11 de enero de 2023

Relato sobre el juramento

Chino en Perú, siglo XIX
Relato sobre el juramento de los chinos

"Inter corrían así los sucesos en el órden militar, un hecho curioso i también digno de la historia, sucedía entre los chinos. Estos veían aproximarse la hora de una batalla decisiva, que para ellos debía ser de gran trascendencia, porque del resultado pendía su propia libertad.

Los chinos, raza esclava i sujeta a la lei de los antiguos párias en el Perú, veían en el triunfo de Chile su redención, la recuperación de sus perdidos derechos para trabajar como hombres libres, amparados por las leyes comunes. I tenían razón: el Consulado portugués, que por un tratado internacional se llama protector i representante de los asiáticos en el territorio peruano, no desempeña en realidad otro papel, con relación o ellos, que el de triste instrumento de la mas vergonzosa esclavatura.

Según los contratos escritos con que los chinos son importados al Perú, éstos tienen derecho para ser protejidos por las leyes nacionales del país.

Estas leyes (hablo de las peruanas), sea dicho de paso, son indisputablemente buenas en el órden civil i en el penal: prohíben i aun califican de crimen el hecho naturalmente vedado de hacerse uno justicia por sí mismo; mas en el Perú, i mediante la práctica de corrupción que en él reina sobre todas las cosas, los chinos no tienen otros jueces que sus amos; éstos poseen degradantes cárceles hechas exprofeso con todo lujo de inhumanidad i de barbarie, para encerrar en ella a su antojo a los desdichados asiáticos, cargándolos de cadenas e inflijiéndoles toda clase de martirios, los que acaban al fin por ocasionarlos una muerte, cuya agonía suele durar años.

Nunca la Legación portuguesa se ha conmovido ante los gritos de dolor i de tormento de sus miserables protejidos; siempre ha contemplado con placentera sonrisa el autoritarismo de los amos de las haciendas; i solo tuvo bríos para alarmarse i para hacer valer su carácter de protector, cuando creyó que la división chilena al mando del coronel Lynch daba libertad a los chinos i les arrancaba las cadenas del tormento en el Norte del Perú.

Con estos antecedentes, bien podrá penetrarse el lector del interés de la colonia asiática del Perú respecto de la presente guerra. 

Esa colonia, en número de 658 individuos, se había reunido en Pagoda de San Pedro de Lurín, en el día arriba indicado, en una especie de capilla de regular estension, que se veía alumbrada, a pesar de no ser de noche, por cuatro faroles chinos de varios colores, i adornada por un altar solo, en que figuraban tres estatuas o retratos de madera, a manera de los que suelen verse en los altares de nuestras propias iglesias.

La estatua o santo del medio representaba a Kuongkong, especie de Marte en la relijión de los colonos, i figuraba a un hombre de grande estatura, luenga i espesa barba i rostro de color rojo, con una enorme espada en la mano derecha, espada quo, según la creencia de los fieles, era manejada por su Kuongkong, no obstante pesar mas de 1,000 libras.

El santo de la derecha representaba a un jóven imberbe i de rostro blanco, a quien creían hijo de Kuongkong, i le llamaban Yong-long; i el de la izquierda, especie de ayudante de su referido dios de la guerra, era negro i de grandes ojos blancos, tenía también espada i se llamaba Affay.

Ante esta rara trinidad, un chino ofició algo que parecía misa, i en seguida procedió a degollar un gallo, símbolo de la guerra, cuya sangre depositó en una redoma.

Por esa sangre belicosa juraron los chinos ser su deseo i sus votos que las armas de Chile salieran victoriosas, i así se lo pidieron a Kuongkong con todo respeto, bebiendo en seguida la sangre mezclada con agua.

Todos los 658 colonos alcanzaron parte del mistificado líquido.

Terminada la ceremonia, el chino Quintín Quintana, jefe elejido por la colonia misma, pronunció un largo discurso, en que habló de la esclavitud reinante en el Perú i de la próxima libertad e imperio de las leyes comunes."


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Ahumada Moreno, Pascual. "Guerra del Pacífico, Recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias i demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú i Bolivia" Tomo V, Valparaíso, 1888. 

Saludos
Jonatan Saona

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