5 de marzo de 2020

Instrucciones de Irigoyen

Manuel Irigoyen
Instrucciones de Manuel Irigoyen a José Antonio de Lavalle

MINISTERIO DE RELACIONES ESTERIORES. 

Lima, Febrero 26 de 1879. 

Entre las instrucciones comunicadas a V.S. por este despacho, con fecha 22 del corriente, figura, como condición principal de la mediación ofrecida por el Gobierno del Perú al de Chile, la previa desocupación del litoral boliviano por las tropas chilenas; i ya antes he espresado a V.S. los fundamentos de derecho i de conveniencia en favor del arreglo amistoso en que aquella indispensable condición se apoya. 

Pero es preciso estudiar con tiempo los argumentos que puede oponer a esto el Gobierno chileno, a fin de evitarlo si de ofrecerle todas las facilidades posibles, que pueden conducir a aquel gran resultado. 

La principal razón que puede dar aquel gobierno para oponerse a la desocupación, en el caso de no rechazar la mediación que va V.S. a ofrecer a nombre del Perú, consistirá probablemente en que, dejando sin fuerzas chilenas los pueblos que hoi están ocupados por ellas, sobrevendrían dos dificultades de diversa naturaleza: consiste la primera en el temor, que tal vez pudiera alegar Chile, de que Bolivia no espere tranquilamente el arreglo definitivo i que ejerza actos de jurisdicción contrarios al tratado de 1874; i la segunda, en la falta de garantía que se podría alegar, en que quedarían las vidas e intereses de los chilenos habitantes del litoral boliviano, inmediatamente después que se retirara la fuerza que hoi la ocupa. 

La primera de dichas observaciones desaparecería por completo ofreciendo el Perú su garantía mas eficaz, de que Bolivia esperará i se someterá al arreglo; o elijiendo Chile la garantía de cualquier otro gobierno amigo que, siéndolo también de Bolivia, mereciera la entera confianza de ambos; lo que indudablemente se podría conseguir entre los numerosos Estados que mantienen relaciones con ambas repúblicas. 

Respecto del segundo punto, esto es, los desórdenes que pudieran sobrevenir a consecuencia de retirarse las tropas chilenas del litoral boliviano, sería ya un asunto mui secundario i fácil de arreglar, una vez aceptada la mediación bajo la base de retrotraer las cosas al estado en que se hallaban la víspera del 14 de Febrero. Nada sería mas sencillo, en efecto, que conciliar los medios de conservar el orden público en Antofagasta, Mejillones i Caracoles i de ofrecer garantías a sus habitantes, mientras se arribase a un arreglo, cuya cualidad esencial sería la rapidez con que debiera hacerse; i aun para esto i si es i Gobierno lo creyere necesario, podría V.S. igualmente ofrecer la garantía del Perú. Suprimidos así los mayores inconvenientes que pueden embarazar la acción de la mediación, nada seria mas posible que arribar a un advenimiento pacífico i recíprocamente ventajoso sin lastimar los intereses de aquellas dos repúblicas ni los del Perú ni las demás naciones. 

Llegado el caso, sírvase V.S. encarecer, con la debida dignidad, al Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores de esa República, el valor de las espresadas facilidades en favor del arreglo, i tome nota de los argumentos que se digne hacerle aquel funcionario i comuníquemelos inmediatamente. 

Dios guarde a V.S. 
M. IRIGOYEN . 

Al señor don José Antonio Lavalle, Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión especial del Perú en Chile.

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MINISTERIO DE RELACIONES ESTERIORES.
(Reservada)

Lima, marzo 5 de 1879.

Es mui probable que el Gobierno de Chile, por conducto de su Ministerio de Relaciones Esteriores, pregunte a V.S. si realmente existe un tratado de alianza secreto entre el Perú i Bolivia, i casi seguro, que en tal caso se estime dicho tratado como un grave obstáculo a la mediación ofrecida por nuestro Gobierno.

V.S. debe manifestar verbalmente, si tal observación se le hace que en realidad existe el tratado; pero que, como sabe V.S., es la condición esencial de nuestra mediación, el Perú no se vería ya obligado a su cumplimiento, i estaría, por el contrario, en aptitud de facilitar los medios conducentes a un arreglo decoroso i equitativo entre Chile i Bolivia.

Colocándose en este terreno, no dudo que V.S. llegará a convencer profundamente al Gobierno chileno no solo de la elevación de miras i sentimientos que inspiran al Perú, sino que pondrá a aquel Gobierno en la necesidad de aceptar la justicia i la paz, o declararse por una lucha temeraria, que nada entonces justificaría, i cuyas consecuencias no es dado preveer.

Dios guarde a V.S.
M. IRIGOYEN.

Al señor don José A. Lavalle, Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión especial cerca del Gobierno de Chile.


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Texto tomado de: Pascual Ahumada, "Guerra del Pacífico, Recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias i demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú i Bolivia" Tomo III, Valparaíso, 1886, pag 4 y 5.

Saludos
Jonatan Saona

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