Eleuterio Ramírez

Eleuterio Ramírez

Eleuterio Ramírez

Honramos hoi la primera pájina de nuestro periódico con el retrato de uno de héroes mas simpáticos i mas preclaros que ha tenido Chile en la presente guerra: el comandante del inmortal rejimiento 2.° de línea.

Sería inútil hacer una biografía de este noble soldado, tipo del guerrero chileno. Los rasgos de su esforzada vida, i sobre todo, el poema lejendario de su heroica muerte están todavía frescos en la memoria de todos. Hai hombres que en vez de apagarse con la muerte entran de lleno a la luz de la historia i de la inmortalidad: tal es Eleuterio Ramírez

 

La fúnebre pira de Tarapacá no ha sido para él un sepulcro, sino el pedestal de su gloria. Cuantos sientan palpitar dentro del pecho un corazón abierto a los grandes entusiasmos i a los santos sentimientos del patriotismo, del deber cumplido, del ejemplo glorioso dado a los demás, saludarán siempre con respeto el nombre de ese valiente adalid que supo luchar como un león, i caer como un mártir. 

La bondad i el valor son dos virtudes que palpitan siempre unidas en el pecho de los grandes soldados. El Comandante Ramírez era tan bueno como un padre para los que lo rodeaban, i especialmente para sus subalternos era tan valiente como Bayardo. 

Su mas constante empeño fué siempre infundir en sus soldados el amor sin límites a la patria, de que han dado tan brillantes pruebas, i en seguida el amor a la instrucción. Después de la cartilla austera del deber, ponía siempre en sus manos la cartilla de la escuela. podía tener la gloria de decir que todos sus veteranos sabían leer i escribir, -i casi todos enseñados por él mismo. Nadie más bondadoso ni más fácil cuando se acudía a su corazón; nadie más severo ni mas inflexible cuando se le hablaba en nombre del deber i de la disciplina, estas dos vallas insalvables del soldado. 

Jefes como Eleuterio Ramírez son de aquellos que hacen honor no solo a un rejimiento, sino a todo el Ejército de una misma bandera, por eso su muerte, digna del poema, ha sido una gloria pero también un hondo duelo para la patria. 

Hace hoi un año exacto que aquella alma robusta voló a la inmortalidad en la quebrada funesta. Muchas víctimas ilustres han sucumbido después, levantando radiante de gloria i de honor la querida bandera tricolor; pero el nombre de Eleuterio Ramírez vive siempre fresco i siempre admirado en el alma de los chilenos,— como esa encendida flor de los campos que nunca se seca. 

Casi todos los veteranos del rejimiento de titanes han seguido a la tumba i a la gloria su gran comandante; de los que fueron con él, del antiguo 2.° de línea, hoi queda apénas un puñado. Pero mientras quede uno solo, Eleuterio Ramírez será siempre por lei de tradición, de cariño i de heroísmo, "Mi Comandante". En el alma sencilla i varonil del soldado parece que esos nobles héroes no pueden tener un sucesor, i que ocupan siempre su puesto de mando i de ejemplo, aún más allá de la tumba!. Ramírez vivirá perpetuamente en la historia como vive en el corazón de sus soldados. 

En este aniversario de gloria inmarcesible i de doloroso duelo, pagamos un humilde tributo de recuerdo i de gratitud a los héroes que murieron por el honor de Chile en Tarapacá, —personificados en el más lustre, en el Comandante Ramírez. 

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"Álbum Musical Patriótico". Año I, num 2. Santiago, noviembre 27 de 1880.

Saludos

Jonatan Saona