Tacna, octubre 14 de 1879.
Señora D.a Dolores Cavero v. de Grau.
Digna señora:
La trájica muerte de vuestro inmortal esposo debe tener vuestro corazón i el de vuestros hijos traspasado de dolor. Justo es rendir tributo a la naturaleza i el alma noble de la mujer no es tan bella mas que por el predominio del sentimiento. Pero la viuda de un héroe, la que fué esposa del noble Grau, debe restañar sus lágrimas, debe dejar de ser esposa para ser madre, para ser ciudadana.
La memoria del ilustre marino es una herencia envidiable para sus tiernos hijos. ¿Hai cosa que pueda consolarlos mas que la muerte grandiosa de su padre? Cumplió su terrible i solemne deber.
Pobres niños! cuando echen de menos las caricias del que les dió el ser i estiendan la vista buscándolo en el horizonte lejano, la radiante luz que arrojará eternamente su muerte, vendrá a ofuscarlos i a cegarlos con su claridad.
Vivid, señora, para ellos. Qué sean dignos de su raza. Que aprendan a amar i defender su patria. Dos naciones gratas i conmovidas los protejerán i mirarán con cariñoso cuidado su tierno lecho.
Bolivia, señora, es un nido de águilas i de leones, i sus hijos saben estimar i respetar el valor consagrado a tan noble empeño, como el que llevó a vuestro esposo al sacrificio. Ella cobijará lo mismo que su madre patria a vuestros hijos; ella los mirará como suyos; yo os lo anuncio a su nombre.
Dignaos aceptar en el del pueblo cuyas huestes aguerridas comando, el mas sentido pésame i las palabras de aliento que demanda vuestro santo infortunio i contad con lo estimación i respeto personal de vuestro atento servidor.
(Fdo) H. Daza
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Revista "Actualidades" Lima, 8 de octubre de 1903.
Saludos
Jonatan Saona
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