8 de febrero de 2025

J.R. Echenique

José Rufino Echenique
De las Memorias de José Rufino Echenique sobre la situación del Perú y Chile

"Nunca, atendido todo lo que llevo expuesto y lo que en compendio diré en seguida, cuya verdad nadie podrá desmentir, pudo ser peor la situación del Perú. Dividido en dos partidos intransigentes entre sí que pretendían dominar el uno sobre el otro y ambos, enemigos del gobernante; éste, envanecido cual nadie, juzgando que su nombre bastaba para todo, ciego sin conocer esa situación y, por tanto, sin hacer nada que fuera capaz de remediarla; el país, sin crédito absolutamente en el exterior; en materia de Hacienda, entregada la principal fuente de su riqueza a personas sin conciencia que la explotaban en provecho propio y, por ello, sin recursos en lo absoluto para cualquier eventualidad; su escuadra desatendida aun de lo más necesario, inutilizados sus buques de más poder, sin pensarse en repararlos, desmantelados los otros, sin las correspondientes dotaciones en marinería ni artilleros, y descuidada, de modo que aun se pensó y propuso en el Congreso su desarme por ahorrar el gasto que hacían mientras que Chile había engrosado la suya con dos poderosos blindados y la tenía en el mejor pie, indudablemente con preconcebido objeto; su ejército diminuto, sin la necesaria disciplina ni organización, confiándose más en guardias nacionales, tampoco bien organizadas; sus parques, en fin, completamente desprovistos, principalmente de las poderosas armas de nuevo invento y de la nueva artillería que hacía inútil la anterior, única que se poseía. Y, para colmo de esa mala situación, agraviada la importante provincia de Tarapacá por providencias atentatorias y violentas, decretadas por el anterior Gobierno contra los salitreros que también tenían intereses de Chile, y se mantenían vigentes, no obstante fundados reclamos de aquéllos; y, por fin, celebrando un fatal pacto secreto de alianza defensiva con Bolivia, que no necesitábamos ni podía servirnos de provecho en ningún caso.

Nos encontrábamos en esa situación de impotencia en fuerzas de mar y tierra, de descuido e imprevisión administrativa, de desorden interior y de falta de recursos, cosas que estaban al alcance de todo hombre que tuviera buen sentido, y que Chile conocía bien, cuando esta nación, que de tiempos atrás ambicionaba mejorar la suya y engrandecerse apropiándose de territorios valiosos en sus fronteras al Sur y al Norte, hizo la ocupación violenta de Antofagasta, perteneciente a Bolivia, con la seguridad de que no sería defendido por ella ni tenía medios para poderlo recuperar y, contando con que el Perú, impotente como estaba, no podía oponerse y, si tal intentaba, sería arrastrado a fatales consecuencias en provecho de ella.

Los tristes y desgraciados sucesos que en toda ella tuvieron lugar para nosotros, por consecuencia de ese mal estado e impotencia en que estábamos cuando ello sucedió y de los desaciertos que se cometieron en toda la campaña, ocasionándonos derrota tras de derrota hasta perder la Capital y ser dominados por las huestes chilenas, no deben ser descritos ni juzgados por mí, pues de ello se ocupará la historia y plumas más competentes, reduciéndome, por tanto, sólo a lo que a mí [me] toca.

Confieso que me fué muy sensible el que nos viéramos envueltos en aquella guerra; pero a pesar de ello, dispuesto estaba a sacrificarme en defensa del honor y de los derechos de mi Patria, esperando ser ocupado, como creí serlo por mis antecedentes y larga carrera militar, pero no pertenecía a los favorecidos."


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Echenique, José Rufino. "Memorias para la Historia del Perú (1808-1878)" Tomo II. Lima, 1952.

Saludos
Jonatan Saona  

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