26 de febrero de 2023

Proclama de un veterano

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Invasión Chilena.

Un veterano que, hace 45 años, ha servido y sirve a la patria boliviana; que para ella ha recogido laureles en los campos de batalla, en guerra nacional; que ha inutilizado su cuerpo con heridas, y perdido un ojo; que, en la edad avanzada a que ha llegado, exclama, como el anciano Evandro:
¡O mihi pretéritos referat si Júpiter annos!
¡O, si a Dios pluguiera volverme a los años de mi juventud!..

Ese veterano, en cuyo pecho arde, tal vez para extinguirse pronto para siempre, el fuego sagrado del amor a la patria, ahora con mas fuerza que nunca, oyendo que un usurpador codicioso ha invadido con la alevosía del cobarde nuestro territorio cuyas riquezas irritaron su hambre de territorio y mas territorio, queriendo enmendar su cerval cobardía ante la armada argentina surta en las aguas del río Santa Cruz; ese veterano se dirije hoi—

A la valiente y patriota Juventud—
Diciéndole: ¡A las armas, oh Juventud, esperanza, firmísima de la patria! ¡A las armas, esforzada falange de Bolivia libre e independiente!
Moriamur, et in media arma ruamus.
Una salus victis, nullam sperare salutem.
Mourons le fer en main, voilá notre devoir:
Tout 1’espoir des vaincus, est un beau désespoir.

Entregarse a las delicias de Capus, cuando la patria está hollada por enemigos, sería la mas infame traición, y la más indeleble ignominia. ¡A las armas! ¡A las armas!

Ese veterano también se dirije—
A las animosas e impertérritas Paceñas,
Diciéndoles: Si no podéis imitar a las heróinas Paraguayas, tomando como ellas las armas y formando batallones para rechazar a los invasores, despojaos, a lo ménos, de vuestras joyas y sacrificadlas en aras de la patria; excitad siquiera el valor, o mas bien el furor de vuestros maridos, hijos, hermanos y conocidos, y señaladles el camino de vuestro Litoral hollado, saqueado y regado con la sangre de nuestros compatriotas, por el cobarde y pérfido detentador de nuestro territorio. Encargadles y aun hacedles jurar que prefieran morir allí, en defensa de la patria, o volver a vuestros brazos coronada su cabeza de gloriosos laureles, después de haber vengado el mas villano ultraje y la mas vergonzosa felonía.

Hijas del majestuoso Illimani: no penséis ahora mas que en Dios y la patria: en Dios, implorando la protección de su diestra poderosa; y en la patria, calmando los rencores y resentimientos de los partidos, y haciendo la unión de todos para salvarla. Crimen de lesa-patria sería ayudar al enemigo, no ayudando con abnegación y buena fé a nuestro gobierno responsable, ante Dios y Bolivia, de la ruina de ella. ¿Qué podrá hacer él, si lo abandonamos? Rodeémosle, ayudémosle todos, todos sin excepción; y nuestra patria y nuestro honor se salvarán. Si así no lo hacemos, Bolivia desaparecerá, y tendremos la misma suerte que la Polonia y el Paraguay, grandes, sí, mui grandes por su heroísmo, y también por su infortunio. No lo permita Dios.

Bolivianos, compatriotas carísimos: unión, unión y valor para escarmentar al temerario, alevoso y cobarde invasor, que pretende borrar de su frente la negra afrenta de su vilipendio voluntario, haciendo para ello, con una nación desarmada y débil, arrogante y quijotesca ostentación de valor, después de haber huido como un ciervo, a la vista o, mas bien dicho, a la pida de la presencia de quien vale y puede mas que él. ¡Baldón eterno para tal enemigo sin fé ni pudor!....

Bolivianos: ¡a las armas! ¡al combate! escribiendo en nuestra bandera: Dios, patria y unión. El triunfo será nuestro... no olvidemos que, siendo dulce y honroso morir por la patria, vale mas una muerte gloriosa, que una vida afrentosa.

Aunque viejo y valetudinario, estoi resuelto a terminar mi existencia, en defensa de esta cara patria por la que he derramado tantas veces mi sangre.

Prefiero morir defendiendo mi patria libre e independiente, a vivir pocos días mas viéndola sojuzgada por un pérfido invasor.

Os lo declara así, en su nombre y en el de sus antiguos compañeros de glorias o infortunios.

Vuestro compatriota,
El coronel José Bayarri.
La Paz, febrero 26, de 1879.


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"El Comercio". Año II n° 173. La Paz de Ayacucho, domingo 2 de marzo de 1879.

Saludos
Jonatan Saona

1 comentario:

  1. Tanto en Bolivia como en Perú y Chile surgieron, en los primeros meses de la guerra, muchísimas declaraciones inflamadas como lo que se trascribe aquí. El patriotismo daba pie a especulaciones y afirmaciones que el posterior desarrollo de los hechos transformó en humo.
    Una buena muestra de ellas es el discurso a la multitud del Dr. Fernando Casós en el mitin del 13.04.79 en Lima, cuyo texto sería interesante ver reproducido en este espacio de interés histórico.
    Nuestro recordado Benjamín Vicuña Mackenna solía, también, confundir el relato histórico con el alegato, y algunos de sus vuelos imaginativos resultan sorprendentes aún para sus lectores de hoy. Es un ejercicio curioso especular - a 140 años de distancia - acerca de las tragaderas de sus enardecidos y fieles admiradores.

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