2 de junio de 2025

Médicos en naval


En el diario «El Comercio» de Lima, con fecha 2 de Noviembre de 1921, salió a luz un artículo con este epígrafe, suscrito por el teniente 1o. de sanidad a la vez que cirujano del batallón Marina, Dr. Federico León y León; y tres días después le salió al encuentro el Dr. Enrique C. Basadre, con otro que se publicó con el mismo epígrafe; el que fué a su vez replicado, el día 7 de noviembre por el Dr. León y León; habiendo después terciado en este importante debate, los señores J. Rodolfo del Campo, corresponsal que fué de dicho diario en campaña durante la guerra; y el contra-almirante M. A. Villavicencio, como jefe de marina en ese entonces; haciendo cada uno de ellos, aclaraciones y rectificaciones, que restablecen la verdad histórica en toda su plenitud alrededor de este asunto y suministran al debate la mayor luz posible.

"Los médicos en la campaña naval de 1879. 

En todos los países del mundo, aún en los menos civilizados, se rinde culto a los militares esforzados o asimilados a ellos que ofrecieron su vida, sus energías, su inteligencia, en defensa del suelo que los vió nacer; a los que no titubearon en abandonar sus hogares para alistarse en las filas donde el honor los llama, y la patria agradecida levanta monumentos que dicen a las generaciones venideras los nombres de sus héroes. Pero, por razón natural, al lado de las primeras figuras, al lado de los jefes, existe una infinidad de modestos luchadores, de figuras intermediarias, cuyas acciones por eso pasan inadvertidas. No por eso debe olvidárseles.

Quiero referirme, en especial, a los médicos de la armada, en nuestra funesta campaña del 79. Se realiza una obra de verdadera justicia, haciendo conocer la manera cómo murieron estos y la labor de nuestros colegas profesionales.

Muy poco, casi nada, hemos podido leer en las narraciones e historia de esa campaña, referente a los médicos.

Quizás aquí se podría aplicar la frase que un capitán dijo a su rey, cuando éste le preguntó si era cierto que durante la batalla se había detenido al sol, a lo cual respondió: -"Estábamos tan ocupados de los asuntos de la tierra, que no tuvimos tiempo para fijarnos en el cielo"

Y es de tomarse en consideración, la circunstancia de que el cirujano en un buque de guerra, está, en cuanto al peligro que corre, en iguales condiciones que los marinos, teniendo estos la atenuante de la sobre excitación nerviosa producida por efecto del combate; mientras que el cirujano debe conservar su sangre fría y cumplir allí su sagrada y humanitaria misión, con toda serenidad.

La organización de la sanidad naval el año 1879, difería en mucho de la actual. El jefe llevaba el título de cirujano mayor, ese cargo lo desempeñaba el Dr. Santiago Távara, que estaba embarcado en el buque insignia, monitor "Huáscar". Luego, existían los cirujanos de 1a. 2a. y 3a. clase; además había estudiantes de medicina y Farmacia embarcados en las diferentes unidades, en calidad de auxiliares.

El personal estaba repartido en la forma siguiente: 

Monitor "Huáscar". 
Cirujano mayor, Dr. Santiago Távara. 
Cirujano de 1a. Dr. Felipe Miguel Rotalde
Practicante de medicina, señor José Ignacio Canales (Ayacuchano).

Blindado "Independencia". (Este calificativo lo creemos impropio desde que la fragata "Independencia" fué de madera y en su parte externa recubierta con planchas delgadas laminadas de cobre, que no constituían en rigor verdadero blindaje, sino defensa para evitar la putrefacción de la madera).
Cirujano de 1a. clase, Dr. Ignacio Dianderas.

Corbeta "Unión". 
Dr. Pedro Irujo (quien pasó después al vapor Talismán).

Corbeta "Unión", estacionada en Arica. 
Cirujano de 1a clase Dr. Joaquín Diez Canseco. 
Cirujano de 1a. Dr. Miguel Rodamonte; 
Practicantes de medicina del 79 al 80, Samuel Hurtado Zapata, Manuel A. Ugarte, Luciano Emetereo Naranjo y José G. Fraguela.

Cañonera "Pilcomayo". 
Cirujano de 2a. Dr. Ricardo Pérez 

Monitor "Manco-Cápac". 
Dr. Eugenio Román y Arizaga. 

Fragata "Apurímac".
Cirujano de 1a. Dr. Miguel Cantuarias López.

Monitor "Atahualpa", 
Cirujano de 1a. Dr. Carlos G. Deglane.

Trasporte "Rímac".
Cirujano de 1a. Dr. Tito Melgar, (quien más tarde pasó al transporte "Oroya")

Vapor Transporte "Limeña". 
Cirujano mayor Dr. José P. León (quien pasó después al transporte "Rímac")

"Meteoro". 
Cirujano de 2a. Dr. José Rafael Fonseca.

Los del "Huáscar" se comportaron correctamente; trabajaron en medio de ese caos, como pudieron; fueron heridos los tres. El Dr. Távara, en una pierna; los otros dos, en diferentes partes del cuerpo; y cuando el buque fué tomado al abordaje por nuestros eternos enemigos, los médicos continuaron allí en Chile, atendiendo a los heridos peruanos. (Datos debidos a la bondad del Contra-almirante Manuel Melitón Carvajal).

En la fragata "Independencia", estaba embarcado el Dr. Dianderas, y cuando la célebre acción del "Huáscar", espoloneando a la "Esmeralda" y recogiendo a los náufragos; en ese mismo momento, nuestra fatalidad surgía del fondo del mar, en forma de un banco y sujetaba con férreos brazos a la "Independencia", que de perseguidora se convirtió en víctima; y entonces la "Covadonga", cañoneaba arteramente a los náufragos, siendo una de sus víctimas el Dr. Dianderas (Tomado de la "Historia de la Marina del Perú", por Rosendo Melo, tomo II, pág. 107) (1908).

Manuel Ugarte, practicante de Medicina de la dotación del "Atahualpa" acompañó al teniente 2o. José Gálvez en la noche del 24 de Mayo de 1880 en que haciendo el servicio de ronda en la bahía del Callao, con el objeto de impedir sorpresas de los chilenos, que querían torpedear nuestros restos de escuadra, fueron vistos, por la lancha "Janequeo" que al primer momento pareció no darse cuenta del encuentro, pero luego regresó acompañada ya de la lancha "Guacolda", también chilena. En esos álgidos momentos, Gálvez y el estudiante Ugarte, levantan ambos en peso el barril de 100 libras de pólvora que llevaban, prenden la mecha con la lámpara de la lancha "Independencia" que tripulaban y esperan tranquilos el abordaje. La "Janequeo" se acerca y entonces arrojan el barril sobre ella, pero como faltaba todavía por consumirse un pedazo de mecha, impaciente Gálvez dispara su revólver sobre el explosivo. De la explosión resultaron muertos Manuel Ugarte, natural de Arequipa, el guardiamarina Emilio J. San Martín, oriundo de la ciudad de Moyobamba y un marinero timonel Andrés Gauden. El teniente Gálvez quedó casi exánime y cuasi ciego y sordo. En tan lamentable estado fué recogido tomado prisionero y después canjeado, para que lo pudieran así atender mejor sus familiares en su casa.

¡Compañero Ugarte, recibe sobre tu tumba un ramo de siempreviva, que te coloca reverente, tu admirador y compatriota!

(Firmado). Federico León y León 
Teniente 1°. de Sanidad. 

Lima, a 2 de Noviembre de 1921."


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Herrera, Jenaro E. "La Universidad de San Marcos y la guerra del Pacífico, 5 de abril de 1879-23 de octubre de 1883". Lima, 1928.

Saludos
Jonatan Saona

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