23 de mayo de 2023

Carta de Llanos

Eduardo Llanos Álvarez
Carta de Eduardo Llanos a Luis Uribe

Para evitamos repeticiones y como ya entramos a un punto que necesita documentarse debidamente, publicamos en seguida la carta de entonces, de don Eduardo Llanos, dirigida al comandante Uribe:

"Iquique", 23 de Mayo de 1879.
— Señor don Luis Uribe. — (En el cuartel de la Compañía Salvadora).

Muy señor mío:
Para satisfacer a usted y demás compañeros, haré a ustedes una relación lo más sumaria posible sobre la manera y forma en que fueron sepultados en el Cementerio de este puerto los cadáveres del comandante don Arturo Prat y del teniente segundo don Ignacio Serrano, ambos de la corbeta de guerra chilena "Esmeralda".

El día 21, en la noche, encontré frente al teatro a los señores Juan Bernal y Castro, Alcalde municipal, y Benito Neto, corresponsal de "La Patria" de Lima. Me dijo el primero de éstos que el señor prefecto le había encargado diese sepultura a los cadáveres de la "Esmeralda", que acababa de desembarcar el "Huáscar", llegado poco antes del sur.

Nos dirigimos a la Iglesia para saber si allí estaban los restos aquellos y sólo encontramos los del joven Velarde, del "Huáscar", cubiertos con una bandera peruana. Fuimos al cuartel de la Salvadora y tampoco estaban allí, por lo que supusimos que los habrían llevado al hospital.

Ofrecí al señor Bernal correr con las diligencias del enterramiento, y al efecto fui el 22, temprano, al hospital para saber cuántos eran los cadáveres y sus categorías.

El ecónomo de aquel establecimiento, don José Manuel Eyzaguirre, me informó que no había recibido ninguna instrucción sobre el modo de dar sepultura a los tres cadáveres de la "Esmeralda". Diciéndole yo entonces que me iba a ocupar de eso, le pedí que nada hiciese mientras no recibiese aviso mío pues iba a hablar con el señor inspector del Hospital, don Carlos Richardson. En efecto, vi a este señor y le encontré perfectamente dispuesto para acceder a mi solicitud dándome una orden para que el señor Eyzaguirre pusiera a mi disposición los cadáveres mencionados.

Acompañando esta orden escribió una carta al señor ecónomo, diciéndole que remitiera, desde luego, al Cementerio el cadáver del marinero, y que respecto a los dos oficiales, iba yo a correr las papeletas de costumbre para los que van en sepultura pagada, mandando hacer al mismo tiempo los cajones respectivos.

Dispuestas así las cosas, fui al cuartel de ustedes en busca de los datos de edad, estado y nombres de los oficiales, para tomar nota en el registro de la notaría civil. En el tránsito encontré a don Benigno C. Posada, quien, impuesto de los pasos que yo daba, se ofreció a acompañarme, lo que de buen grado acepté, indicándole que para evitar falsas apreciaciones, tomaríamos el nombre de la Sociedad de Beneficencia Española, para obrar como comisionados de ella en este asunto en cuya idea convino el señor Posada. Un poco antes de llegar al cuartel encontramos al señor coronel Velarde, quien se prestó gustoso para regresar, e hizo que la guardia nos permitiera la entrada, en busca de los informes mencionados.

Facilitados estos por ustedes, e impuesto del deseo de conservar la ropa exterior de sus compañeros Prat y Serrano, nos dirigimos al hospital el señor Velarde, el señor Posada y yo.

De vuelta hice correr las papeletas de defunción que llevan los números 504 y 505 del folio 505 del Registro Civil, tomando nota el señor inspector del cementerio y el señor cura párroco.

A las 4.30 de la tarde volví con el señor Posada al Hospital, y a las 5.30 llegaron los encargados de hacer los cajones, y con el auxilio de tres mozos que me facilitó el señor Eyzaguirre, se pusieron dentro los cadáveres, envueltos en una sábana cada uno.

De allí me dirigí siempre con el mismo Sr. Posada al Cementerio, en cuyo punto encontramos al Sr. Juan Naim, quien, invitado en la tarde por mí para esta ceremonia, se prestó vistoso, a pesar de su delicada salud.

Cuando llegamos al cementerio, estaba una parte de la tripulación de la "Independencia" dando sepultura a los restos del oficial del mismo buque, don Guillermo García y García, muerto el día anterior en el combate con la "Covadonga".

Así cumplimos nuestro cometido regresando al pueblo ya de noche.
Me es grato ofrecerme de ustedes A. S. S.—
Eduardo Llanos".


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"El último de los testigos del entierro de Prat y Serrano en Iquique" por R. H. (Roberto Hernández). Publicado originalmente en “ El Tarapacá” de Iquique en 1927. Republicado en "Revista de Marina" n° 730. Fecha 01 de junio de 1979.

Saludos
Jonatan Saona

1 comentario:

  1. El cuerpo del marinero aquí citado, que no se identifica, fue a la fosa común. Igualmente ocurrió con el sargento Juan de Dios Aldea, fallecido al tercer día en el hospital: a la fosa común. Sin ceremonias. Numerosos cuerpos que el mar fue arrojando en los días sucesivos corrieron igual suerte. Y, desde luego, Prat y Serrano, cuya muerte heroica hace constar el propio Grau en sus partes de combate, no fueron inhumados por la autoridad peruana, sino por terceros, sin ceremonia alguna.
    Tremendo contraste con los muertos peruanos del Huáscar, en Angamos, a quienes Chile dio tierra en ceremonia oficial y con honores militares, apropiadamente identificados. Aquellos cuerpos mutilados (por la explosión de granadas) de la tripulación del monitor, si fueron sepultados en sepultura común, con indicación de las circunstancias y los mismos honores.
    Chile rindió tributo al valor del enemigo y honró sus restos. Perú no procedió con la misma altura, y su prensa y corresponsales denigraron en tal forma a los enemigos vencidos en la rada de Iquique, que merecieron la reprobación de los marinos extranjeros destacados en el Pacífico en la época.

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