sorprendió a Chile con su personal de artillería en completa desorientación. Gracias a sus esfuerzos y pedidos insistentes, comenzó por organizar en Antofagasta 3 baterías Krupp (1 de campaña y 2 de montaña), más otra batería de material francés anticuado y de ametralladoras. En total, 24 piezas, manejadas por personal seleccionado que él conocía bien. Tal fue el origen del regimiento de artillería N° 2.

En julio de 1879 se encargó, además, de la construcción de los fuertes del puerto de Antofagasta. Ascendido a Coronel, el 31 de diciembre de ese mismo año, fue nombrado Comandante General de Artillería del Ejercito del Norte, el 2 de enero de 1880.

En vísperas del Combate de Dolores apreció acertadamente la situación peligrosa del Ejército por su falta de artillería; ésta se encontraba aún en Hospicio, por orden del General Escala. Velásquez que estaba en malas relaciones con el General, insistió enérgicamente para que la artillería fuera conducida a Dolores y como Escala nada dispusiese fue preciso que el Ministro Sotomayor tomara cartas en el asunto y apurara la medida. Es de imaginar lo que habría ocurrido a nuestro Ejército en la jornada del 19 de noviembre sí no hubiera contado con artillería.

Emprendida la Campaña de Tacna con el estacionamiento de nuestro Ejército en Pacocha, a fin de cumplir el errado plan del Gobierno de esperar en Conde el ataque enemigo, fue éste desechado pronto, en razón de las fundadas críticas del Comandante Velásquez. Un detenido reconocimiento al interior lo había hecho llegar a tal conclusión.

Cuando Escala renunció al Comando en Jefe, el nombre de Velásquez figuró entre los candidatos a ocupar el puesto de Jefe de Estado Mayor General. El General Baquedano aceptó complacido ese nombramiento “y como se sabe, las brillantes condiciones de estos dos Jefes, más la cooperación de Lagos, formaron en el curso posterior de la guerra una hermosa trilogía militar que encauzó las operaciones por la senda recta y severa del triunfo, sin vacilaciones ni intromisiones ajenas”.

Por esos mismos días el General Baquedano ordenó la marcha de la artillería desde Ilo a Sama por el departamento de Moquegua, sin apreciar debidamente los inconvenientes del terreno. Velásquez, con gran cordura y dentro de su discrecional iniciativa como Jefe de Estado Mayor, ordenó los reconocimientos del desembarcadero en la caleta de Ite y del camino al interior. De acuerdo con el Ministro Sotomayor, dispuso enseguida el transporte de esa arma por mar. Su actividad intensa permitió que su arma predilecta llegase sin novedad a reunirse al Ejército en el campamento de Las Yaras.

A partir del fallecimiento del Ministro de Guerra en campaña. D. Rafael Sotomayor (mayo de 1880), la responsabilidad en la conducción de las  operaciones descansó única y exclusivamente en los hombros del General en Jefe del Ejército y de su Jefe de Estado Mayor. “El Jefe de Estado Mayor tiene importante intervención en la concepción y ejecución de esas operaciones y Baquedano aprecia en lo que debe el claro criterio militar del coronel”.

Ultimados los preparativos para la Batalla de Tacna, se acordó el plan de ataque respectivo y se le llevó a su realización, en contraposición al propuesto por D, José Francisco Vergara. En la concepción del plan de ataque a Arica tuvo también Velásquez inteligente intervención. Acompañó a Baquedano en el reconocimiento de la fortaleza e hizo algunas sugerencias para el mejor éxito de la empresa.

Nombrado Ministro de Guerra en campaña, por fallecimiento de D. Rafael Sotomayor, D, José Francisco Vergara dispuso como primera medida— la exoneración de su puesto en Jefe de Estado Mayor del Coronel Velásquez y su reemplazo por el General Marcos Maturana, El Coronel volvió a su puesto de Comandante General de la Artillería. En las vísperas de Chorrillos, el General Baquedano dispuso que la artillería de campa­ña, repartida hasta entonces en las divisiones, quedase reunida en manos del Comandante General del Arma. Con ello se daba la importancia que se merecía al puesto que ahora desempeñaba el Coronel Velásquez, En la concepción del plan de ataque de la batalla citada, este último prestó su valiosa cooperación y volvió a impugnar, brillantemente, el plan de envolvimiento presentado por el Ministro de Guerra Sr. Vergara.

Durante el desarrollo de esta acción y de la de Miraflores, supo em­plear su artillería contra los objetivos enemigos más importantes, a fin de cooperar a la acción decidida y eficaz de la infantería.

La noticia de la victoria chilena en Huamachuco (julio de 1883) movió al Presidente Santa María a enviar una columna expedicionaria a Arequipa, que —aprovechando el efecto psicológico de aquélla— rindiese la ciudad con un simple amago. El Comando en Jefe de la expedición recayó en el Coronel Velásquez y éste se puso en marcha el 14 de septiembre desde Tacna, con 2.200 hombres de las tres ramas. El resultado de la expedición fue todo un éxito.

“Arequipa tenía como medios de defensa un pequeño Ejército de Lí­nea que debía fluctuar entre los 3.000 y los 4.000 hombres y una Guardia Nacional numerosa. El armamento era bueno: 8.000 rifles conseguidos en La Paz. con 250 tiros cada uno y una flamante batería Krupp, El Almirante Montero había colocado una vanguardia de sus tropas en una cuesta que cortaba la pasada a la ciudad, llamada de Huasacachi. Cada m ontículo o picacho de aquel lomo de piedra era una fortaleza y a la entrada de Arequipa estaba la quebrada o portezuelo de Puquina, una segunda línea más fuerte todavía.

‘‘En la noche del 22 al 23 de octubre, Velásquez inició la marcha desde el pie de la cuesta y al amanecer del día 23 el enemigo se encontraba flanqueado por ambos lados. Visto esto, las tropas del Coronel José Godínez, a quien estaba confiada la defensa de Huasacachi, se dieron a la fuga sin disparar un tiro, para guarnecerse en Puquina. A las 06.00 horas, flameaba en lo alto de Huasacachi la bandera chilena.

“Velásquez no tuvo vacilaciones y marchó rápidamente a ocupar Puquina. Entonces efectuó el Ejército chileno una de las pruebas más notables de vigor físico que es posible concebir. El escabroso camino de Huasacachi a Puquina fue recorrido por la tropa desde Moromoro hasta Puquina en más de un día completo, incluso la noche, sin dormir y comiendo sólo la porción fría de la mochila, por alturas de 3.000 a 4.000 metros, sin descansar más que a ratos.

“Al aproximarse los chilenos a Puquina, toda la guarnición que defendía ese puesto huyó, dejando franco el paso a la ciudad.

“El resultado de la expedición fue todo un éxito: Arequipa se rindió sin disparar un tiro, obligando al adversario a firmar el Tratado de Paucarpata, el 29 de octubre de 1883, en el mismo lugar que el orgulloso Mariscal Santa Cruz hiciera otra tanto con Blanco Encalada en 1837".

Velásquez fue ascendido a General de Brigada en agosto de 1887 y distinguido con el nombramiento de Ministro de Guerra en 1890. Al estallar la Guerra Civil de 1891 fue designado Jefe del Estado Mayor del Ejército Presidencial y en mayo del mismo volvió a ser designado Ministro de Guerra. Ascendió a General de División en agosto de 1891. Una caída del caballo que sufrió poco antes del desembarco de las fuerzas congresistas en Quintero, le impidió tomar el mando de las tropas leales. Después del triunfo del Congreso en Placilla estuvo en inminente peligro de ser asesinado por las turbas. A golpes de hacha destrozaron éstas la puerta de calle de su casa, próxima a La Moneda y pretendieron forzar la entrada donde yacía enfermo. Providencialmente, pudo llegar a tiempo el General Baquedano y poner en salvo a su amigo y antiguo camarada de glorias, Velásquez fue sacado por una puerta interior y llevado a la Casa de Gobierno, para ser trasladado enseguida a la Legación de Alemania. Más tarde se le arrestó y condujo a bordo del Huáscar, en Valparaíso, donde permaneció ocho meses y sufrió los mayores vejámenes. No dejó escapar una queja y soportó resignadamente su triste suerte  En 1894 fue elegido diputado y director general del Partido Liberal Democrático y pudo cooperar a la dictación de leyes de amnistía y a mejorar las condiciones de sus compañeros de armas y de sacrificios.

Falleció en San Vicente de Tagua-Tagua, el 17 de julio de 1897.
“El 16 de enero de 1912 se ordenó crear el Regimiento de Artillería N ° 6 General Velásquez, en la 1° Brigada de Artillería, con asiento en Tacna; honrándose así la memoria del ilustre artillero del 79. Actualmente el Regimiento de Artillería, N ° 5 Antofagasta lleva con patronímico el del General
Velásquez Bórquez” 



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Estado Mayor General del Ejército. "Galería de hombres de armas de Chile" Tomo II. Santiago.

Saludos
Jonatan Saona

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