27 de mayo de 2016

Parte de Peñarrieta

Uniforme del batallón Grau
Parte Oficial de Peñarrieta
 
Jefatura del Batallón Grau, Corocoro, 17 de junio de 1880
Al Sr. Presidente del H Consejo Departamental de Cochabamba.

Señor:
Creyendo de mi estricto deber dar cuenta del comportamiento del Batallón “Grau” en la desgraciada acción del día 26 del mes pasado al pueblo de Cochabamba, de donde exclusivamente procedió, lo hago por medio de ese respetable Concejo que Usted dignamente preside, lejítimo y único representante del patriota suelo de los Guzmán, los Rivero, los Arze.

El malhadado día 26 que marcará un episodio triste en las páginas de nuestra historia, ocupaba el Batallón la parte céntrica de nuestra línea de batalla por disposición suprema, entre los batallones “Loa” a la derecha y el “Chorolque” a la izquierda.

A las 9 am fue abistado el enemigo y posesionado como a 4 millas de nuestro campamento. Comenzó a hacer funcionar su poderosa artillería siendo el Grau uno de los cuerpos que recibió en su formación muchas bombas de Krupp calibre variado que por felicidad incomprensible no produjeron el efecto que era de temer, pues solo hirieron á un saldado de la 5º Compañía arrebatándole un brazo y á tres músicos más.

Es indescriptible, señor, el entusiasmo que cada explosión del proyectil enemigo producía en el ánimo de los impacientes jóvenes, jefes, oficiales y tropa del bizarro Grau, lejos de atemorizarlos era cada uno de las mortíferas bombas un motivo de hilaridad y en medio de prolongados hurras que mezclados con las dianas de música hacían plausible la imperturbable formación del batallón.

Avanzando el enemigo y rotos los fuegos de fusible e iniciado el choque de nuestras armas por la izquierda. Como á las 9 y media llegó el momento tan ansiado en que los bravos del Grau se pusieran en acción.

Este es el momento supremo, sublime, señor Presidente en que, desplegando por mi parte la santidad de la justicia y la verdad, tengo que declarar que hé admirado el valor y arrojo de los distinguidos jóvenes que componían el cuadro de oficiales así como el de la tropa á la que aquellos con su estímulo y ejemplo supieron conducirla en busca de la gloria, disputando palmo á palmo con el enemigo mui superior en número y elementos y en cerca de 3 horas el campo de la victoria, en medio de una lucha tenaz y mortífera.

¿Porqué ella nos fue adversa no obstante el heroico esfuerzo de nuestros soldados? Por la superioridad en número y en sus tres elementos bélicos!.

Ello está en la consciencia general.

Hoy nuestros compatriotas y también los vencedores, mañana el mundo admirado de una lucha desigual y más tarde la Historia inflecsible, espero nos harán justicia en su fallo. Esta esperanza, la conciencia que nos asiste de haber cumplido con el deber que la Patria nos impuso e defenderla y la seguridad de continuar en su servicio los que aún quedamos, mitiga un tanto el peso abrumador de una derrota, jamás nunca imajinada como la presente. Algo más, la flagrante prueba de la heroica lucha del Grau en la zona más eficaz y aterradora de los fuegos, es el cuadro lastimoso en que há quedado por las ilustres víctimas que en cumplimiento de su consigna han sucumbido y las que llenarán de luto y consternación a ese, por mil motivos, heroico y ejemplar pueblo.

A terminar Señor Presidente esta parte que conmueve hndamene lo más delicado de mis sentimientos, lo hago poseído de dos emociones opuestas: la una de pesar incalculable por nuestro desenlace y la otra de satisfacción mui íntima de haber el Batallón confiado a mi mando correspondido en una altura mui superior y digna a su origen y al nombre del valiente y heroico marinero Grau.

El esfuerzo que há desplegado el cuerpo para obtener el triunfo, igualmente todo el ejército boliviano, no há sido bastante á repeler el numeroso enemigo y su poderosa artillería. I si no ha sido el valor, ni la estrategia ni la pericia militares la causa de nuestra derrota sino la superioridad numérica del enemigo. ¿Cuánta responsabilidad y remordimiento pesará sobre los Bolivianos que hallándose en condiciones de concurrir a la campaña, no lo hayan hecho? ¿I cuánto mayor será de aquellos que perteneciendo al Ejército y olvidando todo deber y sentimiento patrio, abandonaron sus filas, siendo esa la causa de no poder equilibrar siquiera la cifra del Ejército enemigo?

En fin, Dios y la Patria tome cuenta de ellos. Que nosotros creyendo deber, hoy más que nunca, el pequeño continjente de nuestros esfuerzos á la salvación de nuestra querida Patria y a vengarla de los repetidos ultrajes inferidos por la vía de la desnaturalizada Chile, nos reorganizamos en nuevo cuerpo, sirviendo por base para el efecto, el mui pequeño número de 40 hombres del antiguo Grau y algunos pocos ofivciales que se hallan presentes.

Orgulloso como debe estar ese pueblo por haber superado á los demás en su patriotismo, contribuyendo a la defensa Nacional como ninguno en hombres y elementos, cuya sangre se ha vertido a torrentes en el campo de la Alianza, sabrá apreciar también el supremo sacrificio y el poderoso esfuerzo de sus predilectos hijos de Grau, que a pesar del revéz sufrido quedan firmes en la lid que aún no ha terminado.

Con este motivo tristísimo y adjuntando el cuadro de oficiales del Batallón Grau con especificación de sus accidentes, me suscribo de U, su atento y seguro servidor.

(Firma) Lisandro Peñarrieta
Contéstese y publíquese por la prensa. (Torrico)


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Transcripción realizada por Gastón Cornejo Bascopé, quien revisó "El Heraldo" y "El Comercio" diarios de Bolivia.
Dibujo del militar boliviano, créditos a Patricio Greve y Claudio Fernández

Saludos
Jonatan Saona

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