25 de junio de 2020

Testimonio de González

Soldado chileno
Testimonio de Santos González

Santos González Mondaca, soldado chileno, fue uno de los prisioneros capturados en el combate de Sángrar, estuvo algunos meses cautivo hasta que fue liberado y pudo continuar la guerra. Por decreto de mayo de 1906, gozaba de un 25% por ser sobreviviente del combate de Sángrar.

González pudo declarar en el sumario solicitado por el capitán J. L. Araneda para que dicho combate fuese declarado Acción Distinguida.

"Declarante.- El día 20 se trasladó la compañía que mandaba mi capitán Araneda de Casapalca a Sangra, donde quedamos de guarnición durante algún tiempo; en ese punto permanecimos sin novedad hasta el 26 del mismo mes y año, día en que fuimos atacados por una tropa enemiga en las mismas casas que ocupábamos. 

Este ataque tuvo lugar en la forma siguiente:

A la 1 P. M. más o menos, se sintieron hacia alguna distancia de nuestro alojamiento algunos repetidos disparos de fusil, hecho que nos indujo a creer la posibilidad de que un piquete de tropa de 8 hombres, mandado por un sargento que había salido por la mañana en busca de algunos víveres a larga distancia, hubiera sido atacado por alguna montonera; pero mi Capitán no hizo caso de esta advertencia, pues, según lo manifestó en esos momentos, su creencia fue que como él había encargado hicieran alguna caza en el camino, los tiros provendrían por ese motivo.

Poco más tarde volvióse a sentir nuevamente disparos, a cuya nueva advertencia mi Capitán sólo se conforma con doblar el centinela que tenía colocado en una altura dominante; pero como en estas circunstancias llegase al campamento la mula que montaba el arriero que le sirvió al piquete de guía, entró en temores de que efectivamente los hubieran atacado; al efecto, subió en el mismo animal para explorar el campo desde el punto donde estaban los centinelas; habría subido una mitad del camino cuando el enemigo ya avanzaba hacia nosotros; inmediatamente bajó y haciéndonos tomar las armas, nos dijo: "A parapetarse cada uno en las pircas, como puedan"; a esta orden cada uno se acomodó lo mejor que pudo y principiamos a hacer fuego; pasaron apenas cortos instantes cuando nos vimos rodeados por todas partes y estrechados de tal modo que se hacía imposible defendernos con la menor ventaja; el punto que ocupábamos era un rincón sin salida y dominados por todas partes; así que muy luego nos vimos en la más crítica situación; mi Capitán metido dentro de una de las casas de paja, nada nos mandaba y como las bajas que nos hacían eran considerables en proporción al número, buscó cada uno el lugar más seguro para refugiarse; el fué una casa de piedra con techo de zinc que sirvió de seguro baluarte a los que quedaban con vida; yo desgraciadamente fuí cortado cuando me dirigía a ese mismo lugar y tomado prisionero.

Lo que después sucedió no me consta; pues fuí sacado fuera del lugar del combate y a las 7 de la noche fuí llevado a Canta, lugar de donde eran las tropas que atacaban.

Fiscal.- ¿Que número de gente tendría el enemigo, que clases de armamento llevaban y que organización tenían?

Declarante.- Las fuerzas que nos atacaron fueron tres compañías del batallón Canta, cada una con 50 hombres, mandadas por el coronel Ventus. El armamento que cargaban eran fusiles de diferentes sistemas y a mi modo de ver, tenían una mediana organización militar.

Fiscal.- Junto con llevarlo a Ud. a Canta, ¿se retiró el enemigo o continuaron agrediendo a los nuestros?

Declarante.- Se retiraron todos, señor, temerosos de que las fuerzas de Chicla llegasen ahí de un momento a otro; pues yo, a fin de salvar a los que quedaban, dije al jefe de las fuerzas enemigas que las esperábamos ese día, para cuyo fin les preparábamos rancho, y creyendo esta noticia, ordenó el retiro expresado de las fuerzas.

Fiscal.- ¿Cuantos muertos y heridos tuvo el enemigo en el ataque a Sangra y cuantos de los nuestros? Exprese también cuánto estuvo prisionero y como se incorporó a su cuerpo.

Declarante.- 8 fueron los muertos que tuvieron los asaltantes y un herido, siendo éste un capitán; por parte de los nuestros, sólo me consta de los 8 que tenía el sargento Bysivinger, a quienes encontré en el camino que seguí a Canta, y respecto de los que combatieron cerca de mí, antes que me tomaran prisionero, sólo vi dos heridos. Respecto al tiempo que estuve prisionero, según mi cuenta, fueron 8 meses, habiéndome encontrado durante este tiempo en diferentes lugares, hasta que en Tarma, cuando entró la expedición de mi general Gana, me presenté a él; en este punto tenía la ciudad por cárcel.
No teniendo más que exponer...Hay una cruz."


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Documento inserto en el Sumario para averiguar el grado de distinción de Sangra. Publicado en "Revista chilena de historia y geografía", Impr. Universitaria, 1931, Volumen 68.

Saludos
Jonatan Saona

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