12 de abril de 2021

Corresponsal sobre Chipana

La Magallanes atacada por la Unión y la Pilcomayo

Expedición de la "Unión" y la "Pilcomayo"

En el mar, a bordo de la corbeta ''Unión", abril 17 de 1879.

SS. EE.

A Dios gracias, puedo cumplir el amistoso encargo que recibí de Uds. reseñándoles las operaciones navales de la división de la escuadra que en la madrugada del martes 8 dejó la bahía del Callao para llenar la comisión especial que le confiara el Supremo Gobierno.

Dicha división compuesta de la corbeta "Unión", comandada por el capitán de navío don Nicolás Portal, y la "Pilcomayo" cañonera al mando del capitán de fragata don Antonio de la Guerra, zarpó a las órdenes del comandante de ella, capitán de navío don Aurelio García y García, quién se constituyó a bordo de la citada corbeta con su estado mayor, organizado del siguiente modo:

Mayor de órdenes, capitán de corbeta don Elías Aguirre.
Secretario, Teniente coronel de guardia nacional, doctor Ricardo M. Espiell.
Agregados, Tenientes de la armada don Pedro Roel, don Julio Benites y don Cristóbal Lastres; Capitán de la guardia nacional don Nicanor Álvarez Calderón y archivero del Ministerio de RR. EE., don Julio
Benavides.

Dejado el puerto sin novedad, la división hizo rumbo al sur, siguiendo la cañonera las aguas de la corbeta por el costado de estribor de ésta.

Los días trascurridos hasta la madrugada del 12 pasaron tranquilamente para el convoy que debía cruzar las comunicaciones ele la escuadra chilena con la costa de su litoral, empleándose mientras tanto el tiempo, en ambos buques, en las faenas ordinaria de a bordo en los preparativos consiguientes al éxito de una comisión en cuyo desempeño se tenía que encontrar al enemigo.

Apercibidos para este caso y calado los mastelero de la corbeta, a las 12 a. m. del 12 llegamos a la desembocadura del Loa, de donde recalamos a Huanillos para tomar noticia de los bloqueadores de Iquique.

Orientados sobre el particular, zarpamos de este puerto a la 7 a. m. con rumbo sur, inspeccionando la costa y a las 9.30 a. m. los vigías anunciaron ver al O.SO. el humo de un vapor. A la sazón nos hallábamos frente a la quebrada de Iquique; y desde allí, puestos en son de combate, los buques de la División emprendieron su caza, pues se reconoció a la corbeta chilena "Magallanes" que con su mastelero calado, viajaba hacia el N. 

Sorprendido el enemigo a nuestra vista y, forzando su anclar, pretendió eludir el encuentro a que lo provocáramos; pero obligado por nuestras evoluciones, después de desviar su rumbo al oeste, lo enmendó más tarde al norte, procurando mantenerse fuera de nuestro alcance.

En tal disposición, y habiéndonos aproximado a todo andar, se izaron a bordo en el tope del mayor la insignia de comandante de la división y en el pico de mesana el pabellón de combate, el mismo que tremoló en Abtao, afianzándolo con un tiro en blanco y saludándolo con los entusiastas y estrepitosos hurras de la tripulación, que acababa de oír las elocuentes palabras con que el Comandante García la arengó: eran las 11 de la mañana.

Indescriptible es la solemnidad de tales momentos.

Cada cual fué en su puesto. Los Comandantes García y Portal estaban en el puente; el Capitán Salaverry, 2.° de "La Unión", mandando las baterías de proa y el Capitán Aguirre las de popa; los oficiales en las piezas al frente de los sirvientes de cada una y distribuidos los pasa cartuchos y portabombas. Todos animosos y serenos, esperando ansiosos el instante de dar expansión al valor que los alentaba y al patriótico sentimiento que sentían.

Pero el enemigo, siguió su marcha, sin enarbolar su bandera, a lo que fué preciso obligarlo disparándole las piezas ele nuestro costado de babor. Así se efectuó y la  "Pilcomayo" y "La Unión" le arrojan los proyectiles de sus miras de proa.

El combate es en ese momento ineludible para la "Magallanes'' e izando entonces su enseña, comenzó a contestar nuestros fuegos.

El combate estaba trabado: nuestros tiros se sucedían sin interrupción y la "Pilcomayo", mientras su distancia lo permitía, nos secundó con decisión. Nuestro afán era acercarnos y se dió toda fuerza a la máquina para lograrlo, pero el enemigo con andar superior empleó todo su poder en aumentar la distancia que de nosotros lo separaba. Mientras tanto, con la poderosa artillería de que disponía no cesó de lanzarnos proyectiles que, siendo en general bien dirigidos, cruzaban nuestra arboladura o reventaban delante del costado.

No hemos sufrido la más leve desgracia.

Las dos de la tarde iban a sonar; y el enemigo libre hacía una hora, de los fuegos de la "Pilcomayo", y que ha podido ponerse fuera de los nuestros, después de recibir los último disparo con que precipitamos su huída, se alejó a todo vapor, siguiendo nosotros su rumbo hasta dejarlo cerca de cinco horas de Iquique, puerto al que se dirigió para llamar en su auxilio a la escuadra que allí lo esperaba.

La caza comenzó desde el frente de la quebrada de Iquique y el combate se formalizó, al cruzar la desembocadura del Loa, terminando la persecución casi a la altura de Pabellón de Pica.

Así ha concluído, el primer hecho de armas en que después de 45 años, le ha tocado a una división naval del Perú iniciar con gloria, la lucha a que la República ha sido provocada ele una manera tan sorpresiva como injustificable y aleve.

Tenga Chile presente estas coincidencias dignas de apuntarse. Los primeros cañones que hemos disparado en su contra, el 12, fueron también los primeros que en 1866 rompieron sus fuegos en su defensa y en la misma fecha que Valparaíso sufrió impasible la ofensa con que España le bombardeó su principal puerto.

El primer paso está dado. Ojalá que se complete la obra; y que el Perú pueda alcanzar la reparación que le exige su dignidad y que ha de merecer por el valor y el sacrificio de sus hijos.

Para concluir réstame decirles que a las 7 a. m. del lunes 13, entró la "Unión" a  Arica, cuya población encontró llena de entusiasmo con la noticia que de Iquique le comunicaron de que la "Magallanes'' había llegado a enseñar a la escuadra chilena las heridas que nuestras balas habían abierto en sus costados y la sangre que manchaba su cubierta.

Ayer 14 en la mañana, nos unimos a la "Pilcomayo'' a la altura de Ilo, y de allí seguimos en conyoy para el Callao, de cuyo fondeadero se apresura a dirigirles la presente.

J. R. C.

(''El Comercio", jueves 17 de abril de 1879).


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Del Campo, José Rodolfo. "Campaña Naval: Correspondencias a El Comercio. Año de 1879" Lima, 1920.

Saludos
Jonatan Saona

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