Noviembre 1° 1879.— A las 3 a. m. se han visto algunos buques. Al amanecer se han visto todos. Al fin estamos reunidos. Los buques se han acercado y han pasado a bordo del Amazonas los comandantes de naves y de los cuerpos de ejército. Todos se preparan para el desembarque mañana en Pisagua y Junín.
Reina gran entusiasmo en todas las tropas. Se oyen las bandas de músicos de los distintos regimientos que tocan el himno nacional.
Se ven 20 buques, entre ellos los dos ingleses que han seguido nuestro movimiento. A las 2 p. m., ha habido una reunión a bordo del Amazonas de todos los jefes del ejército y de la marina, con. el objeto de darles conocimiento del plan de desembarque de nuestras fuerzas en las costas peruanas. Esta reunión fue presidida por el Ministro de Guerra D. Rafael Sotomayor, y asistieron: general en jefe D. Erasmo Escala, jefe de Estado Mayor D. Emilio Sotomayor, y asistieron a ella todos los primeros jefes de cuerpos, los comandantes de buques de guerra y trasporte y el personal de ayudantes del cuartel general y Estado Mayor.
El general Escala, en pocas palabras, manifestó que para el desembarque simultáneo en Pisagua y Junín se había organizado una división especial que se dirigía en la forma expresada en las instrucciones que repartiría a cada uno de los presentes el comandante Dublé Almeida; que estando a 50 millas de la costa y dado el andar del buque más poltrón de la escuadra, el Abtao, estaríamos en Pisagua próximamente a las 2 ó 3 de la mañana del día 2; y, por último, que esperaba del patriotismo, valor y entusiasmo de los jefes el éxito satisfactorio de las’ operaciones que debían realizarse en pocas horas más.
El comandante del Amazonas D. Luis A. Lynch expuso que no nos hallábamos a la altura de Pisagua, como lo había expresado el Sr. general, sino a 20 millas al norte de ese puerto. El comandante del Amazonas D. Manuel Thomson, en tono violento, manifestó que nuestra situación era a la altura de Pisagua, como él le había manifestado al general en jefe, y que no permitiría pusiera en duda o negara su aseveración el capitán Lynch. D. Rafael Sotomayor hizo cesar la discusión que se había iniciado entre los jefes nombrados de la marina, expresando que cualquier error pequeño que hubiera en las informaciones respecto al lugar donde nos hallábamos, no sería inconveniente para el éxito de la operación que debía tener lugar.
La reunión se disolvió y los jefes regresaron a sus respectivos buques, poniéndose éstos inmediatamente en marcha con rumbo al E.
Pocos momentos después que el general en jefe se retiró de la reunión, fui llamado a la cámara de éste. Allí estaba el comandante del batallón Navales, coronel de guardias nacionales D. Martiniano Urriola, y el general me dijo lo siguiente: “Comandante, el coronel Urriola me dice que el personal del cuerpo que (me) manda se compone de artesanos, fleteros y jornaleros del puerto de Valparaíso; que esta gente tiene numerosa familia, y como el desembarque en Pisagua ha de causar numerosas bajas, me pide que este cuerpo (que) está designado para hacer el desembarque, sea cambiado por otro.
Encontrando justas las razones que expone el coronel, Ud. designará otro cuerpo para sustituir al Navales en el desembarque de Pisagua”. Esto fue más o menos lo que me dijo el general, y que yo oí con la mayor sorpresa. Que hubiera un jefe que solicitara que su regimiento no concurriera al puesto de peligro y de gloria que se le había designado y un general accediera a la petición, era algo que no podía explicarme.
Para una operación de desembarque me pareció lo más natural elegir a los Navales, gente de mar en Valparaíso, que conoce el manejo de las embarcaciones y todo lo que con ellas se relaciona.
Dando cumplimiento a la orden del general en jefe, nombré en lugar de los Navales al batallón Atacama para el desembarque en Pisagua.
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Dublé Almeida, Diego. "Diario de Campaña" recopilado por Fernando Ruz Trujillo.
Saludos
Jonatan Saona
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