La versión de que Leoncio Prado dirigió su propio fusilamiento es de origen chileno, el primer documento donde aparece consignado es en una carta de Eneas Rioseco, fechada el 18 de julio de 1883, es decir tres días después de la muerte de Prado.
"Algunos detalles sobre la batalla de Huamachuco.
Lima, Julio 18 de 1883
...Así como elojiamos el valor de los nuestros en la batalla de Huamachuco, un deber imperioso de justicia nos obliga a reconocer el heroísmo del soldado peruano en ese encuentro.
El cholo peruano peleó esta vez como nunca: se veía a los jefes i oficiales haciendo prodijios de valor i hasta había momentos en que empleaban la espada contra el que se manifestaba rehacio a entrar en combate. El caso es que el soldado peruano atacaba con denuedo a sus contrarios. Entre los jefes que mas se distinguieron figura el coronel Leoncio Prado que animaba a la tropa en el sitio del mayor peligro i él mismo peleaba con rabia i despecho hasta que una bala lo tendió en el campo.
¡Honor a los valientes!
Nos cuenta el capitán Dell’Orto un episodio del combate que consignamos en estas líneas como una prueba débil del valor de nuestros rotos en los momentos mas críticos de una acción de guerra.
Cuando estaban en lo mas recio dé la batalla, i peleaban uno contra cinco; cuando veían el poder del enemigo i que no escaparían con vida del lance, uno de los soldados dijo a su jefe: “Mi capitán, de esta hecha dejamos la cédula" i el roto continuó impasible disparando su rifle i burlándose del enemigo que lo tenía mui cerca.
Con semejantes soldados es imposible no vencer.
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El coronel Leoncio Prado fue encontrado dos días después del combate i a dos leguas de distancia del campamento, por el teniente Fuenzalida, que buscaba en aquel lugar uno de los cañones que faltaba a la artillería chilena.
Dicho oficial recojió al herido i lo hizo conducir en camilla al pueblo en donde se encontraba la división del coronel Gorostiaga.
El coronel Leoncio Prado tenía destrozada las piernas.
Este valiente jefe fué fusilado de órden del jefe de la división, por dos causas: primera, por haber quebrantado en dos ocasiones su palabra de honor de no tomar las armas contra Chile, i segunda, por habérsele considerado como jefe de montoneros en el departamento de Lurín.
El coronel Gorostiaga sentía tener que fusilar a Prado, porque siempre la vida de un valiente se estima e inspira sentimientos de afecto i simpatía. Pero procedió estrictamente conforme a los usos de la guerra, contra la infidencia.
Por otra parte, el mismo Leoncio Prado deseaba morir. No quería sobrevivir a su desgracia. Era un hombre inútil para servir a su patria, pues quedaba sin piernas.
Le haremos aquí la justicia que no le abandonó el valor i la serenidad hasta el último instante, en esa hora tremenda de la muerte que todo mortal tiembla al considerar que pronto será nada.
El mismo dió la voz de mando al piquete que tenia tan dolorosa comisión.
“Soldados, dijo, apuntad a la cabeza i al corazón". Un minuto después se oyó una descarga, i desvanecido el humo, el coronel Leoncio Prado había pasado a los eternos horizontes de lo desconocido.
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Eneas Rioseco Vidaurre."
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Texto publicado en el tomo VIII la recopilación de Pascual Ahumada y Moreno, p. 225.
Saludos
Jonatan Saona
Saludos
Jonatan Saona
Se debe precisar que no hubo testigos peruanos, solo oficiales y soldados chilenos en el momento de la ejecución de Leoncio Prado. Toda la información y cartas, como la presente, son chilenas.
ResponderBorrarESte fue un montaje teatral, para tapar la verguenza de un asesinato inmisericorde y salvaje y, ante la verguenza se inventó la historia del fusilamiento, de la tasa de café, de los tres golpes masónicos, del reconocimiento de la nobleza de Prado, de las lagrimas del oficial chileno ante la valentía y bondad de un hombre herido.
A Prado le dispararon en la cara. Así fue la guerra que preparó Chile.
Y si no hubo testigos peruanos, ¿como sabe ud. que lo que declararon los que si estuvieron presentes es mentira?
ResponderBorrarDesgraciadamente cada país despues de una guerra trata de denostar, menoscabar y deslegitimar al adversario, lo extraño es que aqui, cuando el enemigo elogia el valor, el patriotismo y la altivez de un oficial peruano fusilado despues de Huamachuco, los mismos compatriotas del hombre que fue ajusticiado desconocen el episodio.
Es tal la confusión que 2 autores entrevistan a personas que eran niños peruanos cuando esto ocurrió y los relatos son totalmente diferentes, es decir repiten las mismas historias tergiversadas que han sido contadas por años y que no se condicen con la realidad narrada por los que presenciaron y fueron partícipes de la muerte del coronel Prado.
Es más, cuando fue encontrado, el Coronel Prado estaba herido de 1 pierna y no de las 2 como aca se asegura.
ResponderBorrarAdemas, si bien es cierto tenía una herida de bala, el mayor daño corporal y la fractura expuesta de la pierna se le produjo cuando cayo del caballo escapando despues de la batalla para no ser capturado, recuerde que fue encontrado a 2 leguas (mas de 9 kms. de la batalla), o sea mal herido no iba despues del enfrenramiento.