21 de abril de 2025

Huaripampa por Villarroel

Melitón Villarroel
Huaripampa
Versión del señor Melitón Villarroel Castro

Soy Melitón Villarroel Castro, tengo 86 años, natural de aquí Huaripampa legítimo. Ya estoy jubilado en el Magisterio, después de 70 años de docencia trabajé mucho tiempo en Concepción, 19 años. Por eso estoy al tanto de lo sucedido. 

En 1882 estaba encargado de la Parroquia un sacerdote Buenaventura Mendoza, pero el padre propietario de la Parroquia era un padre Guzmán, huanuqueño. En esa época los chilenos ya habían venido, no sé cuantos miles de hombres, dejando destacamentos en Chicla, Oroya, Jauja, Huancayo, Concepción; bien, en la provincia de Jauja estaban acantonados 80 chilenos y para entonces dicen que el pueblo estaba tranquilo. El curita estaba celebrando la misa dominical, toda la gente iba a orar a la Iglesia, porque ya sabían que los chilenos habían tomado Lima.

Cáceres ya había abierto La Campaña de la Breña. Estaba organizado su ejército aquí, por Ayacucho, Huancavelica, por toda la región del Centro, muy bien. Entonces, por esa época Lynch, jefe chileno que estaba en Lima, mandó al valle del Mantaro un ejército de cerca de 4,000 hombres.

Y dicen que un día domingo, cuando celebraba la misa, había venido a pasearse un chileno del Batallón Yungay, para averiguar qué había. Vio que ingresaba a la iglesia una señorita simpática del pueblo vecino de aquí, de Muquiyauyo. Entonces a media misa quiso sacársela a la joven, pero la gente se levantó en protesta. Por fin no consiguió su propósito. El chileno se regresó, dijo el curita "la casa de Dios no es respetada por otros".

Ese fue el motivo que lo indujo a colgar los hábitos y organizar a los guerrilleros de Huaripampa, para hacer frente aquí al enemigo. Todos estos datos están en la Biblioteca Nacional de donde los he recogido.

Entonces, Mendoza comunicó a todos los anexos: a Llocllapampa, Parco Capcha, Calchapu, todos anexos del distrito antiguo, y se prepararon para rechazar a los invasores. Los chilenos no podían pasar el puente, estaba cortado; 80 chilenos pasaron a caballo por el puente San Miguel, sobre el Mantaro, los peruanos, como todos, estaban armados de hondas, de rejones y de palos; qué ibamos a aguantar a ellos que tenían armamento bélico bien fuerte. Casi todos escaparon, pero el curita se quedó por aquí, solo lo encontraron en una finca que está cerquita de aquí, lo mataron al pobre. En el año 1911, yo todavía niño, cuando salí de la escuela estaba mucha gente en la iglesia, habían sacado los restos del cura Mendoza, el esqueleto todo estaba visible, por los sablazos recibidos. Había usado el curita una polaca blanca, había quedado un rezago del chaleco, en el bolsillo todavía se veía la moneda de níquel que circulaba. Los restos del cura Mendoza los llevaron de aquí a Jauja. Está en Lima en la Cripta de los Héroes.

La recepción en Jauja ha sido muy importante, todas las autoridades salieron a recibirlo, lo depositaron en la iglesia; al día siguiente lo condujeron a Lima el año 1911, habían trascurrido ya 20 años de la guerra con Chile. Al llegar a Lima lo depositaron en la Iglesia de los Desamparados. Ahí permaneció el ataúd hasta el día siguiente, corrió la noticia que habían llegado los restos del cura Mendoza, los universitarios jaujinos y los de aquí formaron las comisiones que fueron a Lima.

La juventud católica lo trasportó de Desamparados por la Inquisición y la Plaza de Armas, luego ya en la puerta del cementerio lo esperaba el padre Sotil, que había peleado en el buque de la Independencia como capellán; fue quien pronunció un discurso. Luego el alcalde provincial de Jauja, el señor Rocabadoz, tomó la palabra, después un militar de Estado Mayor y así colocaron los restos del cura Mendoza en el cementerio. Este año se ha cumplido el 22 de abril el centenario de su holocausto. Ahora como homenaje del pueblo está el Obelisco y vamos hacer una plaza en su memoria.

CPHEP: ¿Podría decirnos cuántos hijos de Huaripampa se han sacrificado en su defensa?
Han muerto como 28 huaripampinos, han peleado cuerpo a cuerpo, pero ante el armamento que los chilenos tenían, de todos modos la lucha no era igual; así Huaripampa ha cumplido.

CPHEP: ¿Y qué nos dice de “huaripampeada"?
Eso se refiere al combate entre el general Cáceres e Iglesias. Este mandó una tropa fuerte, porque había tomado el mando con los chilenos. No le gustó a Cáceres el Tratado de Ancón.

El Tratado de Ancón se celebró en una forma desventajosa para el Perú. Tarapacá se le daba para siempre a Chile y Tacna y Arica por 10 años, que dentro de eso se resolvería; a ese tratado se opuso el general Cáceres. Y se produjo una especie de guerra civil. Dijo Cáceres no se debía dar a Chile ni un tramo de tierra, porque el Perú no había provocado la guerra, sino Chile. La huaripampeada significa pasada. Fue así, Cáceres se vino aquí y las tropas de Iglesias llegaron a las alturas de Huancas, en Jauja; cuando estaban tiroteando Cáceres tomó su mejor batallón y de aquí se fue a Mito. En Mito organizó su gabinete. Aquí dejó el resto de sus tropas que se colocó en el cerro de Quinlio. Ahí estaban tiroteándose ambos, y Cáceres desapareció. Y el general Iglesias dijo: "ya es derrotado Cáceres se ha ido de miedo", cuando él había remontado por las cordilleras, y llegó hasta Chicla y había dejado unas estacas con sombreros y creían que eran las tropas de Cáceres. Fue un simulacro, estaba la campana. Esta es la huaripampeada.

En Chilca capturó el tren que venía al centro, pues Iglesias mandaba más refuerzos. Cáceres dejó desarmados a todos los soldados de Iglesias. El general Relaize del Ejército de Iglesias comunica que "Cáceres derrotado huye con dirección a su tierra Ayacucho". Iglesias celebraba el triunfo. Las tropas llegaron a Lima e Iglesias creía que eran sus tropas, cuando en realidad eran las tropas de Cáceres. Esa es pues la versión completa de la huaripampeada, que le hizo pasar a Iglesias.

CPHEP: Señor Villarroel ¿qué otra anécdota podría contar sobre Cáceres?
Hay una historia de Cáceres: como sabemos había muerto a los 87 años. Andrés Avelino Cáceres, ¡oh! si yo le contara lo que hizo en San Gerónimo, ahora en su recuerdo hay un baile en San Gerónimo: Los Avelinos. Bien rotosos salen, así era Cáceres; iba al campamento chileno, bien disfrazadito, chacchando su coquita todo. ¿Oiga viejito, tú no sabes dónde está Cáceres? No señor, les contesta a los chilenos. El mismo está allí, para conocer cuál era el plan de los chilenos. No, dice, no, no sé dónde estará. Dice que una vez lo habían reconocido, no sé si será invento. Un soldado chileno como para congraciarse con el superior le dijo: Ese viejito con el que ha conversado usted, ha sido Cáceres. ¿Y cómo sabes tú? Yo lo conozco, señor ¿Y por qué recién hablas?. Fusílenlo a éste inmediatamente, y lo fusilaron al soldado. No sé si en realidad lo habría conocido.

Estos hechos lo recuerdan con un baile que lo celebran el 16 de agosto en San Gerónimo. Todos rotositos, chacchando su coquita salen y recuerdan sus hazañas. El otro día aquí para el Centenario, ha venido la Mactada, porque las tropas de Cáceres eran todos de Mactas, de Huancavelica. Ayacucho eran todos con sus sombreritos, con su honda, su rejón para hacer frente al enemigo. Esos son los datos que puedo proporcionarles.


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Comisión Permanente de Historia del Ejército del Perú. "La Resistencia de la Breña II: La Contraofensiva de 1882 (23 Feb. 1882-05 May. 1883)". Lima, 1982.

Saludos
Jonatan Saona

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