17 de marzo de 2022

Mora sobre la Unión

J. Ernesto de Mora
El viaje de la Corbeta "Unión"

Lima, 25 de marzo de 1929.
Señor Director de "La Prensa".
Ciudad .

Señor Director:
En este importante diario que usted dirige, en el número del 17 del presente mes, se publica una oportuna carta del ex oficial de nuestra Marina y después Coronel del Ejército señor David Flores, referente a la preparación y al viaje de la Corbeta “Unión” llevando la lancha torpadera “Alianza" y materiales para el Ejército del Sur en Arica.

Por diversas causas, solamente ayer leí la indicada comunicación, y con propósito de agregar algunos datos para el mejor conocimiento de todo lo relacionado con la preparación de ese viaje, relato lo siguiente:

En la tarde del 12 de marzo de 1880, la Comandancia General de Marina ordenó al señor Capitán de Navío don Toribio Raygada, Comandante del transporte “Oroya”, que alistara su buque para zarpe al Sur horas después, y que debía también llevar izada en sus pescantes, la lancha torpedera “Alianza” y recibir la carga que se le mandara. Después, esta lancha fué remolcada al costado del mencionado transporte. En la noche se constituyó a bordo el Jefe Supremo de la República señor Nicolás de Piérola y el subsecretario de Marina Capitán de Fragata Hipólito Sánchez.

Encontrándose a bordo la suprema autoridad, se izó sin dificultad la “Alianza" imposible maniobrar los pescantes, para colocarla sobre los baos. Ante esta dificultad insalvable, el jefe Supremo, siendo ya media noche, se dirigió a bordo de la Corbeta “Unión" y poco después se recibió orden de remolcar la “Alianza" al costado de la Corbeta, en ruyo bordo se izó sin dificultad, amarrándosela con toda seguridad; despues se ordenó al “Oroya" a cuya plana mayor pertenecía el suscrito, a pagar los fuegos.

En la mañana del día siguiente más o menos a las 9 h. a.m. la Corbeta se puso en movimiento, haciendo esta señal “siga las aguas de la Capitana" que era dirigida al transporte “Talismán” que pasó por nuestro costado cortándonos la proa, para unirse a la Corbeta.

Nada puedo agregar con referencia al viaje que iniciaban esos buques, porque no pertenecía a su plana mayor; y que terminó con la ruptura del bloqueo de Arica, sostenido por blindados, corbetas y transportes, y que en las horas de la estadía en ese puerto, la corbeta combatió, por una banda con los buques enemigos y por la otra desembarcaba tranquilamente el material que había trasportado para el Ejército del Sur, hasta el momento oportuno, que le ofrecieron los bloqueadores para zarpar, burlándolos en pleno día; y después de las maniobras convenientes, dejó por la popa a los enemigos, navegando sin novedad, hasta fondear de noche en el puerto del Callao. 

Con esta oportunidad que se me ofrece, debo agregar que pertenecían al servicio de la lancha torpedo “Alianza" y “ República" los señores Oficiales: Teniente Fernández Dávila, Alférez de Fragata, David Flores y Guardia Marina, Juan C. de Mora, y que no recuerdo, cómo estaba distribuido el Comando de estas embarcaciones; pero el hecho es, que la “Alianza” fué al Sur con el personal que anoto y que menciona el señor Coronel David Flores. La “República” quedó en el Callao a cargo del Guardiamarina Nalvarte. 

No puede mencionarse a la Corbeta “Unión" sin recordar, el grande y glorioso hecho naval militar realizado por nave, bajo el comando del Capitán de Navío señor Manuel A. Villavicencio, que tenía como segundo, al inteligente, severo y valeroso Comandante Miguel Aljovín, ambos entusiastas y valerosos. 

Como se ha hecho referencia, a las facilidades para el Ejército del Sur, conviene no olvidar, que días después del regreso de la Corbeta “Unión”, el transporte “Oroya" fué alistado para zarpar al Sur, con el fin de llevar personal y armamento para el Ejército de Arequipa, y después de recibir abundante material de rifles y municiones y cuadros de Oficiales, con el señor coronel Recavarren, el “Oroya" hizo rumbo al Sur, hacia la playa de Ocoña, y llegado a esas aguas, se mandó a tierra una embarcación, a cargo del Alférez de Fragata señor Federico Sotomayor y Vigil, con el fin de mover a los matriculados para que se dirigieran a la caleta de Chira, situada una hora más al Sur. El Alférez Sotomayor pasó momentos muy desagradables, porque la mar estaba muy movida, y al tratar de llegar a la playa, la embarcación se volcó, poniendo en peligro la vida de sus tripulantes. Felizmente la cooperación de los playeros evitó que hubiera desgracias, y se dirigieron a la caleta de Chira, a donde hizo rumbo el “Oroya” después de recibir la embarcación que mandó en comisión. 

El desembarque del material y personal que conducía el transporte, se desembarcó en esta caleta durante las horas del día, pues en la noche el transporte se hacía a la mar. Después de dos días de esta faena, el “ Oroya” siguió rumbo al Sur, hasta el puerto de Tocopilla, ocupado por fuerzas chilenas y se capturó un pequeño remolcador, que el transporte remolcó hasta el Callao. Pocas horas se mantuvo el "Oroya" sobre su máquina en las aguas del puerto mencionado, y enseguida siguió al Callao, como dejo dicho, y a las cuarentidós horas de haber largado el ancla en el vecino puerto, se presentó en la madrugada del día subsiguiente la escuadra bloqueadora, anunciando su presencia con la explosión del torpedo que una lancha enemiga pretendió aplicarle nuestra corbeta “Unión". De la Plana Mayor del “Oroya” sobreviven los señores Contralmirante Mora y Sotomayor y el Capitán de Fragata, José Morante. 

Entre nosotros fácilmente se olvida la historia, y conviene presentar en todo momento a la consideración de la juventud que se levanta, los hechos que dan gloria y prestigio a las instituciones y a la Patria. De José Gálvez el glorioso marino, que echó a pique con sus manos la torpedera enemiga, volando a la vez con su lancha, muy poco se habla, y lo mismo acontece con otros hechos, como el que paso a recordar: la lancha “Alianza” ya citada, en el glorioso día de la hecatombe de Arica, después que todas las banderas peruanas fueron arreadas en tierra por el vencedor, y que el monitor “Manco Cápac" se hundió en esas aguas, la lancha mencionada, una vez que prestó los auxilios que se le solicitaron del monitor que se hundía y cuando ya no quedaba nada a la vista de esta nave, encontrándose sola en esas agua; y sin más pabellón que el que ostentaba, hizo rumbo al Norte y desde ese momento principió la persecución de los buques enemigos que disparaban su artillería para hundirla, contestando la “Alianza" con los fuegos de sus rifles. Después de dos horas de caza, se retiraron uno de los blindados y la “Magallanes" continuando un transporte la persecución, hasta puerto Inglés cerca de Ilo, en donde por gran disminución de la velocidad, fué varada en la playa y volada con un torpedo. 

Este hecho, realizado en tan distintas condiciones por la inmensa debilidad de la lancha y la superioridad de los perseguidores, tiene caracteres de sublimidad que no es fácil encontrar un caso igual. Sin embargo este hecho que da gloria a nuestra Marina pasa generalmente olvidado, y por este motivo lo menciono en esta carta, para realzar el mérito del único oficial que hoy sobrevive, el señor David Flores, entonces Alférez de Fragata y hoy Coronel de nuestro Ejército, y dedicar un sentimiento de admiración y de respeto a los demás Oficiales de esa pequeña embarcación, Dávila y Mora, que ya no existen, como también a los demás tripulantes que los acompañaron en esas horas de heroísmo, en que se cumplía el mandato de Bolognesi de “quemar el último cartucho". 

Perdone señor Director la extensión de esta carta, y le suplico se sirva darle cabida en su acreditado diario.

Contralmirante Mora.


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Revista de la Sociedad de Fundadores de la Independencia, Vencedores del 2 de mayo de 1866 y Defensores calificados de la Patria. Año II. n° 6. Enero-Marzo 1944.

Saludos
Jonatan Saona

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