8 de febrero de 2015

Consejo de Ministros

Manuel Pardo y Lavalle
Consejo de Ministros, 1872

En esta reunión, encabezada por el Presidente Manuel Pardo, el ministro de Relaciones Exteriores José de la Riva Agüero, señala que su colega boliviano, en vista de la grave situación en Antofagasta, debido a intentos revolucionarios y las malas relaciones con Chile, pedía el apoyo del Perú para no ceder ante presiones, ni permitir la ocupación de su litoral.

"Sesión del 19 de noviembre de 1872.
Reunidos los señores Ministros que suscriben, bajo la presidencia de S. E. el Presidente de la República. dió cuenta el señor Ministro de Relaciones Exteriores, de dos oficios del Encargado de Negocios del de Bolivia, en que hace presente el mal estado en que se hallan los arreglos de esa República con la de Chile, á consecuencia de negarse el Ministro chileno á la entrega dé las armas que el General boliviano Quevedo depositó en los buques de guerra de la marina chilena, cuando se asiló en ellos perseguido por las tropas del Gobierno de Bolivia; y mas que todo, por la intervención que pretende tener, el Gobierno de Chile, en las aduanas de Antofagasta y Cobija, y en el nombramiento de sus empleados; asi como en la repartición de terrenos: 

Agregó el señor Ministro que, en una conferencia á que lo habia invitado el señor Ministro Benavente, le ratificó éste las noticias de nuestro Enviado en Bolivia; y le dió parte de avisos oficiales y privados que había recibido acerca de los actos que practican el General Quevedo y otros emigrados bolivianos, actualmente residentes en el Sur del Perú, con el objeto de trastornar el órden en Bolivia, por medio de una revolución: que la presencia de éstos en el litoral del Perú es sobre manera azarosa á Bolivia; tanto mas cuanto que ellos propalan que esperan recursos de Chile para realizar, con seguridad, el plan que se proponen: que Bolivia no podrá jamás acceder á las exigencias incalificables de Chile, pretendiendo ejercer actos de soberania en territorio boliviano; y que es de temer que aprovechando el Gobierno chileno de las revueltas que algunos malos bolivianos susciten, y abusando de su fuerza marítima, trate de apoderarse de alguna parte del litoral boliviano, para ejercer presión sobre su Gobierno, protejiendo ya de un modo directo á los revolucionarios; 

Que estos graves acontecimientos no podían dejar de afectar los intereses del Perú, que se hallan íntimamente ligados con la independencia é integridad de Bolivia; ademas de influir sobremanera en la supremacía que el Perú tiene, y está llamado á conservar en el Pacífico; que el Gobierno de Bolivia aliado siempre á la política franca y noble del Perú está ahora, mas que nunca, decidido á seguir los sanos consejos de ésta República, y cuenta con su poderosa ayuda en la contienda á que quiere conducirlo el tono imponente de Chile; y que estaba cierto que las pretensiones del Gobierno chileno cesarían desde que supiese que el Perú no dejaría solo á Bolivia en esta cuestión: que desde luego el Gobierno debia impedir que los bolivianos asilados en la costa del Sur continuasen perturbando desde su asilo la tranquilidad de Bolivia, mandando que sean internados á una distancia desde donde no les sea fácil continuar sus maniobras; y que podía ejercer sus buenos oficios ofreciendo su mediación para que se termine, de una manera pacífica, los arreglos entre Bolivia y Chile.

Agregó el señor Ministro de Relaciones Exteriores que atendida la gravedad del asunto, el Ministro boliviano consignó por escrito los puntos de la conferencia, y que por lo mismo él se había abstenido de dar una contestación inmediata, y habla solicitado un plazo para contestar con el objeto de someter, como sometía, el asunto á la deliberación del Consejo. 

Discutida la cuestión de un modo detenido, y alegadas por S.E. el Presidente y los miembros del Consejo las razones de justicia, de política y de conveniencia que asisten al Perú para no permanecer frío espectador en un asunto de vital importancia para Bolivia, y de gran trascendencia para aquel, se acordó contestar al Ministro boliviano que, el Gobierno del Perú no tendría inconveniente para ordenar la internación de los bolivianos que se habían armado para derrocar las instituciones de su pais, y que continuaban en ésa actitud, abusando del asilo que han buscado y obtenido en el Perú, siempre que el Gobierno de Bolivia lo demandara formalmente; y que el Gobierno peruano prestara su apoyo al de Bolivia para rechazar las exigencias de Chile que considere injustas y atentatorias á la independencia de Bolivia: con lo que concluyó el acto.

—PARDO.
—J. Miguel Medina.—J. de la Riva-Agüero.-Francisco Rosas.—José Eusebio Sanchez - J. María de la Jara."


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Saludos
Jonatan Saona

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