27 de mayo de 2016

Parte de Iriondo

soldado boliviano
Parte Oficial de Diego Iriondo
 
Rejimiento Murillo.—La Paz, junio 24 de 1880. 
Al señor Jefe de Estado Mayor de la división de Vanguardia. 

Señor. 
Por ausencia del 1er. Jefe del cuerpo, Teniente coronel Clodomiro Montes, que ha quedado herido y prisionero en Tacna, tengo el honor dar a U. cuenta de la parte que le cupo al Rejimiento Murillo en la batalla del 26 de mayo último en el "Alto de la Alianza".

En la noche del 25 el cuerpo recibió la órden de ponerse a caballo para marchar a la hora que se le indicase, como la caballada estaba a las 5 leguas, no le fué posible cumplir dicha órden y los jóvenes que lo componían, temerosos de no concurrir la batalla que debía ser decisiva, pidieron con entusiasmo marchar a pié, observando que por la condición de sus armas debían pelear como infantes y que por consiguiente se podía prescindir de las malas cabalgaduras que tenían. 

A la hora precisa nos pusimos en el puesto que teníamos señalado en la línea, que era en apoyo de la batería de 4 Krupp en el ála derecha; marchando así en la expedición que tuvo lugar esa noche, y que se frustró por las circunstancias que U, conoce.
 
En la mañana del 26 al toque de generala, estuvo formado el Rejimiento sin que faltasen ni los enfermos que se hallaban en el hospital de Tacna y que se incorporaron en esa mañana. 

A las 9 y 30 a. m. recibimos la órden de ocupar el centro a retaguardia de la línea. Allí el Teniente Coronel Montes nos dirijó una breve y enérjica proclama, con la que entusiasmó a nuestros jóvenes soldados. 

A las 10 y 30 m. recibimos la órdea de volver a nuestro puesto y más tarde la de entrar en combate.  Entónces fué que la juventud de La Paz se puso a la altura de su heróico nombre, acometiendo con tal brío, que las guerrillas que nos hacían frente, tuvieron que replegarse precipitadamente a sus reservas, las que en número considerable desplegaron en batalla, en formación unida y apoyadas por tres ametralladoras.

Allí sostuvimos el fuego sin mas apoyo que la columna de ingenieros que combatió a nuestra derecha con notable bravura. 

En lo récio de la pelea fué herido el Teniente Coronel Móntes, que no quiso abandonar el campo sino a insinuaciones mías y de algunos oficiales, quedando con esto el suscrito al mando del cuerpo. 

Ea tales momentos vino recorriendo la línea, el coronel Velarde J. de E. M. G. del ejército peruano, quien nos dió mucho aliento, haciendo lujo de su valor sereno. Preguntó en qué estado nos hallábamos y mi respuesta fué hacerle notar el enemigo sobrepasaba nuestra línea y con mucho, hasta flanquearnos sin que pudiéramos impedirlo; por lo que le pedí refuerzo, a lo que me contestó que ya no tenía un solo soldado de reserva y que me sostuviese hasta que me fuera posible. 

En esta lucha desigual seguimos resistiendo hasta el último, merced al heroísmo de todos y cada uno de 
los jóvenes del Rejimiento, que se afanaban ardorosos por disputar la victoria, correspondiendo dignamente al nombre de "Murillo" que llevaban.
 
Poco después noté la dispersión del ejército y ví al coronel Peñarrieta que hacía esfuerzos supremos por contener soldados que aún no eran de su batallón: entónces comprendí que estábamos en plena derrota y no quise sacrificar por más tiempo a tan valiente juventud, por lo que dí órden de hacer fuego en retirada, y así mezclados con los últimos dispersos llegamos a Tacna.
 
Me es satisfactorio recomendar a U. al 3er. Jefe Teniente coronel Celso Ibarra y a todos los oficiales, distinguiéndose entre ellos los teoieutes Adolfo Michel, Jerardo Velasco, Elías Monje y Raimundo de la Riva; así como también merecen especial mención los sarjentos segundos José Hilarión Zálles, Flavio Palenque y Darío Collazos, quienes siguieron combatiendo a pesar de estar heridos. 

El número de bajas que ha tenido el Rejimiento es considerable, en proporción de la fuerza diminuta con que combatimos, que apénas eccedía de 100 hombres como se convencerá U. por la lista de muertos y heridos que vá enseguida. 

Muertos: Subteniente Julio Ducrock; Sarjento 1° Huerter Rivera; Sarjentos 2° Lisandro Altuzarra, Ramón Córdova, Claudio Salmón. Rifleros: Primitivo Solares, Agustín Pinedo, Wenceslao Pérez, César Olmos, Manuel Antezana, Samuel Ergueta, Nicasio Camacho, N. Cardoso. 

Heridos: Teniente coronel Clodomiro Móntes: Teniente l.° Adolfo Michel; Sub tenientes Raimundo de la Riva, Elías Monje; Sarjentos segundos José Hilarión Zálles, Benigno Gamarra, Israel S. Mejía, Daniel Coss, Flavio Palenque, Darío Collazos, Víctor Sagárnaga; Cabo 1.° Isaac Higueras; Rifleros: Wenceslao Dick, Jermán Cortés, Rodolfo Bárrios, Macedonio Sánchez, Hijinio Verard, Daniel Abaroa, Máximo Gonzáles, Delfín Valdez, José Román, Oscar Pinto, Macedonio Martínez. 

Al concluir este lacónico parte, no puedo ménos que recomendar por su órgano ante la consideración del Supremo Gobierno y del Pueblo de La Paz, a la noble juventud que tan dignamente representado a éste en la larga campaña de 14 meses, distinguiéndose por su heroica resignación en las fatigas del soldado y su valeroso comportamiento en la batalla. 

Con las consideraciones de mi distinguido aprecio, me suscribo de U. su atento seguro servidor. 
Diego Iriondo


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Registro Oficial de la República de Bolivia, Año I, n° 39, La Paz, 17 de julio de 1880.

Saludos
Jonatan Saona

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